Dimos por sentadas cuestiones como cocinar con agua del grifo o vivir en un edificio que no amenace ruina. Cuestiones que parecían afianzadas a nuestra ... realidad con la misma firmeza con que usted sabe que ahora está leyendo el periódico. Pero la dana se llevó las certezas y nos dejó dudas. Y decenas de miles de heridas que curar, cicatrices en el día a día de más de un millón de personas, manchas en las carreteras, los puentes, los parques, los centros de salud, las depuradoras... Las obras en las infraestructuras todavía están pendientes en muchos enclaves.
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Según fuentes de la Conselleria de Infraestructuras, lo más importante que queda por solucionar es la CV-36, donde la carretera desapareció en sentido Valencia. Además, queda la rehabilitación de casi un centenar de infraestructuras locales. Como los municipios no tienen por norma general músculo para llevar a cabo estas actuaciones se han cedido las competencias y las obras las realizarán la Generalitat o el Gobierno tras dividirse las actuaciones.
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En virtud de este acuerdo la Generalitat reparará más de medio centenar de vías, pasarelas y puentes en 25 municipios valencianos afectados por las inundaciones como Albal, Alcàsser, Aldaia, Bugarra, Calles, Cheste, Chera, Chiva, Gestalgar, Godelleta, Loriguilla, Macastre, Massanassa, Montserrat, Pedralba, Picassent, Requena, Siete Aguas, Sinarcas, Sot de Chera y Torrent. En las localidades de Algemesí, Beniparrell, Buñol y Catarroja la responsabilidad de las obras se ha dividido entre la administración autonómica y la estatal. En Torrent o Picassent los trabajos ya han empezado.
Para el secretario del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia, Pablo Peñín, la clave de la reconstrucción pasa por la adaptación «de los planes urbanísticos a las nuevas exigencias para evitar riesgos de erosión, incendio o inundación». Además, apunta hacia la descripción de los tipos de riesgos naturales, la actualización de mapas de riesgos en cada zona o la revisión y actualización de infraestructuras urbanas. Peñín cree que la cartografía de riesgos naturales «debería poderse realizar con la máxima celeridad y urgencia, sobre todo, en las zonas de mayor riesgo».
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«La recuperación de los hogares afectados es, sin duda, una de las prioridades. Sin embargo, no basta con reconstruirlas tal como estaban. Es esencial aplicar soluciones arquitectónicas que incrementen su resistencia a futuras inundaciones», apunta Peñín. «El diseño y reconstrucción de infraestructuras como carreteras, ferrocarriles, hospitales, escuelas y centros logísticos deben enfocarse en garantizar su operatividad incluso en situaciones extremas», recuerda el arquitecto.
El colegio también habla de la espacios públicos. «Los parques, plazas y áreas recreativas son esenciales para el bienestar mental y social de las comunidades. Deben transformarse en espacios multifuncionales que actúen como zonas de mitigación de desastres, integrando sistemas de retención de agua y vegetación», dice Peñín.
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