Wass, el primer disgusto para Bordalás

El acuerdo a tres bandas está prácticamente cerrado pero falta un importante matiz que salvar: el Valencia necesita encontrar casi a contrarreloj, porque se ha consumido ya un tercio de tiempo de mercado y porque hay que conseguir un perfil de ciertas garantías, un recambio para ese vacío que deja Wass y que no provoque el primer terremoto de la era Bordalás. Hasta ahora, el técnico siempre ha mantenido un discurso muy cuidado en lo que a Meriton se refiere, pero ahora el reto lo tiene la secretaría técnica de Corona y el presidente, Anil Murthy, que no sólo tienen que buscar ese centrocampista que pedía su entrenador sino dos. Y que aporten, como siempre ha querido dejar claro el propio Bordalás, en alusión aunque nunca lo ha dicho a lo que ocurrió el año pasado cuando llegaron Cutrone, Ferro y Oliva. Ninguno sumó.

Es imposible hoy en día y con los parámetros económicos en los que se mueve el Valencia encontrar a alguien que pueda dar las prestaciones de Wass en cuanto a adaptación a las necesidades del equipo se refiere, ya sea en defensa o en la medular. Wass, titular indiscutible para cualquiera de los entrenadores que han desfilado por Mestalla, ofrece un aliciente añadido a su versatilidad: una endiviable condición física que le mantiene alejado del riesgo de lesiones.

De hecho, en los tres años y medio que está como valencianista es el único que no ha sufrido ningún tipo de percance que le haya hecho perderse algún partido. Es un reloj que no tiene ninguna avería y que casi siempre logra el aprobado en su nota.

Pero su fiabilidad absoluta ya tuvo este verano pasado un momento de tensión, cuando se presentó en el club con una propuesta del Olympique de Marsella para marcharse. Era la última posibilidad que tenía el Valencia de sacar un pellizco por él, en se último año de contrato. Murthy no cedió a sus cortas pretensiones y hasta le planteó una oferta de renovación que no convenció al futbolista. Wass sabía desde ese momento que este próximo verano debía buscar nuevo destino y la opción de regresar a su país siempre ha estado encima de la mesa. El Valencia lo daba también por perdido.

No esperaba nadie que el Atlético traspasara ahora a Kieran Trippier al Newcastle por 13 millones de euros y que aunque los deseos de Simeone pasen por hacerse con Azpilicueta, lo cierto es que para arreglar el problema que padecen en ese lateral derecho, han pensado en Wass. Más o menos como ocurrió con Kondogbia, cuya salida amargó todavía más a Javi Gracia.

La solución para el Atlético y para Wass es un serio inconveniente para el Valencia, consciente que lleva todas las de perder. Es verdad que deja una ficha libre, que alivia también el fair-play en cuanto a salario y fichaje (seis millones de traspaso por cuatro años arrojan 1,5 de amortización), que saca además un pellizco casi inesperado pero deportivamente el trastorno que crea es de cierta envergadura. Más aún cuando ya estaba más o menos claro que el Valencia se había propuesto alcanzar competición europea, algo que desde hace muchos meses nunca se había dicho ni entrelíneas pero que cuando se ganó al Levante se daba ya por hecho.

La suerte para el Valencia es que esta semana no hay Liga sino Copa. Más margen pues para Corona para tratar de amortiguar la zozobra que se producirá si se acaba haciendo, como así apuntan todas las partes, lo de Wass.

Eso en lo que a uno de los frentes se refiere. En el otro, el de la defensa, siguen los ofrecimientos. Primero fue el de Godín y el último ha sido el de Álvaro González (Olympique de Marsella), cuyo representante se pasó ayer por las oficinas del Valencia para tratar esa opción (por ahora lejana) y otros asuntos. El ex del Villarreal podría venir cedido, una cuestión que adquiere con el paso del tiempo mayor trascendencia porque Gabriel Paulista continúa sin recuperarse y con el riesgo por ahora lejano del quirófano.