«El bosque necesita más seguridad»

Casi 40 grados. Mucho calor. Un horno cubierto por nubes. Ese era ayer el parque natural del Turia, donde al igual que otros 14 parques valencianos hoy entran en vigor las nuevas medidas de la Generalitat por riesgo extremo de incendio. En Paterna hay bandera roja para alertar del peligro. El municipio valenciano, al igual que gran parte de las localidades de la Comunitat, está siendo fuertemente golpeado por las altas temperaturas. En más de 17 hectáreas y media de La Vallesa los efectivos del Ayuntamiento de Paterna desarrollan su trabajo de silvicultura preventiva. Desbroce, poda y clareo. Todo es poco teniendo en cuenta el peligro de la zona, los incendios que han sufrido, entre otros, los vecinos de la Canyada, como el recuerdo del año 94.

Era verano, 10 de agosto, y ardieron 60 chalets del municipio. Incidente que evidenció la necesidad de nuevas medidas preventivas. Y así lo han hecho. El proyecto GUARDIAN o conocido como 'los cañones de agua' cuenta con casi seis millones de inversión y se suma a la limpieza y eliminación de caña y broza sobre 229.000 metros cuadrados de superficie. La Teniente Alcalde de Transición Ecológica, Nuria Campos, ha explicado que las actuaciones «de prevención, de administraciones, instituciones y universidades, permite junto al Proyecto GUARDIAN y nuestro plan municipal de prevención de incendios, aumentar significativamente la resiliencia de nuestros bosques ante el fuego, protegiendo de manera efectiva nuestros hábitats y espacios naturales».

Santiago Martínez es cabo del parque de bomberos de Paterna y dirigía ayer uno de los efectivos móviles de prevención del municipio. Les tocaba vigilar por la mañana la zona de la Vallesa, y por la tarde la Rodana. Forma parte de uno de los cuerpos que, pese a no dedicarse a lo forestal, ayudan en las situaciones más peliagudas. «Si la situación lo requiere, estamos de servicio. Ya nos ha tocado acudir a algunos incidentes y estamos bastante preocupados», aseguró el profesional. Y no son los únicos. También se encuentran en esta situación los vecinos de La Canyada, que ya han visto sus casas al borde de las llamas en el pasado y ahora son conscientes del riesgo al que pueden llegar a enfrentarse.

Javier Moreno es un vecino de la zona de Peñacanyada, en la zona del plantío que linda con el bosque. Un apasionado del municipio valenciano, del verde del que se sienten orgullosos. Hace 27 años vivió al igual que otros tantos vecinos el gran incendio de la Canyada. «Desde entonces se han aplicado diversas medidas, se declaró paraje natural y comenzaron algunas iniciativas más de protección» aseguró. Con la nueva ola de calor, Javier se enteró de las nuevas medidas de prevención anunciadas por la Generalitat. Para él son más que adecuadas, «las prioridades tienen que estar claras», y para el vecino de la Canyada, situaciones excepcionales requieren «medidas excepcionales». «No veo mal que se restrinja la actividad en el bosque, de hecho, creo que nos podría venir bien», concluyó.

La Asociación de Vecinos de la Canyada es la organización vecinal más antigua del municipio. Ya existía cuando ocurrió el incidente del 94 por lo que tienen una mentalidad ambiental curtida con las llamas. Pepe Carot es el secretario de esta organización, muy mentalizada con la defensa del medio ambiente. «Hay que vivir un incendio para saber cuál es la gravedad que puede llegar a alcanzar. Agradecemos todo tipo de medidas, como el proyecto GUARDIAN, que nos ayuda a proteger nuestros hogares, pero es necesario mejorar la detección y la actuación precoz en situaciones de peligro. El bosque necesita más seguridad. Y no solo por olas de calor, también cuando el riesgo de incendio sea alto o extremo».

«Es un pulmón verde esencial para la Ciutat» tal y como lo destaca María Zaragozá, coordinadora de una de las asociaciones que miran por la integridad de los bosques del Turia y también vecina de la Canyada. «Necesitamos actuaciones al unísono, medidas preventivas como la actual me parecen buena idea, pero habrá que tener a los efectivos municipales avisando de los riesgos. Si el riesgo es alto, toca protegerse, a las personas y a la flora».