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SARA BONILLO NAVARRO
Valencia
Miércoles, 3 de agosto 2022
Esta vez fue ella, pero mañana puede ser cualquier joven. Carmen P., una joven valenciana de 18 años hace un llamamiento a todas las jóvenes para que no cometan los mismos errores que pudo haber evitado ella en su momento.
La joven se encontraba de ... viaje de fin de curso en Magaluf (Mallorca) cuando la noche del 18 al 19 de junio salió con sus amigos de fiesta a una discoteca muy conocida de la localidad. Una vez dentro del local, fue a pedir una copa a la barra junto con una amiga. Mientras esperaban la bebida en la barra notó un leve pinchazo en la pierna, en ese momento no se alarmó mucho y pensó que se podría haber dado con algo, pero lo veía muy extraño porque no había nada alrededor: «Me giré varias veces y vi a un chico que estaba mirándome fijamente y riéndose cuando me daba la vuelta».
En ese momento veía todo muy raro y empezó a tener miedo, le comentó a su amiga que había notado un pinchazo en la pierna e inmediatamente fueron a avisar al resto del grupo. Una de las amigas encendió la linterna del móvil por si se había cortado con algo sin darse cuenta pero fue ahí cuando se dieron cuenta de que había sido un pinchazo porque «aún estaba cayendo la gotita de sangre por la pierna», detalla.
Cuando los jóvenes se dieron cuenta de la gravedad del asunto fueron a avisar a la seguridad de la discoteca. Carmen intentó explicarles a los empleados cómo se sentía, estaba muy nerviosa y comenzaba a hacerle efecto el pinchazo. «Tenía el corazón a mil, mi cuerpo se dormía, no sentía las piernas. En ese momento no me mantenía en pie», afirma la joven valenciana.
El personal de la discoteca, lo primero que dijo era que no tenían que llamar a la policía bajo ningún concepto «porque se iba a liar», explica la joven. Desconoce lo que se le pasaría en ese momento por la cabeza para hacerles caso pero «en un momento así en el que estás fuera de tu ciudad, no quieres alarmar a tu familia y sientes que pierdes el control sobre tu cuerpo decides hacerles caso porque crees que ellos son los saben», asegura Carmen.
Por estos motivos decidió no denunciar, le hicieron creer que tal vez no era necesario y que probablemente su nerviosismo se debía a un ataque de ansiedad, cuando Carmen afirma «he sufrido muchos ataques de ansiedad y no eran los mismos efectos», indica la joven.
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J. A. Marrahí / D. Guindo/A. Checa
Ahora, se arrepiente todos los días porque cada vez se están produciendo más hechos similares y justo en su caso la policía podría haber hecho algo por las cámaras de seguridad que había en la discoteca.
Probablemente Carmen no sea la única que se haya visto en esta situación y habrán muchos más casos que tampoco hayan sido denunciados, por lo que es necesario dar eco a estos hechos para que la gente sepa cómo actuar y evitar que cometan los mismos errores que la joven.
Por el momento, en Valencia se han interpuesto tres denuncias en las que varias jóvenes aseguraban haber sufrido pinchazos con sustancias químicas. Del mismo modo, el pasado fin de semana una chica fue atendida en el hospital de Dénia por un supuesto pinchazo mientras asistía a un festival de música.
Estas actuaciones se están llevando a cabo sobre todo en discotecas, conciertos, festivales, verbenas o discotecas con una supuesta intencionalidad de sumisión química para facilitar una agresión sexual. En todos los casos, se trata de chicas jóvenes, de entre 18 y 30 años, y las historias que relatan son muy semejantes. La mayoría de veces lo llevan a cabo cuando la víctima se encuentra sola o despistada o cuando van dos chicas juntas.
Pinchazos y sumisión química
El aumento de casos y el temor a que esos pinchazos terminen en agresiones sexuales ha hecho que el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, insiste en la importancia de limitar y vigilar al máximo los espacios de ocio nocturno donde se están produciendo los pinchazos y a «tratar a los agresores como lo que son: delincuentes», indica el presidente. Por su parte, la Consejería de Sanidad elabora una actualización del Protocolo de atención integral, sanitaria y judicial a víctimas de agresiones sexuales de la Comunidad, que data de 2019, para incluir un apartado específico para la atención a las víctimas de sumisión química con pinchazos.
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