![Afectados en la estación de trenes de Joaquín Sorolla.](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/10/20/sorolla.jpg)
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El colapso ferroviario tras el descarrilamiento de un tren en un túnel en la capital de España también tiene sus consecuencias en Valencia. El caos ha causado un efecto dominó y hay valencianos y turistas desesperados porque no encuentran ni coche para alquilar ... ni autobús para viajar a Madrid ni pueden hacer frente a los altos precios que piden para tomar un avión.
Muy nerviosos se encontraban Verónica C. y Carlos M., una pareja que hoy tenía que viajar de Valencia a Valladolid y que se había quedado sin su tren Ouigo de Valencia y tampoco han encontrado ni bus ni coche. «Hemos venido a ver a la familia, porque yo soy valenciana, y teníamos que coger el tren a las 15.00 horas para luego irnos a Valladolid, pero nos lo han anulado», explica Verónica. Acto seguido han buscado alternativas en internet para coger billetes de autobús y se han encontrado con la sorpresa de que tampoco había.
Como alternativa, habían reservado un coche eléctrico «y resulta que nos lo han cancelado y nos encontramos aquí sin saber cómo volver y mañana los dos trabajamos».
Más suerte ha tenido Adriá Medina, su marido y su hijo porque ellos sí han tenido la opción de encontrar uno de los últimos coches de alquiler del día. «Teníamos que coger a las 20.25 horas un Ouigo a Madrid y nos lo han anulado. Nos avisaron a las 00.30 horas y hemos tenido que estar toda la mañana desde bien pronto buscando alternativas».
Esta mujer detalla que habían pensado también coger un vuelo a Madrid para las tres personas «pero nos han llegado a pedir hasta 900 euros. Algo impensable». Finalmente, a las 10.50 horas han cogido el coche de alquiler rumbo a Madrid. En tiendas de alquiler de coches como Europcar confirman que ayer les llamó mucha gente para pedir un coche y esta mañana ya no quedaban.
Por culpa del efecto dominó, Manuel Alarcón, vecino de Valencia, asegura que se ha quedado «sin poder alquilar un coche hoy porque se los han llevado todos. Resulta que me vienen unos invitados de México y quería llevarlos a un restaurante y ahora no quedan vehículos. Hay que ver el colapso ferroviario cómo ha causado daños encadenados».
Sergio Canet también tenía que coger esta mañana un Iryo a las 9.57 horas «y me informaron a las 20.49 de ayer que se retrasaría y que, además, llegará a Atocha, no a Chamartín». Este joven explica que vive en Madrid y «el problema de Chamartín es continuo, es horrible. Es el pan de cada día. Venía a ver a mi familia y hay veces que cuando salgo de casa, no sé cuándo voy a llegar y el ministro de Transportes se desentiende por lo que se ve y no tiene iniciativa».
Una valenciana residente en Madrid, Amelia A. estaba muy enfadada. «Primero me ha llegado un mensaje de la cancelación del tren y si no vengo a la estación Joaquín Sorolla, no me entero de que me podían reubicar a las 15.09 horas».
Amelia asegura que lo que está pasando con los trenes «no tiene nombre. No es un caso puntual, ya son cuatro veces en seis meses las veces que he tenido retrasos o cancelaciones». Por eso, opina que «el ministro del ramo no tiene vergüenza. tenía que dimitir».
Muy triste se mostraba también Elena Pelayo, que iba a viajar junto con Julián Villanueva. «Resulta que tengo a mi madre hospitalizada en Madrid y llegaré más tarde y encima nos desvían a Atocha». «Tendremos que coger un metro y tardaremos más en llegar», añade Villanueva.
Con filosofía se ha tomado el problema Manuel Bosch y su mujer. Tenían que haber cogido ayer un Iryo a las 19.53 «y luego nos dijeron que saldría a las 22 horas y luego se retrasó a las 23 y luego nos dijeron que a las 00. Vimos que se estaba complicando y como tenemos familia en Moncada, cogimos el metro y nos fuimos allí a dormir». Manuel explica que como son jubilados se lo toman de otra manera, «y así mi mujer ha llegado a poder ver a su hermano y nos alegramos de que no haya habido ningún herido».
Abraham Jesús tenía que salir a las 9.57 hacia Madrid para luego ir a Toledo, pero no ha sido hasta las 11.57 horas cuando ha salido el tren. «Hemos tenido que coger un taxi corriendo para estar a primera hora y luego va y se retrasa. Veremos cuándo llegamos a Toledo».
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Elena Pelayo y Julián Villanueva tenían que haber cogido un tren Iryo poco antes de las 9 porque Elena viaja a Madrid para estar con su madre que está hospitalizada, «pensaba llegar antes para poder cuidarla y me van a quitar tiempo de estar con ella». Por su parte Julián añade que «encima nos llevan a Atocha y nos tocará coger un metro por más estaciones y tardaremos en llegar».
Sara Chavero y tres familiares iban a pasar hoy el día en Madrid para ver a su hermano y a la cuñada y luego viajar a Galicia, «como se ha retrasado la salida del tren Iryo, tendremos menos tiempo para estar con mis familiares en Madrid«.
En la estación Joaquín Sorolla también estaban Ana Trilles, Palmira Julià, Manolo Tomás y Sergio Remolar, unos profesores de Villarreal que tienen que irse hoy a Lisboa para estar una semana en un programa Erasmus: «Mos han cambiado de la estación de Chamartín a Atocha y tenemos que llegar a tiempo para coger el avión que sale a las 18 horas a Lisboa. Veremos si podemos y ya veremos qué nos espera a la vuelta».
Al mediodía a los pasajeros que iban a coger el tren Ouigo a Madrid de las 15.10 les han advertido a última hora que quedaba cancelado. Algo que ha preocupado a dos jóvenes como Juan Ivars y Sandra López que debían, inicialmente, coger el transporte a las 13.30, después a las 15.10 para, finalmente, ser anulado. Como Ouigo no tiene atención al cliente en la estación de Joaquín Sorolla, ambos no saben qué harán. Por su parte, Ivars tiene que viajar a León y perderá el enlace. Teme la pérdida de la primera clase de la universidad.
De hecho, todos los Ouigo han sido cancelados, mientras que el primer Iryo no ha podido emprender su ruta habitual y los pasajeros han tenido que ser reubicados en los próximos trenes. Los siguientes trenes han operado con relativa normalidad. De hecho a las 13.57 ha podido salir un Iryo.
Otro leonés que no tenía hoy el tema resuelto es Fidel G. «Resulta que tenía que coger el Ave de las 13.30 horas y me han cambiado la salida a las 15.10 horas, pero tenía que coger un segundo tren hacia León a las 16.30 horas y no voy a poder llegar al enlace». Indignado ha explicado que lleva «casi 26 minutos llamando a atención al cliente de Renfe y no coge nadie el teléfono. Aquí en Valencia me dice que coja el Ave y que me desplace de Chamartín a Atocha por mi cuenta y que pregunté allí a las ventanillas si hay o no algún otro tren a León, pero yo tengo que llegar sí o sí esta noche porque trabajo. O que me paguen un taxi o a ver qué hacen».
Cabe destacar que en Valencia se celebraba este fin de semana un congreso de pediatras y estos retrasos también han afectado a los expertos que tenían que regresar a casa. Entre los asistentes a esta cita estaba Yara R. , Ángela M. , Cristina F. e Irene C. que confiesan que habían llamado a la estación de autobuses y no quedaba ni un solo billete «y hemos tenido que alquilar un coche y suerte que quedaba este. Nos tocará gastarnos 300 euros más la gasolina porque tenemos que ir a Valladolid y tendremos que sufrir cinco horas de recorrido más los atascos que pillemos para poder llegar a casa».
También estaban molestos María, Daniel Sans y Laura. Son brasileños y explican que tenían que coger el AVE a las 13.30 horas, «y el mensaje inicial que recibimos fue el de cancelación. Pero no nos dieron más información. Si no llegamos a venir a la estación Joaquín Sorolla no nos hubiéramos enterado que nos reubicaban».
Como anécdota, un grupo de amigos, entre ellos Juan Palomares, había venido a Valencia a pasar el sábado, se van hoy a Madrid en un AVE, «pero a última hora hemos pensado que nos apetecía irnos a Alicante a pasar el día y en el AVE nos dicen que sí sale y no nos devuelven el dinero. Eso sí que es tener mala suerte».
Los que llegaban de Madrid a Valencia tampoco estaban muy contentos con el caos ferroviario generado. Juan Antonio Parrilla, que viajaba con un grupo de jubilados, estaba indignado. «Teníamos que salir a las 9.45 horas de Madrid y no lo ha hecho hasta las 11 horas a Valencia. Llegamos con un retraso de hora y media y nos está esperando un autobús para irnos a disfrutar de Peñíscola. A ver si el ministro nos compensa estos retrasos».
Otra valenciana que ha sufrido lo suyo en Madrid es María Moreno. «Tenía que coger el tren Ouigo el sábado en Madrid a las 17 horas. Primero me dijeron que me reubicaban en otro y luego que se cancelaba y me compensaban y me tuve que ir a dormir a casa de unos amigos y este domingo he cogido el tren con otra compañía para llegar a casa».
También han llegado nerviosas tres compañeras de la asociación Miastenia. «Teníamos que haber llegado a Valencia con el tren Avlo a las 12.30 horas y no hemos estado en la estación Joaquín Sorolla hasta las 13.15 horas», indican Clara Morales, María Coral López y Paula Serrano.
Muy indignadas detallan que la «notificación del cambio de horario nos llegó a las cuatro de madrugada. A ver quién está a esa hora despierto para leer el mensaje. Y encima, como nos cambiaron la estación de Chamartín por la de Atocha, hemos tenido que coger un taxi que nos ha costado 30 euros. Estamos pensando reclamarlo».
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