Unos daños que superarán con creces los 30 millones de euros y más de 50.000 hectáreas afectadas a falta de ver los efectos reales ... sobre el terreno. Las lluvias persistentes caídas en marzo y abril y las bajas temperaturas han supuesto un duro golpe para la agricultura valenciana. Las organizaciones agrarias AVA-ASAJA y La Unió describen un panorama muy negativo que ha tenido su culminación, en la jornada de este lunes, con la caída de granizo en diferentes puntos de la Comunitat como la Font de la Figuera y Fontanars dels Alforins que ha afectado a unas 3.000 hectáreas.
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El cultivo más afectado por el granizo es la viña, sobre todo en aquellas parcelas cuyo ciclo vegetativo se encuentra más avanzado y el tamaño de los brotes son mayores. Así, el grado de afección en estas variedades más tempranas puede alcanzar el 70% de la futura producción e incluso hasta el 100% en los campos más golpeados por la piedra. Muchos racimos que no han llegado a caer al suelo muestran numerosos impactos y, aunque sus uvas cicatricen, no se van a desarrollar como un racimo normal, con la consiguiente merma de cosecha.
Otras producciones castigadas son el olivar, el almendro y las frutas de hueso, si bien estas dos últimas ya sufrían antes de la tormenta graves mermas debido al frío y el exceso de humedad. Los agricultores están preocupados porque las lluvias continuadas impiden la realización de labores agrarias necesarias para mantener un correcto desarrollo vegetativo.
La Unió de Llauradors ha señalado que, tras una primera evaluación, las tormentas de pedrisco de este lunes han afectado a más de 6.500 hectáreas de cultivo en las provincias de Valencia y Alicante, sobre todo en las comarcas de la Costera (Font de la Figuera) y la Vall d'Albaida (Fontanars) en la primera y en el Alto Vinalopó (Villena, Beneixama y Camp de Mirra) en el caso de la segunda. También se observan daños en las localidades de Montaverner y Alfarrasí en la Vall d'Albaida, el Comtat (Cocentaina y Muro) o l'Alcoià (Banyeres). Otras zonas afectadas son la comarca de Utiel-Requena, fundamentalmente en la localidad de Camporrobles,
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El cultivo más afectado por la piedra caída ayer es el de la uva de vinificación con el 35% de los daños, seguido por el olivar con el 29%, el almendro con el 21%, cereales con el 13% y ya con cantidades bastante más bajas la fruta de verano (cerezas, albaricoques, melocotón, ciruelos) o caqui.
En el caso de la Unió, se ha recordado que ya se estimó la cifra de pérdidas por las lluvias persistentes y heladas en más de 61 millones de euros y ahora con este nuevo episodio de tormentas con pedrisco la suma cuando concluya resultará mucho más elevada.
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«Ha sido el cóctel perfecto», se han lamentado desde los colectivos agrarios. Con el mes de marzo más húmedo de la historia, en la segunda quincena estuvo lloviendo más de diez días de manera ininterrumpida, en abril, además, hubo una ola de frío ártico, vientos de poniente y tres rachas más de lluvias. Aunque Agroseguro sitúa las pérdidas en la Comunitat Valenciana a 12 millones de euros, desde AVA consideran que «claramente están minusvalorando los siniestros reales». Cada producto que llega hasta nuestras mesas se ha visto perjudicado de una manera diferente.
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Las frutas de hueso se han visto afectadas por los problemas en la floración al no poder fecundarse las flores, lo que ha provocado una falta de cuajado del producto. Estas variedades han tenido grados de afección de hasta el 100% en zonas hondas y frías de la Ribera Alta, la Vall d'Albaida, la Costera, el Valle de Ayora y la Marina Alta. Hay mermas medias del 30 o 40% en melocotones, nectarinas, paraguayos, albaricoques, ciruelas y cerezas con una superficie afectada de unas 5.000 hectáreas. La Comunitat ha comenzado de manera generalizada la recolección de las variedades tempranas de las frutas de hueso con unas perspectivas de producción alarmantes. La cosecha autonómica sufre una merma del 60% a causa del continuado abandono de explotaciones y por los devastadores daños ocasionados por las adversidades climáticas, sobre todo las lluvias acumuladas. Tal es la gravedad que hay campos que no recogerán ninguna fruta. Los casos de afección más significativos se dan con la cereza en las comarcas centrales y el albaricoque y el paraguayo en La Ribera.
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El responsable de fruta de hueso de AVA-ASAJA, José Luis Sanz, ha asegurado que «si la rentabilidad del cultivo se mantiene en números rojos como está sucediendo desde hace años, el abandono de campos seguirá aumentando y la fruta de hueso podría acabar desapareciendo de la agricultura valenciana más pronto que tarde». Un estudio de AVA-ASAJA a partir de datos del Ministerio de Agricultura revela que la superficie dedicada a las frutas de hueso ha caído un 21% en la Comunitat Valenciana durante la última década, pasando de 14.933 hectáreas en 2012 a 11.782 hectáreas en 2021. La tendencia a nivel nacional refleja un descenso menos acusado, del 10%, al disminuir de 148.302 hectáreas en 2012 a 133.410 en 2021.
Algunas naranjas pendientes de recolectarse, de media temporada y tardías, han caído y las flores de la próxima campaña pueden sufrir problemas de podredumbre. El frío ha agravado los daños de las lluvias en naranjas y mandarinas, tanto las pendientes de recolección como la floración de la próxima campaña de algunas variedades. Las flores que están abiertas y sufren exceso de humedad corren el riesgo de pudrirse, como ocurrió el año pasado. En variedades de clementinas tempranas las abejas no pueden polinizar. En general, la falta de luz es un problema para muchos cultivos. Hay unas 10.000 hectáreas afectadas.
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Parcelas de caquis donde ya había arrancado la brotación pueden haber perdido gran parte de la futura cosecha debido a la excesiva bajada de las temperaturas en La Ribera o Camp de Túria puesto que ésta no se ha producido con normalidad. Se han visto afectadas unas 4.000 hectáreas.
Un exceso de humedad, con la consiguiente aparición de hongos, y la falta de luz apenas beneficia a muy pocos productos, el arroz es uno de ellos. En el caso de las cebollas se rompe el proceso de crecimiento y no se obtiene la producción esperada. La sistemática supresión de materias activas fitosanitarias para combatir las plagas y enfermedades por parte de la Unión Europea y las adversidades climáticas acumuladas durante la primavera –lluvias persistentes, ola de frío ártico y vientos de poniente– han reducido un 50% la producción pendiente de recolección de cebollas y patatas en las comarcas de l'Horta y la Ribera con unas 500 hectáreas afectadas.
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La humedad, y posteriormente el frío, han provocado que no se produzca la fecundación de las flores. Más del 90% de la producción de almendras se ha perdido en Utiel-Requena, tanto variedades tempranas como tardías. No habrá apenas cosecha de la variedad largueta. Otras comarcas interiores como la Hoya de Buñol, el Valle de Ayora, Los Serranos y la Vall d'Albaida también tienen graves pérdidas. La superficie afectada en este caso es de 30.000 hectáreas. Hay campos con todas las flores y los brotes 'quemados' y agricultores consultados temen que los árboles suelten en los próximos días más frutos al suelo a causa de su débil estado vegetativo.
El exceso de humedad ha provocado el encharcamiento de los productos o que no crezcan como deben, que en muchos casos estaban a punto para la recolección. Lechugas o coles chinas, con pérdidas de casi la mitad de la producción, han visto agravar los daños que ya se habían empezado a dejar sentir con las lluvias de marzo y que, ahora, con esta masa de aire ártico amenazan aún más con reducir las cosechas. La acumulación de días lluviosos, nublados y fríos también ha causado mortandad de abejas por falta de comida, además de cuantiosos sobrecostes en alimentación animal y calefacción a varios sectores ganaderos.
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Al problema de los robos en los campos se ha de añadir la aparición de hongos. En casos extremos se puede llegar a la asfixia de la planta. En cualquier caso, no ha sido uno de los productos más afectados en este episodio prolongado de humedad y bajas temperaturas.
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