![Una estudiante durante el primer día de selectividad.](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202106/09/media/cortadas/1437553319-RDeOjcpozLaVsaUuX6QVSdN-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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El examen de Lengua y Literatura Castellana, que ayer abrió la segunda jornada de la selectividad, ha levantado polémica entre el profesorado de Bachillerato por el ejercicio de producción escrita, en el que los alumnos debían componer un texto de entre 200 y ... 300 palabras sobre el siguiente tema: «En qué consiste (para usted) ser patriota». Las críticas a la pregunta y también al texto de la que se desprendía arreciaron en redes sociales y en grupos de mensajería instantánea al considerarse que tenía connotaciones políticas.
El texto propuesto en la prueba era un artículo de Vicente Vallés publicado en el diario La Razón. Con el título 'La estirpe de los equidistantes' el periodista pone en valor la postura adoptada por el autor Manuel Chaves Nogales tras el estallido de la guerra civil, en contraposición con la polarización actual que se vive en la política española.
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Además, Vallés utiliza la figura del autor para defender la Transición. «Quienes en el ejercicio de su libertad siguen respaldando aquel pacto democrático son señalados por los nuevos inquisidores como parte de una despreciable estirpe de equidistantes», dice el periodista.
«Porque se desprecia y se persigue al moderado y sólo se acepta la adhesión inquebrantable, sea por convencimiento fanático o por miedo», continúa. «Eso fue lo que obligó a salir de su país a tantos españoles. Entre ellos, a Manuel Chaves Nogales: republicano, antifascista, anticomunista, demócrata y patriota. Equidistante», concluye.
Los estudiantes tuvieron que hacer un breve resumen del artículo, destacar cuál era su idea central y escribir un texto en registro formal en base a la pregunta citada. Varios docentes consultados por este periódico explicaron ayer que existe un pacto tácito para evitar contenidos que puedan tener una lectura política o polémica, en referencia a las reuniones de coordinación de la materia, en la que participan especialistas universitarios, los que redactan las pruebas de la selectividad, y docentes de Bachillerato, que no intervienen aunque son conocedores de las pautas y contenidos a incluir de cara a la preparación de los alumnos de 2º de Bachillerato.
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«Es completamente improcedente», alegó una profesional consultada ayer. «No sólo se tienen que evitar en las PAU, sino que tampoco se utilizan textos políticos en clase para evitar susceptibilidades», añadió. Incluso, dijo, se advierte a los alumnos de que deben abstenerse de mostrar sus ideas políticas en los exámenes por si pudieran influir negativamente en la evaluación.
Es decir, se trata de evitar que una connotación ideológica pueda condicionar al corrector al que le toque el examen, aunque en la práctica los criterios aprobados nada tienen que ver. Oficialmente lo que se valora es la adecuación de la respuesta, el registro utilizado y el manejo de recursos morfosintácticos, del léxico, de la puntuación y de la ortografía.
Las críticas corrieron como la pólvora por los grupos de mensajería instantánea y en redes sociales. Entre los motivos alegados se destacaba que se empuja al alumno a trasladar una ideología a la hora de componer la redacción -«la producción se presta a que sean extremistas»- e incluso se criticaba «la carga política» del artículo de Vallés, periodista del grupo Atresmedia.
También se adelanta que semejante pregunta causaría polémica, como así ha sido, y se planteaba la posibilidad de presentar un escrito de protesta ante la comisión de materia, incluyendo otros aspectos como que no haya aparecido una pregunta de modalización, como estaba previsto.
Fuentes de la citada comisión explicaron que ayer se celebró una reunión con los correctores en la que algún participante criticó la carga política del texto, aunque no fue una postura generalizada. Y se le respondió que no se trataba de un artículo muy distinto a los utilizados otros años.
En las redes se llegó a hablar de que la pregunta y el texto de Vallés son síntomas «del auge del anticomunismo y las posiciones conservadoras», o se tilda de «fachas» a los miembros del tribunal -que nada tienen que ver con el diseño de la prueba-. También hubo humor. «Una velita para que el profe que me corrija sea de izquierdas», escribía una estudiante, mientras que decía que el siguiente paso sería pedir «de qué partido somos».
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