Tariku Novales, la figura del maratón en España que se consagró en Valencia

Y en cierto modo esta es la doctrina de Tariku Novales, un chico de 25 años con aspecto y genética etíopes pero con acento gallego. Nació en el país africano y se crió en el norte de España con su familia de adopción, para pulirse como atleta en Madrid. Ahora, al cuarto de siglo de existencia, se ha consagrado como atleta a orillas del Mediterráneo. «De tanto hablar de él, aún no he podido asimilar el resultado. Yo soy muy analítico con el tema de correr y el aire que respiras en Valencia es único. Venía de Madrid, que es más seco, con mayor altitud y con más contaminación, y se nota. Es agradable pisar de nuevo esta ciudad, y sobre todo cuando hace poco has tenido una sensación y unas vivencias tan bonitas», reflexiona.

Si Tariku Novales nació en Etiopía y se crió en un pequeño pueblo de Galicia, la madurez –al menos en su faceta de atleta de élite– la ha alcanzado en Valencia. «En 2022 la gente no me reconocía como uno de los españoles. Por mi tez oscura me camuflaba entre los etíopes y me animaban en inglés, como diciendo: 'Este pobrecito se ha descolgado'. Fui el primer español y eso ya se ha notado este año, he escuchado mi nombre 'tropecientas' veces por todo el recorrido. Eso es fruto de aquel y otros buenos resultados», comenta.

Fue el primer peldaño hacia el éxito después de unos años amargos por las lesiones y ciertos interrogantes sobre su origen que lo lastraban a nivel mental. «Ante esas necesidades, cogí la mochila y volví a Etiopía, empecé a descubrir mis orígenes y a dar respuesta a todas las preguntas que tenía, aunque algunas cosas que descubría no fuesen agradables. Lo que iba a ser un viaje de una semana duró mes y medio», recuerda Tariku Novales. Corría 2021 y a su regreso algo cambió, porque desaparecieron las dolencias y emergieron los resultados: «Ahora por fin soy maratoniano, ya no como promesa, sino como realidad. Estoy llamando a la puerta para ser una referencia en el atletismo español».

Con humildad pero con determinación. Como la que demostró justo antes de la salida del Maratón de Valencia, cuando ya predijo que estaba para asaltar el récord de España: «Yo soy un atleta que no se esconde. Tengo mucho respeto a mi dedicación y al trabajo, el mío y el de mis entrenadores. Ahora lo que me he quitado de encima es el miedo a lesionarme, que en los años anteriores había perdido mucha confianza».

Todo ese trabajo, las vivencias, ver de cerca a su admirado Bekele, la meteorología y el circuito perfectos conformó un caldo de cultivo ideal para que emergiera el mejor –hasta ahora– Tariku Novales: «El récord de España me ha abierto muchas puertas: casi me asegura los Juegos Olímpicos y es un importante paso al frente a nivel de confianza». Estas fiestas ha vuelto a su pueblecito de Galicia a pasar tiempo con sus amigos y a disfrutar de un buen plato de mejillones: «Me encantan, me los como pipas». En 2024 se sentará a planificar un año donde el objetivo está en París. ¿Medalla olímpica? «En julio, cuando se acerque el maratón de París, podré decir el objetivo. Ahora sueño con ser finalista olímpico».