No hay quien no lo reconozca. La Albufera es un tesoro para Valencia y la Comunitat. Este es el sentir general de la población, de los expertos y también de la clase política. El problema llega cuando hay que convertir en hechos los buenos deseos. Entonces el parque natural pasa a un segundo o un tercer plano.
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Es lo que se trasluce de los presupuestos de la Generalitat Valenciana para el año próximo donde la Albufera no sale muy beneficiada. Si en las cuentas de 2022 se había previsto que en 2023 se destinarán diez millones para acciones de protección de la biodiversidad y los hábitats naturales, esta cantidad en el proyecto para 2023 ha quedado reducida a 7,8 millones, 2,2 menos que la cantidad inicialmente prevista.
Además, en las cuentas de 2022 esta partida -la de acciones para la protección de la biodiversidad en el parque- tenía consignada una inversión de 14,1 millones de euros distribuida entre 2022 (4,1 millones) y 2023 (diez millones). Ahora la cantidad prevista para estas actuaciones se ha quedado prácticamente reducida a la mitad (7,8 millones). Eso sí, se prevé que esta cantidad completa se ejecute en 2023.
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Las cifras que maneja la Conselleria de Emergencia Climática están muy lejos de las promesas realizadas por el jefe del Consell en Les Corts. En el debate de política general del año 2021 Ximo Puig prometió una inversión de 600 millones para el parque. De estas cantidades no hay rastro en los presupuestos para el año próximo como tampoco los hubo en las cuentas para este ejercicio. En concreto, había consignados cinco millones para el parque natural en 2022.
A todo ello se une la escasa ejecución del Consell. En la primera mitad del año tan sólo se había ejecutado el 0,5% en materia de saneamiento de aguas y del 30% en actuaciones en espacios naturales, ambas partidas directamente relacionadas con la conservación del parque natural.
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Este ritmo de inversión hace prever que los casi ocho millones que se han previsto gastar en acciones de biodiversidad sean en realidad mucho menos.
La anterior consellera de Emergencia Climática, Mireia Mollà, llegó a defender al jefe del Consell y señaló que esos 600 millones tienen que venir de la Unión Europea a través de los fondos para la recuperación.
De esta forma, el Consell ha fiado a proyectos financiados por la Unión Europea la recuperación de la Albufera y cede la responsabilidad a Bruselas del cumplimiento de estas inversiones.
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El problema es que las cuentas no salen. La Generalitat ha conseguido que el Gobierno central se comprometa con la construcción de una nueva depuradora en Alcàsser y de un colector paralelo al del oeste. Estas inversiones tienen que ir recogidas en el Plan Hidrológico del Júcar que está previsto que se apruebe este mes. La cifra prevista para estas inversiones es de unos 130 millones de euros.
Hasta el momento es la única cantidad que el Consell ha anunciado que pedirá a Europa para la Albufera. Para que se llegue a los 600 millones prometidos por Puig faltan 470 de los que nada se sabe hasta el momento.
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Al margen de estas inversiones, el Gobierno se ha comprometido a aportar 60 hectómetros cúbicos de agua al año para el parque.
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