Hostelería cerrada desde las cinco, toque de queda a las diez y 29 pueblos blindados

Aún no se conocían los demoledores datos de este martes pero la foto ya asustaba. Más de doce mil contagios en una semana, lo que supone un incremento del 8%; el aumento de un 6,12% de los casos en las residencias y, aún más definitivo, los 196 fallecimientos registrados del 28 de diciembre al 4 de enero en la Comunitat fueron algunos de los motivos que tanto Ximo Puig como Ana Barceló esgrimieron para endurecer las restricciones.

El presidente de la Generalitat y la consellera de Sanidad no ahorraron calificativos para definir la situación de la pandemia en la Comunitat: «muy grave» o «tendencia al alza» fueron algunas de sus expresiones. Las circunstancias, según señaló Puig, se pueden resumir «con tres datos: en dos semanas la incidencia del virus ha crecido un 16%; las hospitalizaciones han subido un 52% y hemos registrado 196 personas, una cifra absolutamente insoportable».

Junto a ello, el índice de reproducción del virus se encuentra en estos momentos en el 1,09, superior al 1 que es el nivel que marca que la epidemia está controlada. También la positividad de las pruebas se ha disparado del 18,8% al 29,57% en apenas dos semanas. La consellera quiso señalar, además, que el grupo de edad más afectado por la pandemia es ahora el comprendido entre los 15 y 29 años y advirtió de que el ámbito social, tanto público como privado, es el principal foco de contagios.

El endurecimiento de las medidas pasa por la ampliación en una hora del toque de queda, que comenzará a las 22 horas en lugar de a las 23 como hasta el momento y concluirá a las seis de la mañana. Además, se cerrarán perimetralmente 26 municipios a los que se suman otros tres limítrofes por la alta incidencia de la enfermedad. También se mantiene el cierre perimetral.

La hostelería sufre un nuevo mazazo con varias restricciones. El cierre de los locales se adelanta a las cinco de la tarde y se prohibe fumar en las terrazas. Las mesas tendrán un máximo de cuatro comensales.

El aforo del comercio se reduce hasta el 30% de los locales, cuando en la actualidad estaba en el 50%. La restricción afecta también a los aparcamientos. Ahí se exceptúa el comercio esencial (alimentación, farmacias, ortopedias, ópticas, servicios veterinarios o peluquería, que mantendrán el 50%).

La comisión interdepartamental de ayer optó por no tomar ninguna medida en el campo educativo. De esta forma se mantiene la vuelta a los centros para mañana 7 de enero y Puig recordó que las aulas son un espacio seguro, «el más seguro para los niños».

Otras medidas son la suspensión de las competiciones de infantil y primaria mientras que las reuniones sociales se mantienen en un máximo de seis personas. No se permitirán los eventos o actividades con concentración de personas: espectáculos públicos, actividades recreativas y socioculturales, exhibición de animales y celebraciones populares (los teatros están excluidos). Las restricciones se mantendrán hasta el 31 de enero, pero podrán prorrogarse o endurecerse.

En la reunión las conselleries de Compromís propusieron un confinamiento total de dos semanas excepto colegios y universidades. También pusieron encima de la mesa cerrar los grandes centros comerciales los fines de semana y fueron los que impulsaron la reducción a cuatro de los comensales en la hostelería.

Puig incidió que otro de los pilares de la lucha contra la pandemia es la vacunación. En este sentido, anunció que se intensificará en las próximas semanas. La consellera de Sanidad detalló que el lunes o martes concluirá en las residencias y se pasará al personal de Atención Primaria y hospitales dependiendo del ritmo de llegada de las dosis.

Pese a ello, Puig señaló que la Comunitat está preparada. Indicó que hay material de protección almacenado para cuatro meses y se ha asegurado la compra para dos años. Aseguró que los hospitales cuentan las camas de agudos en los hospitales se pueden ampliar hasta las 19.000 y que existen planes de contingencia para ganar nuevos espacios.