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Vicente Sáez, Pablo García, Elena e Isbel y Aurelio Carrión. J.S.

Las dudas del certificado Covid valenciano

Los profesionales desconocen cómo se puede aplicar la propuesta del Consell. El propietario de un bar considera que no tendrá personal y las dueñas de una peluquería se preguntan si deberán invertir dinero

Juan Sanchis

Valencia

Viernes, 19 de noviembre 2021, 00:13

El Consell lo tiene claro. El certificado Covid será una realidad en la Comunitat probablemente a partir de la semana próxima. Ayer mismo tanto ... el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, como la consellera de Sanidad, Ana Barceló, lo dieron por seguro y parece que todo está supeditado a que se superen los posibles escollos legales a los que ya se han enfrentado las comunidades autónomas que han intentado aplicar el también conocido como pasaporte Covid.

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Pero este anuncio ha generado cierta inquietud y sobre todo muchas dudas entre los que posiblemente van a tener que pedirlo. Aunque el presidente Puig todavía no ha concretado dónde se va a aplicar, sí que ha dado algunas pistas y algunos ya se lo ven venir. Los espacios cerrados y con falta de ventilación se encuentran en el punto de mira del Consell.

Los problemas para estos profesionales surgen al evaluar cómo va a ser la aplicación del pasaporte porque parece que existe un gran consenso favorable a que se ponga en marcha esta medida tal y como se está haciendo ya en otros países europeos.

Los afectados destacan que no son policías y que los que van a sus establecimientos son clientes

Es el caso de Rosa Estarlich e Isabel Jordán. Las dos son propietarias de 'Mi Peluquería', un salón de belleza en la calle San Francisco de Borja de Valencia. Las dos están a favor de que se implante esta medida. «Es más seguridad para todos y eso es bueno», afirmó Isabel mientras explicó que en su negocio todavía se mantienen las medidas de higiene previstas. Así no ocupan todas las sillas y dejan espacio entre las clientas como medida de precaución.

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Elena Jiménez, una trabajadora del salón de belleza, señaló que «a mí este verano en Florencia me lo pedían para todo». Pero todavía tienen muchas dudas de cómo se aplicaría. «¿Hay que pedirlo siempre o si una clienta viene cada semana y si sabemos que se ha vacunado aún hace falta?», se preguntaba Isabel.

Porque son muchos los interrogantes. «No sabemos cómo va a funcionar», destacó Rosa. Este es el sentir general de todos los profesionales que ayer sondeó LAS PROVINCIAS en varios establecimientos de la ciudad. «¿Tendremos que comprar algún aparato para hacer los controles?», se preguntaban en esta peluquería de Valencia.

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Junto a las dudas está también la inquietud. Vicente Sáez es el propietario de un establecimiento de hostelería, Cafetería Rincón, en la Gran Vía Ramón y Cajal y considera que va a ser muy difícil controlar. «No saben cómo se pone esto a la hora del almuerzo o en las comidas. Tendría que tener a alguien pidiéndolo continuamente. Esto no es como un restaurante donde el horario es más ajustado y las mesas están controladas. Aquí entra y sale gente de manera continua. Es un tráfico que no termina y es muy difícil de supervisar a todos», manifestó.

También a Vicente le parece bien que se apruebe la medida porque da más seguridad a los clientes. Pero el problema sigue siendo el mismo: Cómo se va a aplicar. Las posibilidades son varias: Si van a tener que comprobar una QR que les enseñe si el cliente ha recibido la pauta completa de vacunación, si habrá una aplicación descargable que permitirá controlar a los usuarios, si tendrán que hacer algún tipo de inversión.

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Estos interrogantes se trasladan también a otros sectores profesionales. Pablo García trabaja en la tienda de cómics 'La Orda'. «Los fines de semana estamos hasta arriba», señaló. Tampoco tiene claro cómo se va a hacer cumplir la normativa si finalmente el Consell lo aprueba y los jueces lo avalan. En su tienda trabajan cuatro personas y cada sábado se les llena el local de clientes que a veces se pasan dos o tres horas mirando las revistas y decidiendo qué comprar.

El propietario de la cafetería duda de si la medida se aplicará sólo en los interiores o también en las terrazas

No parece que tampoco vaya a ser una tarea fácil para Aurelio Carrión, un taxista que espera la llegada de clientes en la parada de la plaza Alfonso el Magnánimo. Ya está haciendo de una especie de policía sanitario con las mascarillas. «Hasta el 90% de los que suben no la llevan puesta y tengo que recordárselo», apuntó Carrión.

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A este taxista también le parece bien que el Consell apruebe la medida, pero se pregunta, al igual que los demás, cómo va a tener que aplicarla. «Supongo que será con una QR o una aplicación», apuntó pero todo son meras especulaciones mientras el ejecutivo valenciano no se define. En cualquier caso, Carrión lo tiene claro: «Si se hacen bien las cosas no habrá problemas», apuntó.

Isabel Jordán explica que su peluquería se llena los viernes. «Es el día de más trabajo y no va a ser fácil controlar quien lo tiene y quien no lo lleva», resaltó. También señaló que si se trata de utilizar una QR va a ser difícil supervisarlo.

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«¿Cómo lo vamos a hacer si no nos dan los medios?», se preguntaba también Pablo García. Pero la realidad, como expresaba Elena, es que en otros países europeos ya se ha introducido esta medida. «A mí también me lo han pedido este verano en París. Cuanta más seguridad, mejor», recalcó Isabel.

Vicente Sáez puso encima de la mesa otra duda. Si al final la hostelería, como muchos temen, va a ser uno de los sectores en que se implanta, «¿será sólo en el interior y no hará falta en las terrazas o también se incluirán en la medida?».

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«¿Cómo voy a controlar a la gente que entra y que sale?, puntualizó García. Y es que todos ellos se han encontrado con usuarios que han puesto problemas cuando se les ha pedido que se pusieran las mascarillas o que utilizaran el gel de manos. Consideran que no son policías ni agentes de la autoridad y no quieren problemas especialmente si se trata de clientes. «Nos ganamos la vida con esto», señaló García.

«Las entradas y salidas de gente son continuas. No hay posibilidad de controlar la afluencia. Tendría que contratar a alguien»

Vicente Sáez, Cafetería Rincón

«Los fines de semana estamos hasta arriba. Si no nos dan medios para pedir el certificado no entiendo cómo lo vamos a hacer»

Pablo García, Tienda 'La Orda'

«Es más seguridad para todos y eso es bueno. Pero, ¿se lo tengo que pedir siempre a todas las clientas aunque vengan cada semana?»

Elena e Isabel, Mi Peluquería

«Tengo que recordar a nueve de cada diez viajeros que se pongan la mascarilla en el coche. ¿Ahora también el pasaporte?»

Estas son algunas de las dudas que plantean los profesionales que probablemente sean los que soporten el peso de la medida en el caso de que el Consell dé finalmente luz verde al proyecto. Todos los entrevistados no plantean ningún problema sobre la privacidad. Y esta es otra de las dudas que ponen sobre la mesa los expertos que señalan que la implantación de esta medida puede colisionar con algunos derechos fundamentales, tal y como ayer destacaba LAS PROVINCIAS. En esta línea están trabajando los servicios legales de la Generalitat Valenciana.

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