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Una traca anuncia que comienzan las fiestas de San Antonio en la localidad valenciana de Pedralba. «No tienen nada que ver con las fiestas de otros años pero se hace lo que se puede», comentan unas vecinas que se acercan a la plaza del Pueblo. No sabían que ayer fue el último día que estaría el Ejército en el municipio. Desde la dirección de la emergencia se ha efectuado un repliegue de los servicios «de apoyo externo», como el Ejército y la Unidad Militar de Emergencias (UME), ubicados en los 75 municipios que han visto reducido su grado de alerta de nivel 2 a situación 1.
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Pedralba es uno de los municipios que dirá adiós al Ejército. Susana y Carmen comentan al conocer la noticia: «Más o menos ya estamos bien. Lo importante es que sigan ayudando en poblaciones que han estado más afectadas por la dana como Catarroja o Paiporta».
Sin embargo, en el municipio han sufrido mucho aunque las calles estén limpias. En la localidad hubo tres fallecidos por la riada. Uno de los habitantes continúa desaparecido. La incertidumbre sigue presente en las vecinas. Carmen y Susana dicen: «No sabemos quién limpiará el parque natural de Pedralba». El paraje quedó completamente arrasado por la dana. Las residentes dicen entre ellas: «Al ser parque natural deberían venir de la Confederación Hidrográfica del Júcar...» No lo tienen muy claro. Ni quién es el responsable de limpiarlo ni si se podría haber recurrido a la ayuda del ejército para limpiarlo. Pero después de la situación tan aterradora que han pasado sólo pueden pensar en las poblaciones que se han visto más afectadas.
«Nosotros tuvimos la suerte de que a Pedralba sí que se podía acceder cuando había reestricciones de movilidad así que vinieron más voluntarios. En cinco días teníamos el pueblo limpio», recuerdan. Susana se señala el brazo. «Se me pone la piel de gallina al pensar cómo nos ayudaron», comparte.
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Aunque las vías estén despejadas, las viviendas siguen arrasadas. Juan Antonio muestra que la planta baja de su vivienda ha quedado destruida. «No estamos recibiendo las ayudas del Gobierno. Han dado muy pocas. Las infraestructuras siguen muy mal», dice el hombre. En su opinión, los militares deberían haberse quedado más tiempo en Pedralba hasta terminar de limpiar la zona del parque natural. Aunque todos los residentes están muy agradecidos por la ayuda del ejército, sí que siguen molestos: «Deberían haberlos mandado aquí desde el primer momento», opina Juan Antonio.
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A Enrique también se le destrozó la vivienda con la riada. Perdió su coche. «Todavía no me han dado ninguna ayuda», confiesa resignado. Señala grandes sacos de tierra junto la acequia. «Aquí los militares han hecho un gran trabajo. Esto estaba desbordado», recuerda.
Al conocer que el Ejército iba a abandonar la localidad, pregunta: «¿Peor van a seguir buscando a la persona desaparecida, no?» No lo conocía, pero le preocupa que los familiares recuperen a la víctima. Los servicios de recate persistirán a pesar de la desescalada.
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Los efectivos continúan buscando al hombre del municipio que desapareció aquel 29 de octubre. José Javier estaba con su hija en su casa de campo de Pedralba cuando los sorprendió el temporal. El agua llegaba casi hasta el techo de la vivienda. El cuerpo sin vida de la joven fue encontrado dos días después de la riada en una playa de Sueca. El agua lo arrastró a 70 kilómetros de distancia. Pero del padre sigue sin haber rastro aunque la geolocalización apuntara que estaba en la localidad.
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