La Ciudad de la Justicia se convierte en un museo improvisado por el caso IVAM

El juicio del caso IVAM ha generado un empleo directo. José Luis Rueda, hijo adoptivo de Gerardo Rueda, ha 'contratado' a un hombre que cada día lleva los originales de algunas de las piezas controvertidas a la sala de la Ciudad de la Justicia donde se celebra la vista. «No le puedo atender. Lo siento», indicó este empleado cuando se dirigía a un vehículo aparcado en las proximidades de la Ciudad de la Justicia. El operario va provisto de unos guantes, al parecer, de seda para no dañar las piezas.

La intención del hijo de Rueda era dejar esas obras en la sala donde se celebra la vista. De hecho, forman parte de la prueba del juicio. Pero el tribunal le advirtió de que no disponía de los medios para garantizar la seguridad. No hay que olvidar que se tratan de piezas de gran valor. No se preocupen, le dijo el heredero del artista al tribunal.

El hombre llega cada día a la Ciudad de la Justicia y comienza la labor de descarga. Las piezas se guardan en el maletero de un todoterreno. Una vez termina la vista, estas dos primeras sesiones alrededor de las 13.30, comienza la fase inversa, la carga del material. Las obras están expuestas en las dependencias, justo delante del tribunal, como si de una decoración especial se tratara. No deja de ser curioso y atípico. Pero encaja con el carácter del hijo de Rueda, que hoy tiene previsto declarar. Se enfrenta a cinco años de cárcel.

• Temas
• Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM)
• Consuelo Císcar