La línea infernal de alta velocidad entre Madrid y la Comunitat

El 18 de diciembre de 2010 los Reyes de España inauguraban el trazado del AVE que conectaba Madrid con Valencia en apenas un viaje de 94 minutos arropados por todas las autoridades nacionales, autonómicas y locales. Sin embargo, casi 14 años después pesan más en la balanza los escándalos y el caos que las buenas noticias. La última nota negativa conocida ha sido el 'infierno' que vivieron el pasado lunes los 494 viajeros que iban abordo de un convoy Avlo, perteneciente a Renfe, que salió a las 13.31 de la estación Joaquín Sorolla de Valencia y que debería haber llegado a Madrid a las 15.38 horas. No obstante, cuando el tren encaraba ya el túnel de la instalación ferroviaria de Chamartín se frenó en seco por culpa de una avería mecánica que mantuvo a los usuarios encerrados en los vagones durante una hora y media a temperaturas superiores a los 40 grados hasta que fueron remolcados hasta Chamartín. Además, el percance ocasionó retrasos de entre 70 y 80 minutos en las conexiones Madrid-Valencia.

En medio de la penumbra y sin aire acondicionado, pues se fue la luz en todo el ferrocarril, algunos pasajeros decidieron emprenderla a martillazos contra una de las ventanas del ferrocarril mientras eran jaleados por el resto de viajeros. Y es que la magnitud de la incidencia que afectó a los convoyes repletos de valencianos fue tal que el ministro de Transportes, Óscar Puente, la definió como «la gota que colma el vaso» contra Talgo, la empresa ferroviaria española creada en 1942, contra la que Renfe pretende «tomar las medidas de ajuste operativo oportunas» en forma de «compensaciones económicas».

Según Puente, los trenes de Avlo de la Serie 106 fueron estrenados el 21 de mayo en las vías españolas y «están dando infinidad de problemas que sufren los usuarios y deterioran la imagen del servicio». El ministro ha asegurado que el modelo de tren que causó el incidente del pasado lunes era del tipo S106. Estos modelos han ido aumentando en cantidad de los 22 iniciales hasta los 32 servicios actuales en todo el territorio nacional. De esta treintena, un total de cuatro cubren la línea Valencia-Madrid en ambos sentidos.

«Debido a las reiteradas incidencias de los trenes Serie 106, los clientes de Renfe han perdido confianza en nuestro servicio, lo que les ha llevado a efectuar críticas negativas que han afectado a la reputación de la empresa. Por otra parte, se han producido costes adicionales y un uso de tiempo y recursos materiales y personales», ha aseverado Puente antes de sacar la notable diferencia estadística entre la puntualidad entre los convoyes S106 de Avlo y los de Alta Velocidad y Larga Distancia de Renfe. Mientras estos últimos tienen una puntualidad del 76,2%, los fabricados por Talgo apenas alcanzan el 40,72%.

El episodio más reciente no es ni por asomo un caso aislado en los últimos tiempos de la ruta Madrid-Valencia. De hecho es el sexto percance que azota la vía en lo que va de año, tras retrasos, averías en la catenaria y desvíos de trayectos por obras. A finales del pasado mes de junio, el pasaje de un AVE con origen desde la estación madrileña de Atocha tuvo que esperar 83 minutos de reloj parado en las cercanías de Cuenca y seguir su trayecto a una velocidad menor de lo habitual hasta la capital del Turia, demora que le hizo estacionar en Joaquín Sorolla pasadas las 13.30 horas, cuando el horario previsto era a las 11.47. Asimismo, el mismo mes de junio, y en concreto el día 6, otro convoy que cubría el trayecto entre la capital de España y Valencia llegó con hasta tres horas de retraso a su destino.

Otras operadoras ferroviarias también han visto truncados algunos de sus viajes entre la Comunitat y Madrid. Véase como ejemplo el incidente de que tuvo lugar el pasado 8 de marzo cuando la falta de tensión en la catenaria detuvo durante dos horas un tren de la compañía Iryo entre Utiel y Requena y ocasionó retrasos de 15 minutos en el resto de trenes de la línea de AVE Madrid-Valencia. Los hechos sucedieron sobre las 16.00 horas de la tarde y, no se empezó a retomar la normalidad en la circulación hasta pasadas las 18.00 horas.

No obstante, los problemas en el trayecto vienen arrastrados desde el año pasado cuando el 1 de diciembre los trenes de alta velocidad entre Madrid y la Comunitat Valenciana registraron retrasos en la circulación de hasta tres horas debido a una avería del sistema de señalización en la estación de Chamartín.

Por otro lado, las obras del canal de acceso ferroviario en la ciudad de Valencia, todavía vigentes, dejaron a finales de abril los primeros problemas para los viajeros, con algunos desvíos o traslados por carretera. Renfe y Ouigo suprimieron algunos trayectos que tenían como salida la estación Joaquín Sorolla tanto el 28 de abril como los días 5 y 12 de mayo. Los citados trabajos que comenzaron a realizarse eran necesarios para liberar espacio y así avanzar con la ejecución de las estructuras, en concreto, la instalación de pantallas y losas, del futuro túnel de integración de la infraestructura ferroviaria en la capital del Turia.