Uno de los accesos al hospital de campaña de La Fe de Valencia. irene marsilla

Un año del fiasco del hospital de campaña de la Comunitat Valenciana

El viento obligó a desalojar el recinto en enero de 2021, no se contempla ahora para vacunar y apenas se ha usado para hacer PCR

S. V.

Miércoles, 26 de enero 2022, 01:26

Los hospitales de campaña, y muy especialmente el instalado junto a La Fe de Valencia, han provocado más disgustos que satisfacciones a los responsables autonómicos. De hecho, hace ahora justo un año, el que pretendía ser el recurso estrella de la capital del ... Turia para atender a los enfermos de Covid vivió su episodio más amargo. La Conselleria de Sanidad tuvo que desalojar la infraestructura después de una noche caótica en la que el viento hizo imposible una estancia en condiciones. Así, y tras las quejas de la mayor parte de los 26 usuarios que albergaba en ese momento, se notificó de manera interna que se iba a trasladar a 20 pacientes a las instalaciones del antiguo hospital La Fe de Campanar «para mejorar su confort». El resto de usuarios recibieron el alta y ahí terminó la hospitalización de enfermos en este recurso, con apenas seis días de uso y una veintena de ingresos.

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De hecho, desde el principio se cuestionó su idoneidad para alojar a pacientes con todas las garantías. Distintos episodios de lluvias y viento lo pusieron de manifiesto, por lo que ni siquiera en la atroz tercera ola, cuando se ocupaban cafeterías y capillas de hospitales para instalar camas, se posicionó como una alternativa realmente viable -aunque desde la Conselleria de Sanidad siempre han defendido que se han utilizado para hospitalización cuando ha sido necesario-. En realidad, ha tenido más uso para la realización de pruebas PCR o colaborar en la campaña de vacunación de personal esencial como profesores y miembros de los cuerpos de seguridad del Estado.

Sin embargo, en la actualidad está prácticamente desmantelado su interior y ni siquiera se baraja como uno de los nuevos centros de vacunación que va a poner en marcha la Generalitat para la administración de las terceras dosis de la vacuna contra el Covid-19.Desde la Generalitat trasladaron en la presentación que estas instalaciones estaban pensadas para prestar servicio durante grandes periodos de tiempo y que contarían con las mismas prestaciones que uno de obra debido a la gran calidad de los materiales empleados, que permiten aislar el interior del exterior. Incluso indicaron que estarían formados por contenedores desplegables conectados entre sí mediante túneles para generar un aislamiento completo del exterior. Sin embargo, la lluvia y el viento demostraron que no era así.

Por un lado, el temporal registrado a principios de noviembre de 2020 destapó las carencias del hospital de campaña de La Fe. Áreas encharcadas, goteras y ordenadores inutilizados en estas instalaciones, en ese momento por estrenar, llevaron a la conselleria a reclamar un informe que aclarara lo sucedido.

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Pero no se debieron adoptar demasiadas medidas porque apenas dos meses después tuvo lugar el episodio del desalojo. Especialistas consultados por LAS PROVINCIAS explicaron que el hospital de campaña de Valencia también presentaba deficiencias en la climatización (puesto que se instalaron equipos utilizados para la celebración de eventos en carpas), los recorridos y vías de evacuación no eran los adecuados, la cantidad de baños y duchas eran insuficientes, sobre todo de baños adaptados, y faltaban zonas de descanso para el personal, entre otras cuestiones. La Inspección de Prevención de Riesgos Laborales constató también las deficiencias que presentaba el recinto y hasta salió a la luz que no contaba con las plazas UCI que contemplaba el contrato.

Este recurso también ha generado un conflicto económico. El gerente de Hispano-Vema, José Antonio Navarro Moreno, tuvo que reclamar el pago de más de ocho millones de los 15,5 que costaron la tres infraestructuras. La demanda por esta deuda llegó incluso a la vía judicial y al parecer la Administración todavía no ha satisfecho la totalidad del coste de estas instalaciones.

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El hospital de campaña de Valencia también fue, sin quererlo, el escenario de otro episodio que quedará en las retinas de la población: el momento en el que se paralizó la vacunación del personal docente al que se estaba inoculando AstraZeneca. Las dudas sobre los efectos secundarios y el efecto cascada tras la postura de varios países europeos hicieron saltar por los aires la planificación de la Generalitat para el colectivo de la enseñanza.

Y como remate, más de un año después de su construcción el Ayuntamiento de Valencia revisó su funcionamiento constató que era ilegal. Un informe técnico municipal instó a la Administración autonómica a «legalizar» la instalación o tendría que proceder a su demolición. Y cuando Sanidad al fin dio la orden de desmontaje irrumpió la actual sexta ola, por lo que se paralizaron los trabajos hasta que se vuelva a contener el avance del virus. La conselleria sabe que, al menos a corto plazo, no va a volver a utilizarlo y que en breve se almacenará para próximos usos.

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