Un español otra vez

Además, Perico comentó la Vuelta en la Cadena Ser. Desde Antena 3 no se nombraba al Reynolds, se les llamaba «el equipo de Navarra». El Tour de 1988 fue el del probenecid, sustancia que se detectó a Delgado, pero que no estaba prohibida por la UCI, aunque sí por el COI, que lo consideraba un enmascarador de anabolizantes. Incluso hoy, Fabio Parra cree que le robaron el Tour por minimizar ese positivo. Pero también fue el Tour del día loco en Alpe d'Huez (donde Delgado se puso de amarillo) y del hachazo en Luz Ardiden, etapa que ganó Cubino, pero donde Perico, tercero, dejó tirados a sus rivales.

Cualquiera dormía la siesta. Tampoco cuando el lío del dopaje. Viajaron desde España el secretario de Estado para el Deporte y la directora del laboratorio antidopaje de Madrid para el contraanálisis (volvió a dar positivo). El español Luis Puig era presidente de la UCI. Tras resistir las presiones del Tour para la sanción (aunque según art. 35 de la carrera, el segoviano era inocente), y ya solucionado el asunto, dice a Perico: «Ha costado cojones». ¿Pero qué cojones son más importantes? El propio Perico, defendiendo a Armstrong, cree que se gana por talento, no por las sustancias. Que el americano a lo mejor no habría ganado siete Tours, pero sí cuatro o cinco.

También fue el año de los Juegos de Seúl y de la explosión en la velocidad de Florence Griffith y sus uñas. Ahora está muerta. Ese año, Julio Anguita fue nombrado secretario general del PCE, ETA secuestró a Emiliano Revilla y Gorbachov fue elegido presidente del Soviet Supremo. Después de 1973, otro español ganaba el Tour. En el «equipo navarro» estaban, entre otros, Arroyo, los Gorospe, Magro, Laguía, Arnaud, Mauri e Induráin, el grandullón que apenas hablaba.