Dos ejemplares. Este es el número de flamencos que la Conselleria de Medio Ambiente ha detectado en la Albufera este jueves. Técnicos del departamento ... que dirige Salomé Pradas contabilizan diariamente la afluencia de estas aves en el lago desde su aparición a mediados de diciembre y esta medición ha sido la más baja de todas.
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Pero esto no quiere decir nada porque según los técnicos mañana pueden volver a ser miles. Aunque desde la Conselleria de Medio Ambiente señalan que la tendencia parece ir a la baja de forma que desde el pico máximo alcanzado la pasada semana de más de 28.000 ejemplares se ha llegado a los dos que se han registrado este jueves.
Muchas de las personas que se han acercado este jueves al observatorio de aves del centro de interpretación de la Albufera se han quedado con las ganas de ver a estos flamencos que habían desaparecido de la zona donde habitualmente se concentraban. En el Racó no había ningún ejemplar en el mismo punto donde había centenares sólo unas horas antes.
La presencia de estos flamencos ha suscitado una gran expectación entre los valencianos que han acudido en masa a observar unas aves que no son tan habituales en la Albufera. De hecho, la afluencia de público ha provocado atascos en la carretera del Saler varios días. El martes las retenciones llegaban desde la rotonda de El Palmar hasta la del Sidi Saler.
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Ya el curso pasado se contabilizaron miles de estas aves en el parque y muchas de ellas se quedaron para nidificar durante toda la primavera. Pero este año acaban de desaparecer. Los expertos recuerdan que son aves migratorias que se desplazan de un punto a otro según la disponibilidad de alimentos.
Esta razón, la existencia de comida, ha sido uno de los argumentos a los que los expertos recurren para explicar la presencia de estos animales en este humedal. Así lo explica Mario Giménez, delegado de SEO/Birdlife en la Comunitat Valenciana, que recuerda el carácter migratorio de estas aves.
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«Hoy pueden estar aquí y mañana en otro punto a decenas de kilómetros», destaca y apunta a que en la Albufera han encontrado un lugar donde comer y descansar. Fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente han señalado que la presencia de estas aves avala que el parque natural ha mejorado su estado.
Los expertos consultados por este periódico destacan que estas aves son migratorias y están acostumbradas a desplazarse de un lugar a otro en busca de alimento. Van a El Hondo de Elche o a Fuente de Piedra (Málaga). En este sentido, las mismas fuentes indican que otro de los factores que explicaría la presencia masiva de flamencos en la Albufera es el mal estado de otros humedales.
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También se barajan varias causas para explicar el súbito abandono de la Albufera. Por un lado, los expertos recuerdan que se trata de aves migratorias acostumbradas a ir de un humedal a otro movidas por la necesidad de alimentarse (su principal comida son pequeños crustáceos, algunas algas e invertebrados).
Estos expertos señalan que tiene que haber alguna razón que explique este comportamiento de las aves pero todavía no ha podido ser clarificada aunque apuntan que pueden haber sido varios los factores. Lo que sí que ha quedado claro es la tendencia a la baja de estas bandadas. Si la semana pasada desde la conselleria se contabilizaban más de 28.000 ejemplares, el miércoles se registraron sólo tres mil y este jueves, únicamente una pareja.
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Por otro lado, se señala que la afluencia de tanto público estos días puede haber provocado que se sintieran presionados y buscaran otros lugares más tranquilos.
De hecho, el comportamiento de estas aves ahora ha sido distinto al que mantuvieron el curso pasado cuando las cinco mil parejas permanecieron en la Albufera durante toda la primavera y nidificaron en el parque, el gran temor de los agricultores del parque.
Estos días, y según el censo que realiza la Conselleria de Medio Ambiente, se han detectado 600 estructuras de nidos que han sido abandonadas y no han acabado de realizarse. Por otro lado, únicamente se han localizado 60 huevos puestos que también han sido abandonados por lo que todo indica que no han nidificado en la Albufera.
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Estos días festivos han propiciado que muchos valencianos y turistas se hayan acercado al parque natural para observar a esta los flamencos. El fin de semana pasado se produjeron importantes retenciones en la CV-500 (la carretera del Saler) por la cantidad de vehículos que se dirigían al mirador y estas jornadas de vacaciones han facilitado que el centro de interpretación de aves sea un lugar muy visitado.
Pese a esta afluencia de público, el Ayuntamiento de Valencia no ha habilitado ningún dispositivo especial para ordenar el tráfico. El argumento que utilizan es que la CV-500 es una competencia de la Guardia Civil de Tráfico y que ellos poco más pueden hacer. Los efectivos de la Policía Local se concentran en el párking del mirador y en la rotonda del Saler.
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Por otro lado, fuentes de Tráfico, han destacado que no tienen previsto ningún dispositivo especial para este próximo fin de semana en la carretera del Saler.
Además, fuentes de la Policía Local de Valencia han señalado que tampoco se ha requerido a la Guardia Civil que organice un dispositivo adicional para prever la posible afluencia de visitantes al centro de interpretación de la Albufera durante los próximos días festivos.
En este sentido, también se posicionó el grupo municipal socialista del Ayuntamiento de Valencia por medio de Elisa Valía que pidió a la alcaldesa, María José Catalá, que «aumente la frecuencia de autobuses que van a La Albufera con el objetivo de que las personas que quieren ir a ver los flamencos tengan una alternativa real al coche y podamos evitar el colapso del parque natural».
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El agua de la Albufera va recuperando progresivamente su color habitual y abandona el tono amarronado o rojizo que ha mantenido durante semanas. El envío de 6,5 hectómetros cúbicos de agua por parte de la Acequia Real del Júcar ha contribuido a que las aguas vayan adquiriendo su tonalidad verdosa habitual. También ha jugado un papel decisivo la remesa acordada por la Conselleria de Medio Ambiente, el Ayuntamiento de Valencia y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) de enviar un nuevo aporte de caudal de 248.400 metros cúbicos para «mejorar la calidad y calidad» procedente de la Depuradora de Pinedo.
Los científicos, mientras, intentan averiguar qué es lo que ha provocado la coloración del lago. Siempre se ha hablado de la presencia de algún microorganismo aunque se indicaba que este cambio de color no estaba afectando a la calidad de las aguas.
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El equipo dirigido por Antonio Camacho, catedrático de Ecología de la Universitat de València, también ha tomado unas muestras que han analizado. El resultado ha sido sorprendente ya que se ha detectado la presencia de un microorganismo que hasta el momento no se había identificado.
En este sentido, Camacho ha señalado que no aparece identificado «ni su género ni su especie» en los bancos de datos. Se trata, según ha explicado, de una cianobacteria de la familia de de Leptolyngbyaceae con un pigmento que es capaz de captar mejor la luz y como consecuencia se explicaría el cambio de color de las aguas. La coloración se produce porque posee un pigmento de color rojizo que con las cianobacterias provoca ese color.
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El catedrático de la Universitat ha señalado que se desconoce en estos momentos si esta bacteria era nueva o ya se encontraba en las aguas del parque. «Ahora seguimos con los estudios para saber como puede responder a las características ambientales», ha explicado.
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