BELÉN HERNÁNDEZ
Viernes, 10 de febrero 2023, 01:23
El brazo y la pierna de Ángel Sanchis están recubiertos por una mancha negra. El recuerdo de que estuvo atrapado en aquel tren de Bejís que fue engullido por las llamas. Después de que el atestado de la Guardia Civil confirmara que hubo una falta de previsión ... de que el incendio podría afectar a las vías por las que circulaba el convoy, a Ángel le vienen los recuerdos de la nube de humo que empañó, de un momento para otro, las ventanillas del tren. Pasaron aproximadamente tres minutos desde que pasaron de ver cenizas a estar atrapados por el fuego. Si hay algo que tiene claro es: «Ese tren nunca debía haber salido de la estación, claro que nos sentimos abandonados».
Publicidad
Sus compañeros del vagón repetían la misma frase mientras que veían que se aproximaban hacia el desastre: «¿Cómo es posible que hayan dejado que saliera el tren?» Un error de cálculo puso en juego la vida de todos los pasajeros que iban a bordo del tren de Bejís. Dentro del desastre, el hombre de 66 años tuvo suerte. «La persona que salió detrás de mí sí que acabó peor parado», revela Ángel. Está cansado de recordar la misma historia de terror que le tocó vivir hace casi medio año.
Viajaba sólo. Fue el penúltimo en abandonar el vagón. Estaba en el coche de detrás. Aunque prefiera dejar aquel infierno atrás, sí que hay algo que alimenta su enfado: que no hubiera nadie que les dijera qué hacer ante esa situación. «Debería haber habido un revisor que nos dijera que el tren iba a frenar y a retroceder», cuenta mientras airea los brazos. Frunce el ceño. «Todos aquellos que nos criticaron por haber salido del tren lo hacen porque no estuvieron ahí. ¿Qué más podíamos hacer?»
Noticias Relacionadas
Delante de él había una pareja joven con tres niños. Tiene la imagen clavada. El pánico se adueñó de todos aquellos que se encontraban dentro del tren y que no sabían a ciencia cierta lo que estaba pasando, sólo que sus vidas corrían un grave peligro. «Se ha dicho mucho que la culpa fue nuestra por no habernos quedado en el interior del vagón, pero no veíamos otra salida». En los momentos más críticos, es el instinto de supervivencia el que prevalece por encima de cualquier cosa. Y aquello fue lo que ocurrió en aquel trayecto infernal. «Incluso había gente que querían romper las ventanas para poder salir pero el resto dijimos que no, que el coche se llenaría de humo», recuerda.
Publicidad
Las respuestas de Ángel son cortas. Escasas. Pero su mensaje está claro: quiere que el resto de personas que cuestionaron a los pasajeros que huyeron comprendan cómo se acelera el corazón al pensar que es muy probable que mueras calcinado. En el atestado policial de la causa también figuraba la declaración de la maquinista. La mujer relató que, en cuanto comenzó a ver el humo, se comunicó con Adif para preguntar si existía algún peligro. Pero desde el puesto de mando le dijeron que no. «Como estaba en el último vagón no pude ver mucho a la maquinista. Sé que circulaba por el pasillo para ver la situación y nos pedía que mantuviéramos la calma», destaca la víctima.
Reacciona con empatía sobre la actuación de la ferroviaria. «Suficiente tenía la pobre con tener que gestionarlo todo ella sola. El peor error, a parte de no haber previsto el peligro, era que no hubiera otra persona al cargo de decirnos cómo debíamos actuar». Este es el empeño de Ángel y la cruz con la que carga. Una víctima que se vio en el epicentro del caos sin que hubiera una brújula que guiara sus pasos.
Publicidad
Noticia Relacionada
Era verano. La gente corría con sandalias. La mayoría las perdieron por el camino. El hombre de 66 años recuerda perfectamente cómo se le clavaban las piedras en las plantas de los pies. Y cómo la primera llamarada alcanzó la parte derecha de su cuerpo. Nunca ha dicho en voz alta lo que pensó en aquel momento. Por primera vez, descubre los pensamientos que se adueñaron de su mente: «Si me alcanza otra segunda llamarada me tiro al terraplén aunque me clave todas las piedras».
Ni siquiera era consciente de la gravedad de las quemaduras que tenía en el brazo y en la pierna. Ángel sólo quería volver a su casa y limpiar de su alma el olor a humo. Le cuesta hablar del suceso. Recordarlo sólo hace que desee, otra vez, salir de ese tren. Cuando llegaron a un punto que estaba alejado del foco principal del incendio ni siquiera estaba esperando a que le atendieran los servicios sanitarios. La espera se le hizo eterna. «Primero llegó la Guardia Civil. La ambulancia tardó por lo menos 40 minutos en llegar», comenta mientras se pasa la mano por la frente, todavía con expresión de incredulidad.
Publicidad
Fue cuando le pusieron la pomada en el brazo y en la pierna cuando comprendió que las llamas le habían alcanzado más de lo que él pensaba. «Vi entonces cómo se me iba cayendo la piel», cuenta mientras se acaricia la zona afectada. Todavía está a la espera de la resolución judicial. De que alguien responda por todos los daños que sufrieron los pasajeros del tren de Bejís. «Me llamaron de Adif días después para decirme que me iban a devolver el precio del billete y les contesté: 'Pues claro que me lo vais a devolver'». Encoge los hombros y habla con tono irónico. El trauma que les tocó pasar no tiene precio.
Ángel está impaciente por poder guardar la fatídica experiencia en un cajón. Archivarla. No volver a ver en los titulares ninguna noticia encabezada por: «El tren de Bejís...» Pero, paso a paso, se van desvelando las incógnitas, como que la infraestructura ferroviaria no se incluyó en ningún momento dentro de las áreas de riesgo que se establecieron en el análisis del siniestro. «¿Ya está?», preguntaba Ángel después de cada escueta declaración. Pero indagaciones sobre trágico incidente no terminarán al menos, de momento. Porque cuando la desgracia llama a la puerta, alguien debe responder.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.