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Una estantería sin botellas de aceite de girasol en un supermercado de Valencia. irene Marsilla

«¿Aceite de girasol...? Antes de las nueve y media»

LAS PROVINCIAS recorre tres supermercados de Valencia donde este producto se ha terminado a primera hora de la mañana

Juan Sanchis

Valencia

Jueves, 10 de marzo 2022

Es cerca de la una del mediodía cuando llego a un hipermercado de Carrefour en Valencia y me dispongo a buscar aceite de girasol. Misión imposible. Las estanterías están vacías. Imposible encontrarlo. Junto a las botellas de aceite de oliva -de las que hay ... en abundancia- solo queda el indicativo del precio y una nota en la que se recuerda a los clientes de que sólo se pueden vender cinco litros del producto por persona.

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Y si preguntas a un empleado te da la respuesta: «No habrá más hasta mañana», señala. Ni siquiera si me paso por la tarde podré encontrar existencias. Estas no se reponen más que al día siguiente y en cantidades limitadas «porque mucha gente lo pide».

Mientras, miro la estantería vacía se me acerca un joven que me pregunta si no hay más. La respuesta es obvia: «No queda nada». Luego señala a unas botellas de aceite de orujo de oliva que están junto al espacio vacío del aceite de girasol y las señala diciendo si sé lo que es. Poco le puedo ayudar.

En otro supermercado, este de Mercadona, dos empleadas están hablando entre ellas. Me acerco y les pregunto si en el establecimiento hay aceite de girasol. «¿A esta hora?», me pregunta -son cerca de las dos de la tarde- casi sorprendida. «Si lo quiere tiene que venir a las nueve y media de la mañana», explica.

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Desde la patronal de las grandes superficies (Anged) señalan que no tienen constancia de que haya problemas de desabastecimiento en las tiendas. «Hasta ahora nuestros asociados no nos han comunicado ninguna incidencia», explican fuentes de la asociación. «Habrá que ver la evolución de los próximos días para calibrar el impacto de la guerra de Ucrania», recalcan y lanzan un llamamiento a la prudencia para que no se repitan las imágenes de los primeros días del confinamiento cuando la gente compraba grandes cantidades de papel higiénico.

«La cadena de distribución española es muy sólida», aclaran. «Hemos pasado por un confinamiento y no hubo desabastecimiento. Tampoco se produjeron problemas con Filomena. Ahora habrá que esperar para ver como evoluciona el conflicto», recalcan las mismas fuentes.

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El problema ya fue detectado la semana pasada y como consecuencia los establecimientos comerciales acordaron que cada cliente únicamente se podría llevar cinco litros al día de aceite de girasol. Desde Asucova (la asociación que reúne a las cadenas de supermercados valencianas) señalaron que con esta limitación se ha querido cortar un nuevo efecto del papel higiénico. Pero en este caso parece que la medida no ha tenido efecto.

La patronal de los supermercados, por otro lado, considera que esta limitación no es tan grave porque con cinco litros una familia tiene suficiente aceite de girasol para abastecerse durante un tiempo razonable.

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El temor al desabastecimiento de un producto básico o a que aumente el precio por la escasez de materia prima como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania -primer suministrador de girasol de España- ha disparado las alarmas de los clientes que han empezado a hacer acopio de este producto, mucho más barato que el de oliva, y que se suele utilizar a la hora de freír cuando hace falta una gran cantidad. Ante el fenómeno poco se puede hacer y parece que los llamamientos a la calma caen en saco roto.

La realidad es que el precio se ha disparado ya un poco. El litro está a 2,50 euros cuando antes de la crisis ucraniana se encontraba en algo menos de dos euros. La garrafa de cinco litros sale por 12,4 euros con lo que te ahorras unos pocos céntimos.

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En otro de los establecimientos visitados ayer, también de Mercadona, no queda aceite de girasol. Pero un hombre ya mayor llena el carro con una garrafa de cinco litros de aceite de oliva y doce botellas de un litro. Un buen acopio de material por lo que pueda pasar. Desde luego no le pillará desprevenido.

Junto a él otro de los carros está repleto de packs de tres latas de atún en aceite, que están en oferta, así como de elementos no perecederos como legumbres y otro tipo de conservas. Estos dos casos evidencian la situación de inquietud e incertidumbre por lo que pueda pasar que tienen muchos ciudadanos ante los acontecimientos que están sucediendo en Ucrania.

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