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José Luis Benlloch
Domingo, 28 de julio 2024, 01:23
Este Julio-2024 taurinamente acabó en los cielos. Falta hacía. A Román, a la propia feria siempre puesta en cuestión (por los interesados en el ... cortoplacismo empresarial nada amigos de la inversión a futuro y por los detractores a los que nada les gusta), y también al toreo que pudo mostrar sus valores más sólidos. El encuentro entre el diestro valenciano y el toro de Santiago Domecq fue todo un suceso, poco menos que un terremoto que todavía tiene replicas en el mundillo del toro y más allá. El toro, un torbellino, Román un firme y aguerrido oponente que resistió todos los ataques. En ese escenario el público, elemento clave de la gran ceremonia de éxtasis colectivo que vivimos, clamaba vítores sin cesar.
Fue la tarde más completa en la carrera del valenciano que ofreció dos versiones bien distintas, ambas ajustadas al libreto que traía cada toro, templanza en su gran primero y furia desatada ante el ya célebre Escondido al que habrá que cambiarle el nombre dada su repentina fama, orden y ataque pues, el toro Capitán y el toro Escondido y un mismo matador (esa tarde nada matador) que pese a sus antecedentes de torero impulsivo y en tantas tardes poco reflexivo supo adaptarse a las circunstancias y darle a cada cual lo suyo.
Sucedió en la última tarde de feria y si bien está lo que bien acaba tampoco la copa de tan monumental árbol puede tapar la realidad de lo sucedido en los festejos anteriores. La feria arrancó con pocos cimientos, colgada de los sueños del buen aficionado que siempre espera lo mejor aún con el convencimiento general de que no era la feria ideal. Que lo fuese no lo creían ni quienes la organizaron, pero cualquier aficionado sí era consciente de que del primero al último de los anunciados podía dar el nivel que merece Valencia. Otra cosa sería no conocer el toreo o sentarse en el sillón del negativismo. La ausencia de Roca, tan necesario actualmente para darle vida a las ferias, acabó condicionándolo todo. El peruano no quiso poner al fresco su crédito taquillero y se quedó en el andén. Se equivocó, vista la entrada, sin él, que hubo el sábado hubiese añadido más laureles a su cuenta. Seguidamente se cayó Morante, tampoco el sevillano tuvo consideración con Valencia y eligió Santander para su vuelta. Vistos los toros que se lidian en aquella feria la decisión entra directamente en el territorio de la prudencia. Su puesto se lo dieron a Fernando Adrián, no lo entendí (ni creo que hubiese muchos que conociendo Valencia lo entendiesen) dado el estado general de la feria, la coyuntura exigía mayor inversión, toda la que se le supone a una empresa de tanto peso en el sector como Nautalia. Visto el desenlace todavía se entiende menos la decisión, pero sus motivaciones habrá o habría y no seré yo quien le niegue el derecho al trabajo a nadie, sí, sí, he escrito trabajo.
Y a partir de ahí todo lo que podía salir mal, salió mal. Castella pinchó una buena faena; Talavante más de lo mismo; Manzanares, tan artista él, solo pudo estar dispuesto; la proverbial torería de Juan Ortega apenas pudo comparecer en un quite y poco más; los toros, de ganaderías de feria, no embistieron salvo algún ejemplar aislado y a más a más los dos últimos ejemplares de las corridas que se suponían estrellas fueron catastróficos, una castaña, uno por manso (Cuvillo) y otro por desfondado (El Pilar) así que dos días, dos, nos fuimos para casa forzosamente tristes y desconsolados.
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Si los toros son como acaban, es evidente que esas dos primeras tardes acabaron mal, los sueños en los que se depositaban las esperanzas iniciales se quedaron en sueños y disgustos. La suerte, tan caprichosa y consustancial al toreo, es evidente que no funcionó en su versión positiva más bien todo lo contrario. Y visto el desenlace hay que reconocer que la feria pendía de un gancho demasiado endeble. Coyunturas tan decisivas como salvar una feria y consolidar o ganar crédito empresarial, necesitan de soportes más sólidos y exigen a futuro un replanteamiento radical, más próximo a la personalidad de la plaza y seguramente más costoso. Hay que salvar al soldado (feria) Ryan (Julio).
Y en todo ese maremágnum no sería justo obviar la buena actuación de Diego Ventura, en lo suyo una máquina de precisión capaz de cualquier improvisación que un día más enardeció al público; ni tampoco echar en el saco del olvido a la terna novilleril (Nek, Jarocho y Navalón que a la postre sería el mejor librado) que abrió feria con el infortunio de encontrarse con una novillada de Núñez de Tarifa muy deslucida, nada parecida ni en juego ni en presentación a lo que históricamente se reseñaba para un cartel de lujo que debía enriquecer el futuro de todos los protagonistas. La memoria colectiva está llena de ejemplos en los que empresas y apoderados se confabulaban para, en tardes clave en las que se jugaba el futuro, traer lo que se decía una corridita de toros que garantizase en lo posible el éxito.
La presentación de Manzanares y Galloso en Madrid, la de Capea y Robles en la misma plaza, la novillada de la prensa en Valencia en la que coincidieron tres valores de la tierra Luciano, Andrés Blanco y Soro que a la postre supondría la consolidación novilleril de este, son ejemplos de altura de miras y como caso extremo (y no fue el único) siempre se habló de la presentación de Pedrés en Madrid en la que el apoderado, Camará, llegó a pagar de su bolsillo la diferencia del presupuesto de la empresa con lo que valía la corridita que quería para su torero, con un resultado tan fabuloso que con los honorarios de la repetición se pagó la inversión y más. Indudablemente no fue el caso. Un guiño final, dos valencianos, Román y Samuel Navalón, se erigieron en triunfadores y mejoran el capital taurino de la tierra.
La Setmana Taurina d'Algemesí ya tiene carteles oficiales, once festejos en los que se anuncia dos tardes Nek Romero. Los carteles son éstos:–Sábado 21 de septiembre: Novillos de Rehuelga para Bruno Aloi y Mariscal Ruiz.
–Domingo 22: Erales de Antonio López Gibaja para Luis Pizarro, Israel Guirao, Hugo Masiá, Iker Rodríguez y Juan de Rocío.
–Domingo 22: Novillos de Cebada Gago para Pedro Gallego y Cid de María.
–Lunes 23: Vespertina. Novillada sin picadores. Erales de José Cruz para Marco Polope, Juan Zamora, Olga Casado, Jaime de Pedro y Juan Pablo Ibarra.
–Lunes 23: Nocturna. Novillada sin picadores. Erales de Nazario Ibáñez para Bruno Gimeno, Marcos Adame, Sergio Moreno, Ian Bermejo y Valentín.
–Martes 24: Novillos de Hnos. Serrano y Jandilla para la rejoneadora Ana Rita, Alejandro Chicharro y Aarón Palacio.
–Miércoles 25: Novillos de Hnos. Serrano y Moreno Pérez-Tabernero para el rejoneador Pablo Donat, Nek Romero y Juan Alberto Torrijos.
–Jueves 26: Novillos de Hnos. Serrano y Dolores Aguirre para el rejoneador Sebastián Fernández, Jesús de la Calzada y Mario Arruza.
–Viernes 27: Novillos de San Isidro y Toros de Tenorio para el rejoneador Sebastián Fernández, Adrián Centenera y Javier Zulueta.
–Sábado 28: Novillos de Lagunajanda y La Espuela para Nek Romero y Tomás Bastos.
–Domingo 29: Rejones. Novillos de Campos Peña para Andrés Romero y Ferrer Martín.
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