daniel guindo
Martes, 28 de septiembre 2021, 00:22
La progresiva irrupción de nuevas variantes del Covid-19, mucho más contagiosas que la cepa original, hará difícil que, a corto plazo, se deje de utilizar por completo la mascarilla. Los expertos señalan que este dispositivo de seguridad debería mantenerse en espacios públicos cerrados (centros sanitarios y escolares, o el transporte público, por ejemplo) y en las aglomeraciones de personas, aun produciéndose en el exterior, mientras la vacunación no alcance a la gran mayoría de la población, no sólo en la Comunitat sino en todo el mundo. Los especialistas abogan también por mantenerla en momentos puntuales del día a día, incluso una vez erradicado el virus, como protección hacia otras dolencias.
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Al respecto, el presidente de la Sociedad Valenciana de Anestesia, Reanimación y Terapia del Dolor, Vicente Domingo, señala que la ciudadanía «ya tiene bastante interiorizado uso de la mascarilla», de ahí que sea más sencillo que se cumplan las recomendaciones que se difundan al respecto. Sobre el momento de dejar de utilizarla, Domingo apunta que «hasta que no tengamos vacunado a cerca del 90% de la población total (no de la vacunable) se debería mantener en interiores donde no se pueda cumplir con la distancia de seguridad. En centros hospitalarios, desde luego, y en el colegio también porque los niños son los que menos problemas ponen». El presidente de la entidad señala que si se extiende la vacunación entre los niños quizá esta retirada de la mascarilla podría producirse a finales de año.
En esta línea, María Ángeles Medina, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, se muestra cauta para evitar ofrecer «mensajes contradictorios que alimenten la postura de los negacionistas», pero apunta a que «algunas cosas han venido para quedarse». «Las mascarillas también disminuyen los contagios de otros virus como la gripe, por lo que las medidas de precaución también nos ayudan. Estos buenos hábitos no deberían desaparecer cuando haya posibilidad de contagio de cualquier virus. Por ejemplo, y de cara a la campaña de gripe, no sería descabellado que cuando haya una aglomeración de personas mantengamos las buenas costumbres, como el uso de la mascarilla, la limpieza de manos y la distancia de seguridad. Gracias a ello incluso hemos tenido menos casos de alergias y asma. En general, la mascarilla es una buena aliada para la salud».
Marisa Blasco, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Intensiva, Crítica y de Unidades Coronarias, va más allá y cree que por el momento es necesaria en interiores, cuando se comparta espacio con personas desconocidas, y en aglomeraciones en el exterior. «Y si nos quitamos la mascarilla al aire libre debemos respetar la distancia. En sitios cerrados va a tener que seguir utilizándose, sobre todo en transportes públicos». Blasco explica que las personas vacunadas «no caerán enfermas de gravedad pero pueden seguir siendo contagiadoras, y no toda la población se ha vacunado, va a seguir viniendo turismo y en muchos países que tasa de vacunación es mínima». Asimismo, la especialista agrega que «la gente que está enfermando en su inmensa mayoría es no vacunada y es gente que además no llevaba la mascarilla puesta porque hay mucho negacionista».
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