Familias votando en un colegio de Valencia, el año pasado. Iván Arlandis

Medio centenar de colegios valencianos votarán el cambio a la jornada continua a finales de mes

Las urnas se colocarán el día 27 y la propuesta necesitará un apoyo de al menos el 55% del censo de padres y madres

Joaquín Batista

Valencia

Viernes, 17 de febrero 2023, 07:35

La Conselleria de Educación ha autorizado votaciones en cuarenta y seis colegios de la Comunitat para decidir si a partir del curso que viene aplican la jornada continua. Es decir, la concentración de las clases antes del comedor, liberando el horario de la tarde ... para organizar talleres de carácter voluntario para las familias.

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Es la sexta vez que el departamento autonómico convoca un proceso de modificación horaria. El primero llegó en 2016 y también se organizó entre 2017 y 2019. En 2020 y 2021 no existió esta posibilidad porque la administración decidió modificar la normativa que regulaba el cambio, casi coincidiendo con la irrupción de la pandemia. El último se impulsó el año pasado, ya con la nueva regulación. En la actualidad ya es la modalidad horaria mayoritaria en el sistema educativo valenciano, pues la aplican 750 escuelas de Infantil y Primaria, la inmensa mayoría de la red pública. Son el 52,2% del total.

Sólo cuatro de los centros llamados a las urnas se ubican en la provincia de Alicante. Que sean tan pocos se explica en que el camino ya está recorrido, en el sentido de que casi todos los interesados han podido aplicar la jornada continua en los años previos, siendo el territorio con mayor proporción de escuelas con horario intensivo: el 75,3% de todos los colegios que imparten Infantil y Primaria. De la provincia de Castellón votarán 12 (actualmente funciona en el 38,7%) y de la de Valencia los 30 restantes (40,2%). Y sólo uno es de titularidad concertada.

Para llegar a esta fase los centros interesados han tenido que presentar un proyecto horario, recogiendo la distribución de las sesiones lectivas y la programación de los talleres vespertinos, así como quién se encarga de su impartición (normalmente las empresas de comedor).

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Las urnas se colocarán el día 27, y Educación sólo dará el visto bueno al cambio si la propuesta suma el apoyo de menos el 55% del censo total de padres y madres. Es decir, el escrutinio no se basa en las papeletas depositadas, sino en la cifra global. Dicho de otra forma, no votar equivale a un 'no'. Cada familia tiene derecho a dos votos, uno por cada progenitor. Si es monoparental la persona en cuestión dispondrá de otros tantos sufragios.

En cuanto a los talleres, por regla general son gratuitos, aunque se permite incluir opciones de pago. En este caso el centro, con sus fondos propios, debe cubrir hasta dos actividades de aquellos alumnos que teniendo una beca de comedor decidan participar en las mismas. Es una manera de evitar discriminaciones por cuestiones económicas. La asistencia es voluntaria, y las familias pueden decidir si recogen a sus hijos tras el final de las clases (a las 14 horas), después del comedor o a las 17 horas, una vez finalizada la jornada escolar (tras los talleres).

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Uno de los cambios introducidos por la conselleria, que entró en vigor en el proceso de 2022, es que se limita, y mucho, la posibilidad de revertir la jornada continua. Hasta entonces la autorización tenía una duración de tres cursos académicos, y una vez finalizados se tenía que iniciar todo el procedimiento de nuevo, incluidas las votaciones. La llave la tenían los padres a través de las votaciones.

Ahora la implantación será permanente salvo que se detecten incumplimientos del proyecto autorizado o el consejo escolar del centro decida volver a la jornada partida o aplicar un modelo mixto, que también está recogido en la normativa. Para ello será necesaria una mayoría de dos tercios de los miembros, algo que sólo se puede conseguir en caso de que parte del profesorado lo quiera, pues los consejeros del sector de padres y madres no son suficientes para alcanzar semejante proporción. Ni siquiera sumando al representante del personal de administración y servicios.

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La principal confederación de Ampas de la Comunitat, la Gonzalo Anaya, se ha mostrado muy crítica con la conselleria por este motivo. También le ha afeado que no haya impulsado estudios sobre la incidencia que tiene este horario en el rendimiento de los alumnos, pese a que la literatura científica sí ha advertido indicios de que afecta en sentido negativo. Por ejemplo, incrementado los deberes o el tiempo de exposición a las pantallas.

Desde el punto de vista sanitario también se ha advertido de que la estructura horaria de la jornada continua no coincide con los periodos de mayor calidad en cuanto concentración y atención, ni tampoco con el mejor momento a nivel nutricional, pues los alumnos comen a partir de las 14 horas cuando el horario ideal se sitúa entre la una y las dos de la tarde.

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