Ximo Puig y Pablo Broseta durante el acto celebrado en el Palau de la Generalitat. Jesús SIGNES

«Manuel Broseta pediría responsabilidad a nuestros políticos»

Ximo Puig destaca la vigencia de los valores del catedrático valenciano: «ETA sabía a quién iba a asesinar»

Joaquín Batista

Valencia

Viernes, 14 de enero 2022, 15:59

El presidente de la Generalitat Ximo Puig y Pablo Broseta han protagonizado una nueva edición del ciclo 'Diàlegs al Palau' en la que han conversado sobre el legado del catedrático de Derecho Mercantil Manuel Broseta, la polarización política y el fin de la violencia etarra, ... entre otros temas, coincidiendo con el 30 aniversario del asesinato del profesor, que se cumplirá mañana. El debate ha sido moderado por la periodista de COPE Valencia Ana Matamales.

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Su hijo Pablo, presidente de la asociación Amigos de la Fundación Broseta, ha recordado varias anécdotas familiares y lo ha definido «como un gran escuchador». «No se puede llegar a consensos si antes no escuchas. Él consultaba, y como siempre decía, hay que ponerse al otro lado de la mesa, y creo que fue una actitud que aplicaba en todos los terrenos», ha señalado en su primera parte de la intervención.

También se ha referido a la importancia de la voz de las víctimas del terrorismo, «colectivo que debería haber sido consultado ante determinadas medidas», refiriéndose concretamente al traspaso en la gestión de las prisiones vascas, del mismo modo que ha lamentado que haya sido «instrumentalizado» por anteriores gobiernos.

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Además, ha insistido en la importancia del relato entre las nuevas generaciones - «los planes de estudio de mis hijos no han tenido la suficiente solidez sobre lo que ha sucedido en España»- y ha añadido que «cuesta entender que el Gobierno central se apoye en partidos separatistas, independentistas y contrarios a los valores del 78», antes de defender que a su juicio el PSOE «no entra en ello». En este sentido ha echado de menos la consecución de acuerdos entre los grandes partidos, una manera de repartir responsabilidades ante el panorama político a nivel nacional.

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Ante la pregunta de la moderadora de qué pensaría su padre de la clase política actual, Pablo Broseta, sin querer entrar en grandes detalles, sí ha destacado que a su juicio «habría reclamado responsabilidad como valor fundamental, en el sentido de alcanzar grandes acuerdos en beneficio de la sociedad». «La sociedad no se polariza porque sí, sino porque lo ve en sus responsables políticos. Necesitamos que sean capaces de minimizar tensiones», ha dicho.

Sin escolta

En el terreno personal, ha recordado una conversación en una cena de Nochebuena en la que su tía Julia preguntó a Manuel por qué no llevaba escolta pese a ser consejero del Estado. «Él dijo, ¿quién va a querer matarme a mi? Y si quieren que lo hagan, lo que no soportaría es la posibilidad de salir con vida y hubiera funcionarios públicos cuya misión fuera protegerme que pudieran haber muerto».

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Otro pasaje parecido surgió en una conversación ante la televisión a raíz de un atentado, cuando Pablo exclamó que todo se solucionaría matándolos a todos: «Me miró con la cara desencajada y me dijo que no podía estar más equivocado, porque seríamos como ellos».

Ximo Puig, por su parte, ha afirmado que ETA «sabía a quién iba a matar», una manera de destacar el papel jugado por Broseta en el avance de la democracia, y ha defendido que sus valores siguen plenamente vigentes. Por ejemplo, ha citado una frase suya en relación al autonomismo, señalando que «el sistema autonómico no podía ser una confrontación entre comunidades», y en este sentido ha recordado el papel del catedrático en los pactos autonómicos de los años 80, insistiendo en que «es buen momento para su revisión desde la lealtad federal», vinculando esta deseada actualización con el futuro modelo de financiación.

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El presidente de la Generalitat también se ha referido a la importancia del relato. «La huella del terrorismo sigue presente y debe estarlo, si no traicionaríamos a los asesinados y también nuestra dignidad», ha explicado, antes de destacar que ETA «luchó más contra la democracia que contra el franquismo». Por último, ha defendido los principios de Manuel Broseta, de la ilustración y de «la intelectualidad» como vacuna contra el extremismo. «Debemos estimular la visión crítica de los alumnos para que entiendan el mundo sin la barrera del fanatismo», ha concluido.

 

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