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La alta cocina defiende su seguridad alimentaria y respalda a Bernd H. Knöller

Los valencianos Ferruz, Camarena, Rodrigo y Moya lamentan el juicio paralelo que ha sufrido el afamado cocinero

PILAR SALAS/EFE

Miércoles, 27 de febrero 2019, 00:00

Constantes controles de seguridad alimentaria, análisis y conocimiento del producto esgrime a su favor la alta cocina tras la intoxicación en el restaurante Riff, además de pedir que no se condene públicamente a su cocinero sin conocer aún las causas de lo ocurrido. A la espera de los resultados de los análisis del Instituto Nacional de Toxicología para esclarecer los 30 casos de intoxicación detectados en el restaurante con una estrella Michelin y dos soles Repsol, cocineros de élite piden «respeto» y que no se juzgue a un profesional con más de 30 años de experiencia sin saber el origen de un caso investigado judicialmente. Se trata de Bernd H. Knöller, alemán que llegó a España tras trabajar en prestigiosos restaurantes europeos y en octubre de 1993 abrió El Ángel Azul, germen de su «gran sueño», el restaurante Riff, que inauguró en septiembre de 2001 y ahora permanece cerrado a la espera del esclarecimiento del suceso.

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El valenciano Ricard Camarena encuentra que «el tratamiento informativo ha sido muy sensacionalista por parte de muchos medios de comunicación y con poco rigor, porque se ha hecho un juicio sin tener toda la información sobre la mesa». «La seguridad alimentaria es altísima en nuestros restaurantes, con muchísimos controles e inspecciones de sanidad, con muestreos semanales de alimentos. Nosotros tenemos nuestro propio laboratorio porque somos un grupo grande (cinco restaurantes sólo en Valencia) y queremos dar comida rica y segura; en España es muy seguro comer en los restaurantes».

Alberto Ferruz, de BonAmb (Xàbia), conoce bien a Knöller, «un muy buen cocinero que lleva 30 años haciendo feliz a la gente con sus platos». Lamenta que «se le haya lapidado sin saber qué ha ocurrido». Reconoce que una intoxicación alimentaria es «la peor pesadilla de un cocinero», que les puede «pasar a todos» pese a que en la alta cocina «se cumple todo lo que plantea Sanidad». «Probablemente se dieron muchas coincidencias ese día», opina. Respetar la presunción de inocencia del cocinero es lo que pide Begoña Rodrigo (La Salita), quien critica la «falta de respeto» hacia su trabajo y el de su equipo. «La víctima no murió en el restaurante, fue a un hospital y la mandaron a casa», recuerda. «Se ha hecho un juicio paralelo sin juez y sin saber qué ha pasado, lamenta Kiko Moya, de L'Escaleta (Cocentaina). Estamos muy expuestos y tenemos pocos resortes de defensa».

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