La nueva Casa del Relojero de Valencia se inunda

La Casa del Relojero, ubicada junto al Miguelete y recién terminada su rehabilitación, ha resultado afectada por las lluvias y el patio interior se ha inundado, tal y como se puede ver en las imágenes. Los 56 litros por metro cuadrado recogidos en Valencia en un día, una cifra elevada pero no excesivamente peligrosa, han sido suficientes para que el desagüe del patio interior no haya sido suficiente para drenar el agua caída en la ultima DANA. Fuentes municipales señalaron que el martes se acercarán técnicos del Ayuntamiento para valorar los daños que haya podido sufrir el edificio.

Este edificio se ha levantado sobre un solar que hace décadas afeaba una de las zonas de la ciudad más visitada por los turistas. Esta construcción adjunta al edificio protegido respeta la alineación de la trama antigua de estas calles, pero eso sí, se ha apostado por un diseño muy moderno, que para nada replica la arquitectura tradicional de la original Casa del Relojero ni el entorno próximo, donde destaca el Miguelete.

La fachada es de color tierra e incluye un mirador y un balcón con material cobrizo que no se mimetiza con los materiales empleados históricamente en los edificios adjuntos.

La reforma de la Casa del Relojero se ha extendido en el tiempo. Las obras para levantar esta edificación han precisado de cuatro prórrogas. Tenía que haber estado terminado en mayo de 2022 pero hasta este ejercicio no se han concluido las obras. Los retrasos, según denunció entonces el PP en la oposición, suponen un incremento del coste de las obras de rehabilitación de 150.000 euros. La construcción se levanta sobre un solar de 275 metros cuadrados y genera en la planta baja una plaza que es de uso público.

La idea del anterior equipo de gobierno es que se convirtiera en un centro sociocultural, una vez habilitado el interior del edificio de nueva planta entre las calles Brodadors, Cobertís dels Brodadors, la Subida del Toledano y el Micalet.

Desde el Partido Popular se criticó que se hicieran estos trabajos sin realizar catas arqueológicas en profundidad, más allá de las efectuadas en la zona donde instalaron un ascensor. Y los populares denunciaron así que era una forma de privar a los valencianos de conocer su historia.

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