Familias piden que intervenga el Consell la residencia de Llíria tras la denuncia de maltratos

Las familias de 28 residentes del centro de mayores de Llíria DomusVi solicitaron ayer a la Generalitat la intervención de la residencia investigada por presuntos malos tratos y desatención a los ancianos. Dos representantes del grupo de afectados acudieron ayer a la Dirección Territorial de Bienestar Social para entregar un documento con sus peticiones.

Consternados por las imágenes grabadas y difundidas por una extrabajadora del centro, los familiares de los residentes solicitan de manera provisional inspecciones diarias y la contratación de profesionales, como médicos y auxiliares de geriatría, «para garantizar la salud de las personas que siguen ingresadas después de todas las atrocidades que han sufrido».

Según los firmantes del documento, «después de haber salido a la luz todos estos hechos, la residencia continúa con una nefasta gestión, tanto a nivel profesional como humana, ya que siguen sin dar comida a algunos residentes, no les dan la medicación a otros ni los asean correctamente y siguen desapareciendo enseres».

Los familiares de los residentes afirman que han descubierto graves desatenciones durante las últimas visitas el centro, como que no dan el desayuno, por ejemplo, «a algunos residentes que no pueden valerse por sus medios y ni siquiera pueden pedirlo».

El grupo de afectados aseguran que están «perdidos, desconcertados y sorprendidos», pero harán todo lo necesario para que sus seres queridos «no sigan sufriendo tanto físicamente como psíquicamente», y para gestionar el traslado urgente de cada uno de los residentes que su familia lo considere conveniente.

El centro de mayores de Llíria DomusVi tiene 35 plazas públicas, aunque hay ocupadas 34, por lo que un afectado que quería sacar a un familiar de la residencia se desplazó el pasado viernes a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas para solicitar el traslado a otro centro. «Nos atendieron muy bien y nos dijeron que era prioritario el traslado urgente de aquellos residentes que así lo decidan sus familias, y que iban a darle prioridad absoluta a este asunto por todo lo ocurrido, todo ello al margen de otras gestiones que están realizando, como inspecciones», explica Sixto Francisco.

«Pero claro, la realidad es que mientras esperamos a que sean trasladados, siguen ocurriendo negligencias dentro como ya sabemos. Tenemos muchísimo miedo a que le pase algo grave a nuestro familiar, que le cree secuelas de por vida o incluso que fallezca dentro del centro», añade uno de los portavoces de los afectados.

Mientras esperan el posible traslado de los ancianos a otros centros, sus familiares quieren asegurarse de que todos reciban «las comidas diarias que les toca y que no esté cruda, quemada o caducada». Otras de las peticiones de los afectados son «revisiones completas a los residentes para comprobar el estado de salud de cada uno de ellos», así como «una atención exquisita» y con suficientes trabajadores.

Sobre la situación en las residencias y las imágenes que se han difundido de los ancianos, el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, afirmó ayer que se están realizando las tareas de inspección y lamentó que algunas de ellas, «más allá de la pandemia, no han estado a la altura de su misión, que es tratar con dignidad a las personas». También señaló que la Generalitat tomará las decisiones pertinentes porque «hay expedientes abiertos».

Las cuatro inspecciones realizadas a la residencia de Llíria en 2019 derivaron en una propuesta de sanción en junio de 174.000 euros al observar irregularidades graves, como un trato degradante a los ancianos. Algunos no estaban vestidos o «sus posturas corporales eran inadecuadas», según fuentes de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas.