![Radiografía de la infidelidad en España](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202206/21/media/cortadas/infidelidad-k0EG-U170501832104ifH-624x385@RC.jpg)
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Isaac Asenjo
Madrid
Miércoles, 29 de junio 2022
Es uno de esos temas tabú, de los que se hablan entre amigos, en corrillos. ¿Quién es el guapo o la guapa que se lanza a hablar abiertamente de infidelidad? Olga Fernández-Velilla, psicóloga especialista en terapia familiar y de pareja del Instituto Psicológico Cláritas ... , aborda el asunto y advierte que el drama que esto suponga para la pareja depende del acuerdo que hayan alcanzado esas dos personas –en caso de que lo hayan hecho– y de los límites y las normas que han acordado entre ellos. «El amor y la infidelidad pueden darse al mismo tiempo», advierte la profesional para sorpresa de muchos. «Hay parejas en las que se permiten sexo con terceros y otras en las que hasta un coqueteo es catalogado como infidelidad».
«Hay mucha gente que quiere a su pareja, pero necesitan savia nueva que nutra su relación. Eso que comunmente se dice de volver a sentir mariposas y que les haga sentirse deseados», explica Silvia Rubies, directora de comunicación de Gleeden, un portal 'online' de encuentros entre personas casadas.
Los responsables de este sitio de Internet han hecho una completa radiografía de la infidelidad en España y otros países europeos. Y no debería haber duda acerca de la sinceridad de los encuestados, teniendo en cuenta que los cuestionarios son anónimos. He aquí algunos datos del informe: el 13% de los españoles reconoce que sería infiel pese a que supiera con seguridad que su pareja estable se iba a enterar del engaño. Y seis de cada diez personas que han sido infieles aseguran que no se arrepienten. «Las mujeres lo hacen menos que los hombres. Cuando ellas dicen 'hasta aquí, es hasta aquí'», comenta la sexóloga Mariona Gabarra, que nos recuerda que «no sabemos cuidar las relaciones y mantenerlas activas porque nadie nos ha enseñado».
Cuestionada por las infidelidades, la experta dice que quien crea que la llegada de una tercera persona puede salvar una relación, que se olvide. «No va a mejorar un matrimonio. Lo primero que debemos tener claro para aspirar a una relación abierta es que el mejor sexo lo tengamos con nuestra pareja».
Pese a que el estudio aborda las relaciones extramatrimoniales, entre los encuestados se reconocen bastantes románticos, ya que una amplia mayoría considera que es posible mantener la fidelidad de por vida, sobre todo en la franja de edad de los 25 a los 34 años. ¿Sorprendido? No se sorprende Gabarra, quien explica este dato aduciendo a que en este tramo de edad las personas se encuentran en la época en la que más se idealiza el amor. «Son edades en las que las parejas desarrollan sus planes de futuro y están en el momento de más motivación».
No obstante, también hay quien asocia, de alguna manera, la infidelidad incluso a la supervivencia del propio matrimonio, ya que la mitad de los encuestados creen que uno puede ser infiel mientras se está enamorado de la pareja –un porcentaje un poco más elevado entre ellos que entre ellas–. ¿Hay edades en esto? Sí. La franja de edad entre los 45 y los 54 años es la que más se plantearía una infidelidad. «En esa etapa, por norma general, la pareja ha caído en la rutina», sentencia la sexóloga.
Otro dato: quien ha sido infiel una vez tiene más posibilidades de repetir. Un estudio de las universidades de Harvard y Northwestern explica que «las personas infieles suelen reincidir. Olvidan sus actos mediante la 'amnesia ética' para evitar la angustia psicológica».
Según el Instituto Kinsey, las mujeres tienden a la infidelidad cuando son infelices o tienen una pobre compatibilidad en términos sexuales con su pareja. Los hombres, sin embargo, engañan por su propensión a excitarse si se encuentran en una situación estimulante.
«De todos modo, no es algo biológico lo que nos determina a engañar. Son las distintas situaciones en la historia pasada y en la propia relación las que hacen que una de las partes sea infiel», apunta Fernández-Velilla. Y no todos entienden el 'poner los cuernos' de la misma manera. «Un 60% de los encuestados consideran infidelidad coquetear o el sexting (intercambio de contenidos sexual a través de internet). Esto último ocupa en los jóvenes buena parte de su sexualidad actual, tienen unas experiencias sexuales pobres y prefieren la vía virtual», enfatiza Gabarra, que apunta a que «se practica mucho sexo en las redes sociales entre gente que jamás se ha visto en persona».
Fantasear con alguien que no es la pareja o pensar en alguien famoso mientras se tiene sexo o se masturba es lo que menos se considera infidelidad. «Los motivos son físicos pero existe una parte emocional que es fundamental», comenta Gabarra. La falta de atención o cuidado de la pareja junto con la falta de satisfacción sexual o la atracción física por un tercero son las principales causas que llevan a alguien a engañar a su pareja. La venganza, probar algo distinto o avivar la relación son motivos menos frecuentes.
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