Borrar
Coronavirus en la Comunitat | Cartas para diez víctimas

Cartas para diez víctimas

2020: ADIÓS AL AÑO MÁS TRISTE ·

Más allá de las frías cifras de fallecidos por el virus hay almas, proyectos e ilusiones truncadas, palabras que quedaron por decir... Reunimos diez cartas de familiares en su memoria

Jueves, 31 de diciembre 2020, 01:27

Vicente Sánchez (Valencia, 62 años)

«Guárdame un sitio contigo, en el cielo»

En este viaje a la vida eterna has sido el mejor compañero que he podido tener en 40 años. Doy gracias a Dios por tantos años de dicha.

La muerte ha extendido su sombra sobre nuestro hogar trayendo dolor, soledad, pena. Se fue la risa, se apagó la música, pero no nos quitará nuestro pasado, recuerdos, nuestro amor.

Te agradezco la familia que hemos formado, esos dos maravillosos hijos de los que estabas tan orgulloso y en los que te reconoceré cada vez que mire sus ojos. Me comprometo a seguir cuidándolos como tú has hecho con nosotros. Has sido el mejor marido, amigo, confidente y padre.

Me consuela haber oído de tus labios que habías sido muy feliz y te ibas en paz con Dios. Has hecho de mí una mejor persona. Cuando corríamos el maratón de NY me repetías: ¡No hay dolor!, ¡tú puedes!, ¡por tus hijos!, ¡juntos siempre adelante! Esas palabras resuenan en mi corazón continuamente. ¡Y seguiré adelante!

Guárdame un sitio contigo en el cielo. Cuídanos, guíanos. Te llevamos por siempre en nuestros corazones y no vamos a dejar de hablar de tí y recordarte.

Te amo profundamente. Tu esencia queda, tu voz se escucha, te sentimos sonreír. Has pasado de vivir con nosotros a vivir en nosotros, porque has pasado por nuestra vida dejando luz y resplandecerás en nuestra alma por toda la eternidad.

TEXTO: E. Cuchillo. Esposa de la víctima.

Nicanor Villanueva (Antella, 88 años)

«Tenemos la sensación de estar en un sueño»

Querido padre: todavía no podemos creer que no te encuentres entre nosotros.

Como si estuviésemos viviendo en un sueño profundo, aún tenemos la sensación de que un día despertaremos para seguir compartiendo nuestras vidas contigo. Serán nuestras primeras Navidades sin ti. Echaremos de menos tu voz, tu sentido del humor y tu presencia. Echaremos de menos ese abrazo y ese beso que ni en los últimos días de tu vida pudimos darte.

Nadie, bien querido, marcha sin una despedida y, como buenos creyentes, tenemos la esperanza de que estarás junto a Dios y junto a los tuyos, esperando el abrazo y el beso que te debemos, cuidándonos y protegiéndonos cada día. Agradecemos ser tus hijos y nos sentimos orgullosos de que seas nuestro padre.

TEXTO: Nicanor y Elvira Villanueva. Hijos de la víctima.

Esther Brines Colomer (Sueca, 86 años)

«Merecías una despedida de todos nosotros»

Mamá, no estás de cuerpo presente pero sé que te encuentras entre nosotros. Tu muerte, en pleno confinamiento, no nos dejó despedirte de ti. En la residencia quiero pensar que te cuidaron bien hasta el último minuto. Pero no estaban tus hijas para cogerte de la mano y mimarte. La última visita fue en marzo. Te dejamos con esa sonrisa tuya tan peculiar, tan sutil, tan bonita. A partir de ese día no dejamos de llamar preguntando por ti. Hasta que llegó Semana Santa. Nunca pensé que pasaría esto. Merecías un entierro digno, una despedida de toda la gente que te apreciaba. A tus hijas (Esther, Lidia, Raquel) y a mí misma nos has dejado un vacío. La vida quiso que fuera así. Cada una pasamos el duelo de forma diferente. Yo no te quito de mi mente. Siempre te recordaremos. Ahora ya estás junto al papá. Siempre en nuestros corazones. Descansa en paz mamá.

TEXTO: Marcela Beltrán. Hija de la víctima.

Vicente Mas Avellá (Gata de Gorgos, 72 años)

«El tiempo no borrará la luz que desprendías»

Fuiste una de las personas más fuertes y luchadoras que toda tu familia ha conocido. A todos los problemas les quitabas importancia con tu buen carácter y tu cercanía. Fuiste el hombro donde llorar, nuestro cómplice, nuestra caja de secretos, y nuestra alegría. Siempre estabas ahí, en lo bueno y en lo malo.

El tiempo no podrá borrar esa luz que desprendías, esa sonrisa tan característica que nunca se borraba de tu cara. Fuiste una gran persona y todo el que te conoció te recuerda por tu humildad, tu sencillez y tu honradez. Siempre estarás en nuestros corazones.

TEXTO: Araceli Mas. Hija de la víctima.

M. Carmen Solé Sanz (Enguera, 67 años)

«Sé que nos protegerás y nos ayudarás»

El mundo sigue su ritmo, pero mi corazón se ralentizó en el momento que te perdí. Todo mi mundo se desmoronó en cuestión de segundos. Mis ojos se llenan de lágrimas cada vez que te recuerdo y no ha pasado un día en el que no haya ocurrido. Es tan difícil que no estés a mi lado. Me gustaría decirte que todo va bien, pero mentiría, nuestros ojos no sonríen como antes. Te extrañamos en cada momento y situación. Sé que nos protegerás y ayudarás a sobrellevar este dolor que se incrementa en estas fechas, porque tú siempre has sido feliz viéndonos felices, y nos costará, pero lo intentaremos. Siempre serás eterna Mamá.

TEXTO: M. Carmen Núñez Solé. Hija de la víctima.

Ramona López (Xàtiva, 65 años)

«No hay día que no hablemos de ti»

Fuiste una madre ejemplar, siempre dispuesta a ayudar a todos, con alegría y ganas de vivir. Nunca pensamos que te irías de esta manera, sola. Luchaste pero finalmente no pudiste superarlo. No merecías un final que, por culpa de un virus, ha destrozado a toda una familia.

No hay día que no hablemos de ti u oigamos que hablan de ti. Hasta tus nietos te nombran y te recuerdan. Con la ilusión que tenías de que llegara 2020. Ibas a jubilarte y este año nos ha marcado. Nuestra estrella sigue brillando.

TEXTO: Juan Martí López. Hijo de la víctima.

José López Llopis (Antella, 65 años)

«Aún siento como si tuvieras que venir a comer»

Va a ser la primera Navidad sin ti. Mi amor, mi esposo, mi amante, mi todo. Amor mío. El pasado día 18 se cumplieron ocho meses sin ti. La casa está vacía. Aún siento como si tuvieras que venir a comer. Qué mal lo estoy pasando sin ti. Y por la noche cenando sola... No puedo superarlo. El tiempo lo madura todo pero hay personas que son más débiles que otras. Yo soy una de ellas. Siento quejarme tanto pero es que duele mucho perder a una persona a la que sigues queriendo y a la que no vas a ver más.

Te fuiste y no pude hacer nada. Sólo me queda rezar por ti. También tendré que rezar por mí. Para soportar tu ausencia y aceptar que, a partir de ahora, sólo te llevaré en mi mente y en mi corazón.

TEXTO: Rosa Escribano. Esposa de la víctima.

Manuel Fernández Cubiles (Antella, 87 años)

«Nos tocó saber que no podíamos acompañarte»

Un día de repente la vida nos pone en nuestro camino una situación dolorosa, una situación a la que, sin saberlo, nos íbamos a enfrentar, sin imaginar siquiera que la viviríamos de esa manera. Y ese día fue tu partida, Manolo. Nos tocó de lleno saber qué era no poder acompañarte y estar contigo en lo que serían tus últimas semanas de vida. Sin imaginar que nos quedaríamos tan pronto sin ti. Eras una persona afable y admirable, alegre y muy divertida. Los que te conocíamos bien sabemos lo que cuidabas de todos nosotros, de tu familia, sobre todo de tu gran amor (María). Ahora lo sabemos. Estar contigo era todo un cachondeo: las comidas familiares en las que no podían faltar tus chistes malos y tus risas antes de terminarlos, tus 'pechás' a comer en el Mulato con tus amigos los domingos, tus 'convois' con tus nietos y yernos. Siempre a punto para subirte a un coche.

Tu familia sabemos que desde donde estés nos estás cuidando y acompañando, pero, aún así, tengo que decirte que todos te echamos de menos.

TEXTO: Reyes Fernández. Hija de la víctima.

José Cuitavi Monzó (Quart de Poblet, 60 años)

«Te gustaba lo que hacías y moriste por ello»

Soy tu orgullosa mujer. Quiero contarte cómo eras, para quienes no te conocieran. Fuiste un gran profesional. Te gustaba lo que hacías y moriste por ello. Eras un gran marido, padre y abuelo. Conociste a tu nieta dos meses y te enamoraste de ella. Era tu otro amor.

Fuiste un gran compañero y amigo. Donde estuviste dejaste huella. Disfrutaste de tus compañeros de La Fe, del centro de salud de Gil y Morte y Convento y por último del hospital de Llíria. Viviste la vida feliz y disfrutaste de todo, pero en tu trabajo es donde demostrabas cómo eras. Todos te querían y estoy agradecida por ello. Has dejado un gran vacío y una gran soledad en mí y en la familia. Gracias por todo.

TEXTO: Inma Gutiérrez. Esposa de la víctima.

Emilio Chordà (Alzira, 94 anys)

«Seguiràs sent el meu exemple per millorar Alzira»

Estimat Papà, este va a ser el primer Nadal que no endarrerisc la felicitació als meus amics. Sempre esperava al teu aniversari, el 26 de desembre, per a enviar la nostra foto junts... i què coses, ens els teus últims anys ens digueres que en realitat havies nascut el 25.

Seguiràs sent el meu exemple per millorar Alzira com he descobert regirant els teus papers. Tu també tenies a punt eixe consell per al regidor de torn. Però sobretot el que m'impactà és com sempre estaves a punt per ajudar a qui t'ho demanara. En els teus últims anys col·laborares amb les mongetes que després t'acolliren. Ara ja estàs amb la teua Vicentina on seràs per sempre feliç.

T'enyorem, Papà!!!

TEXT: David Chordà i Argente. Fill de la víctima.

Publicidad

Premios Goya

La quiniela de los premios Goya 2025

Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Cartas para diez víctimas