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Unos bañistas en la Playa de las Arenas. Iván Arlandis

Un Mediterráneo en peligro de extinción

El alza de los termómetros en las masas de agua causa la desaparición de especies autóctonas e intensifica las tormentas y temporales

Juan Sanchis

Valencia

Sábado, 12 de agosto 2023, 01:03

La temperatura del Mar Mediterráneo sigue al alza. El primer día de agosto alcanzó los 29 grados, un registro que según la Agencia Estatal ... de Meteorología (Aemet), será el más elevado de este verano. Tras alcanzar este pico, los valores han iniciado un ligero descenso de un par de grados tras el paso de los temporales de Levante de la pasada semana. De esta forma, y según las mismas fuentes, ya no se superarán los 29 grados en lo que queda de mes.

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Este es sólo un dato y que tomado aisladamente sería poco relevante. Pero si se tiene en cuenta la tendencia de los últimos años es muy representativo. Según el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), durante la primavera la temperatura media del Mediterráneo se mantuvo por encima de los valores del promedio climáticos, sobre todo en marzo y abril, con un valor medio de 0,5 grados centígrados por encima. Por otro lado, las investigaciones del centro confirman que en la tendencia a largo plazo de la temperatura superficial del Mediterráneo ha aumentado en 1,3 grados en el periodo comprendido entre 1982 y 2023.

Estos datos hacen palpable una tendencia al alza en la temperatura del Mediterráneo en los últimos años. Y este hecho tiene unas consecuencias que los expertos consideran que ya se han empezado a notar.

En esta línea, David Gras, investigador del Instituto de Ecología Litoral de El Campello, señala que el año pasado «ya se notó el aumento de las temperaturas. El aire calienta la superficie del mar» y resalta que el incremento de las temperaturas se ha hecho más palpable desde 2020.

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Gras señala la diferencia con otros años ya que resalta que «anteriormente se alcanzaban los 26 grados a fines de agosto y principios de septiembre, ya al final del verano. Era lo típico pero desde 2020 estos valores se superan ampliamente».

El director del Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina (Imedmar) de la Universidad Católica de Valencia, José Tena, señala que la temperatura del mar está aumentando desde hace un periodo corto de tiempo «pero la tendencia es robusta». En este sentido, matiza que hay que fijarse en la tendencia a largo plazo.

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Como consecuencia, en primer lugar se está produciendo un efecto de tropicalización del Mediterráneo al acercarse a temperaturas más propias de las masas de agua de las zonas tropicales y subtropicales del planeta.

Así lo señala Gras que destaca que este hecho ha favorecido la entrada de especies invasoras tanto a través del estrecho de Gibraltar como por el Canal de Suez.

Además, al mantener unos valores tan elevados el mar acumula gran cantidad de vapor de agua lo que puede hacer que las tormentas sean más virulentas. Según explican desde Aemet, no influye en que se produzcan danas o temporales pero sí puede contribuir a que estos sean más intensos. En este sentido, José Ángel Núñez, jefe de Climatología de la Agencia en Valencia, señala que «el mar es un factor necesario pero no suficiente para que se produzcan episodios tormentosos».

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Por otro lado, cuanto más cálido se encuentre el mar las brisas marinas que suelen contribuir a moderar las temperaturas en verano serán menos intensas lo que repercutirá en que los termómetros alcancen valores más elevados.

También las altas temperaturas contribuyen a que haya noches tropicales y tórridas. En lo que llevamos de año acumulamos medio centenar de las primeras (cuando los termómetros no bajan de los 20 grados) y una veintena de las segundas (con valores superiores los 25 grados). Hay que tener en cuenta que en la década de los años 90 del siglo pasado se contabilizaron una docena (una al año aproximadamente).

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La temperatura del mar es «un factor ambiental que condiciona la vida de los seres vivos», destaca José Tena. La incidencia de la temperatura es muy importante para los organismos que viven en el Mediterráneo ya que algunos de ellos necesitan de la temperatura exterior para regular la interna como ocurre en el caso de los mamíferos. Por todo ello, condiciona su actividad y su ciclo vital, recalca el experto.

Uno de los organismos que se ve afectado por el alza de las temperaturas es la posidonia oceánica. Esta planta acuática endémica del Mediterráneo juega un papel clave en el mantenimiento del ecosistema y ya se ha detectado una disminución de su presencia en las costas valencianas.

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«Hay que tener en cuenta que las condiciones del mar afectan a especies comerciales como el pulpo o los atunes. La variación de temperatura condiciona también la pesca», explica y añade que los periodos de veda se tendrían que adaptar a los nuevos ciclos marcados por el ascenso de la temperatura media del mar.

Una de las especies que está en peligro por este cambio de condiciones de vida es la nacra, un bivalvo que se encuentra en peligro de desaparición afectado por una plaga que puede estar relacionada con el aumento de temperaturas y el cambio climático. Pero este incremento de temperaturas en el mar afecta también a otras especies de cefalópodos, peces e invertebrados marinos.

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Uno de los riesgos derivados de este incremento de las temperaturas es que lleguen especies invasoras y desplacen a la fauna y flora local, «aunque no ha pasado el tiempo suficiente para tener datos contrastados», opina José Tena.

«Con estas continuas olas de calor y con las temperaturas más cálidas de lo habitual están llegando especies invasoras de zonas tropicales que se pueden aclimatar y competir con la fauna local», señala David Gras. El científico añade que este incremento de temperaturas está también afectando a la fauna local.

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Pone como ejemplo el caso de la Caulerpa racemosa, un alga que compite con la posidonia y que hace unos años se detectó en el Mediterráneo aunque «su expansión se ha visto frenada por otras causas».

En este sentido, Gras señala que en el Mediterráneo hay especies que exigen un rango de temperaturas bien definido para su desarrollo. Es el caso del 'dátil de mar' que es muy sensible a los incrementos de temperatura por lo que no se adapta bien a los incrementos. «Es muy exigente con los valores térmicos», recalca el investigador.

La temperatura del mar también influye en la proliferación de medusas y ha hecho que aparezcan algunas que no eran propias de estas aguas. Es el caso de la Phyllorhiza punctata es una especie, también denominada campana flotante, medusa manchada australiana o medusa de puntos blancos, propia de aguas más cálidas y que ya se ha visto en nuestras costas.

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Otra especie invasora detectada ha sido la Rugulopteryx okamurae, un alga que está encontrando en el Mediterráneo, según detalla José Tena, condiciones óptimas para su supervivencia. Ya se ha detectado en la provincia de Alicante. El investigador de la Universidad Católica señala que su proliferación está poniendo en riesgo a la posidonia y a otros invertebrados.

Este aumento de las temperaturas marinas tiene otras implicaciones para los habitantes de los países ribereños. Por un lado, bañarse ya no resulta tan reconfortante como hace unos años. Todo esto puede influir en el turismo ya que algunos visitantes pueden desear lugares más frescos. En cualquier caso, no es un problema que el sector se haya planteado todavía.

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En este sentido, Miguel Jiménez, presidente de la Asociación Empresarial Valenciana de Agencias de Viaje (AEVAV), señala que hay viajeros que buscan climas más frescos. «Pero hay que tener en cuenta que estos días pasados en el norte de España las temperaturas también rondaban los 40 grados», señala. Aunque señala que a la hora de viajar los clientes no se fijan demasiado en las temperaturas. «Si quieres ir a un destino lo tienes que hacer en tus vacaciones, haga frío o calor porque son las fechas en las que puedes», afirma.

En la misma línea se pronuncia Mayte García, secretaria general de Hosbec. Señala que la importancia de las temperaturas es algo anecdótico, «no como un factor relevante para el turista». En este sentido, García que no se registran quejas por el calor en los hoteles de forma que por ahora «no lo apreciamos como un problema».

García destaca que el tema de las temperaturas entra en el capítulo de los gustos de los clientes y que por ahora no se tiene muy en cuenta.

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