Casi toda la noche esperando. Algunos pacientes y acompañantes están hasta siete y ocho horas en las Urgencias del hospital General de Valencia, que se encuentra en obras que causan muchas molestias tanto a los enfermos como dificultades a los profesionales. Casi la ... mitad de la superficie de este servicio se encuentra afectada o directamente cerrada por esta reforma, que se va a alargar durante todo el mes de octubre, en lo que corresponde a la primera fase del trabajo previsto por Sanidad.
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La falta de espacio hace que tanto las camas como las sillas de ruedas con los pacientes se tengan que ubicar en sitios que no están preparados, o incluso a veces en los pasillos. Lo que provoca que muchos enfermos estén casi pegados unos con otros y no haya privacidad personal cuando los celadores y enfermeros tienen que asear a alguien. Así se pasan horas e incluso a la mayoría de pacientes los llevan a los barracones ubicados en el jardín, que son unidades transitorias para estar unas horas o pocos días hasta que haya camas libres para hospitalizarlos.
Cayetano fue el viernes con su padre a Urgencias y este lunes ha vuelto, en esta ocasión con su hijo. «El otro día vinimos a las 20 horas y me iba a las 4 de la madrugada, había mucha gente y un poco de descontrol porque hay muchas zonas cerradas. El resto de la gente en la sala de espera estaba igual, es horrible esto», señala este vecino de Torrent. Justo en la puerta de Urgencias hay maquinaria y una grúa de obra, con vallas y señalización, y es habitual la entrada y salida de camiones con escombros, que provocan ruido y molestias a enfermos y sanitarios.
Para los propios profesionales esta situación de falta de espacio se vuelve caótica conforme avanza cada jornada. «Es un jaleo ahí dentro, tienes que ir saltando obstáculos, y a veces no sabes ni de quién es cada paciente», asegura una celadora del centro. Y es que atienden el mismo volumen de enfermos pero en un espacio considerablemente inferior, en el que se aglomeran enfermos en camillas, sillas de ruedas, médicos, enfermeros y demás personal y aparatos. De forma que en algunos sitios apenas queda espacio para pasar, lo que complica el trabajo de los sanitarios.
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Actualmente se encuentra cerrada una sala de Observación con 25 camas, que por tanto han dejado de estar disponibles, lo que provoca que enseguida se saturen las Urgencias, en lo que es ya de por sí una zona que casi diariamente se llena de pacientes, sobre todo a partir de las 17 horas y durante toda la noche. También está clausurada otra sala de especialidades, cuatro boxes y el servicio de Traumatología lo han tenido que trasladar a otra zona. Hay que tener en cuenta que el General es el hospital que más población tiene asignada de la Comunitat y por tanto el más saturado, aunque tras la creación de las nuevas Agrupaciones Sanitarias comparte macro departamento con Manises y Requena, donde por tanto se pueden derivar pacientes para evitar colapsos.
Una parte de la sala de espera no tiene aire acondicionado y está en una zona en la que da el sol muchas horas al día, por lo que los pacientes pasan calor, sobre todo si están tanto tiempo. Además, se ha habilitado una zona de acceso a los laboratorios también para sala de espera de Urgencias, que se usa por las tardes, ya que el personal de este laboratorio se marcha a las 15 horas y es a partir de entonces cuando se empieza a masificar Urgencias. E incluso también se usan otras salas como la de Tratamientos, que no se utiliza apenas para pacientes urgentes pero que en esta situación el hospital ha tenido que hacerlo para dar asistencia.
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A todo esto se le suma que al haber recuperado durante este mes el ritmo normal de operaciones en los quirófanos, tras el parón casi total que se produce durante el verano, muchos pacientes con operaciones programadas se quedan ingresados tras la intervención. Esto provoca que no haya suficientes camas disponibles para los que llegan por Urgencias, si no se dan bastantes altas durante la mañana, y por tanto los enfermos pendientes de ingreso que ya están atendidos tienen que quedarse en observación, que ante la falta de espacio por la reforma rápidamente se satura. Y por eso el centro está habilitando diferentes salas, para evitar situaciones de pacientes hacinados hasta en los pasillos.
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El personal de Urgencias admite que el ruido de las obras se escucha poco, sólo en momentos puntuales, pero que esta reforma, aunque ahora produzca estos problemas de espacio y dificultades, era necesaria porque las instalaciones estaban deterioradas, y así se mejorarán y se ampliarán para dar un mejor servicio. Hay que tener en cuenta que se trata del hospital más antiguo de la ciudad y necesita cambios. En esta primera fase los trabajos son en zonas interiores, no afectan a las puertas de entrada, ni siquiera se ven desde fuera. Una vez finalizada la primera intervención, Sanidad tiene previsto iniciar la segunda fase, que abarcará una zona más amplia del servicio.
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Sanidad inició las obras a finales de junio y esta primera fase acabará en octubre. Estos trabajos permitirán una nueva distribución de espacios, que se estructurará en cuatro áreas. Por un lado estará la de triaje y unidad de primera asistencia, por otro, el área de intermedios con boxes polivalentes y sala de tratamientos. Además, se creará un área de observación o del paciente complejo, que contará con 33 camas (16 de ellas monitorizadas y 4 de aislamiento), y aquí es donde se incluye además el box de críticos, que se ampliará para poder atender hasta cuatro pacientes de forma simultánea. Mientras que la cuarta área corresponde a Traumatología.
Esta nueva distribución del servicio posibilitará que los pacientes en camilla no tengan que pasar por zonas comunes a la vista de todos, como ocurre ahora, sino que se habilitará un circuito específico para los enfermos, así como de control de accesos. El número de consultas pasará de 15 a 21, y las específicas para pacientes psiquiátricos tendrán un espacio independiente del resto. Las obras contemplan la demolición y reconstrucción de una superficie de más de 2.000 metros cuadrados (1.822 metros cuadrados en planta baja y 252 metros cuadrados en planta sótano). El plazo estimado de ejecución es de 18 meses, distribuidos en tres fases para seguir prestando la asistencia de urgencia a la población mientras se realizan las obras.
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