Crecida de la rambla del Poyo en Riba-roja el día de la dana. IRENE MARSILLA

La Confederación Hidrográfica del Júcar admite que el sistema que vigilaba el barranco del Poyo no es fiable

Un aviso en la propia página web del organismo de cuenca advierte de que el SAIH no se puede emplear «para la toma de decisiones que afecten a la seguridad personal»

Lunes, 24 de febrero 2025, 00:32

«No entiendo por qué se pone el foco en una fuente de información que lo único que hace es transmitir información en tiempo real, ... que eso es lo que hace la CHJ, como lo hace la Aemet». Pilar Bernabé, 5 de febrero. Estas declaraciones, o similares, se han repetido por parte de los representantes del Gobierno para defender que el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) ofrecía datos a tiempo real. Sabíamos, así lo había reconocido el mismo Miguel Polo, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que los datos con que contaban eran una estimación: «La magnitud de la crecida hizo que los caudales registrados en el punto de control sólo se pudieran estimar con fiabilidad hasta los 800 metros cúbicos por segundo, siendo necesario al finalizar la crecida reestudiar la curva de gasto de la estación». Ahora sabemos que, con todo, no son datos fiables. De hecho, la CHJ recomienda no usar esos datos para tomar decisiones que afecten a la seguridad de las personas.

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En un mensaje de aviso colgado en la propia página web del SAIH, se alerta de que se trata de una «red de telecontrol en tiempo real». Los datos medidos por los sensores de las estaciones remotas de control son transmitidos, de forma automática, al Centro de Proceso de Cuenca (CPC) utilizando una red de comunicaciones vía satélite o vía radio. Estos datos, desvela el mensaje, son transmitidos desde cada estación con una frecuencia cincominutal y son cargados en las bases de datos de tiempo real del CPC «sin filtrarlos ni depurarlos previamente».

«Esta alta frecuencia de transmisión y la gran cantidad de variables recibidas (mas de 3.000) hace que los datos en tiempo real disponibles en el CPC sean de naturaleza provisional hasta que sean revisados, depurados y validados», alerta la CHJ. Este proceso puede tardar unos 20 minutos, según la entidad ha reconocido en el informe remitido a la jueza de Catarroja. Una vez validados, se envía el correo electrónico que alerta del caudal.

Sin embargo, ni así parecen fiables. Es más, la CHJ implora en su página que estos números no sean usados para cuestiones como la seguridad de los personas. Por si esto fuera poco, advierte de que estas cifras «tienen el carácter de no oficiales y no pueden ser legalmente utilizados». «Incluso después de ser revisados, estos datos pueden haber estado afectados por placas de hielo, embalsamiento natural del agua debido a troncos y follaje, crecimiento de algas en la corriente, sedimentos en movimiento, malfuncionamiento de los equipos de registro y comunicación o errores en la transmisión de las comunicaciones», apunta la CHJ. Este último supuesto, por cierto, fue el que el profesor de Ecología, y creador del SAIH, Juan Soria deslizó en una entrevista con LAS PROVINCIAS el 21 de noviembre: que el sistema había dejado de enviar datos desde Chiva y Riba-roja por la fuerza de la tormenta, que creó una cortina de agua imposible de esquivar.

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«Los datos son revisados periódicamente para asegurar su exactitud», indica el aviso del SAIH, que añade algo mucho menos tranquilizador: «Las personas usuarias de los datos en tiempo real son advertidas de la naturaleza provisional de la información antes de usarla para la toma de decisiones que conciernen a seguridad personal o pública o aplicadas a un negocio que suponga consecuencias económicas u operacionales substanciales». La pregunta, por tanto, es clara. ¿Para qué necesitaba la Generalitat esos datos si no eran fiables y, sobre todo, no se pueden usar para tomar decisiones que afecten a la seguridad de las personas?

Este anuncio, eso sí, parece apuntalar la tesis de la CHJ de que la vigilancia no les correspondía a ellos, pero no porque sea así sino porque no disponían de las herramientas adecuadas para ello. Llama la atención, en este sentido, cómo desde del Gobierno se insistió en todo momento en que el Consell dispuso de unos datos en tiempo real en el Centro de Coordinación de Emergencias que el propio organismo de cuenca reconoce que no son fiables. Cabe recordar que pocos días después de la dana, la CHJ sacó a licitación pública el Sistema de Alerta Temprana (SAT), que sí tienen otras confederaciones como la del Ebro y que habría permitido informar antes de las barrancadas.

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