El señor del bombín llega a Valencia

La exposición,a través de 77 piezas de 53 autores, ofrece un completo y singular panorama de las principales tendencias pictóricas desarrolladas en Bélgica desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX a través de la obra de artistas como James Ensor, René Magritte y Paul Delvaux. La propuesta se ha presentado esta mañana con la intervención de la responsable de Cultura de la Fundación Bancaja, Laura Campos, y la comisaria de la exposición, Claire Leblanc, directora del Musée d'Ixelles.

El espectador se encontrará con un viaje a través de todos los movimientos artísticos desde finales del siglño XIX y a través de todo el siglo XX. Las piezas expuestas permiten el encuentro en torno al realismo y los orígenes del paisaje naturalista, el impresionismo, el simbolismo y las vanguardias fauvista y expresionista hasta llegar al surrealismo donde se asienta Magritte.

El espectador podrá disfrutar de «las pepitas de oro» del arte belga. La muestra se establece en orden cronológico para recorrer las etapas creativas mencionadas y su celebración ha sido posible gracias al cierre entre 2018 y 2025 del Museo de Ixelles en Bruselas, que cuenta con una colección de 15.000 obras, desde el siglo XIX hasta el arte contemporáneo belga. Los fondos del museo poseen piezas como una colección de carteles de Tolusse Lautrec e incluso obras de Picasso o Miró que llegaron a través de donaciones o viejos legados.

La directora del Musée d'Ixelles y comisaria de la muestra, Claire Leblancha, ha explicado que es «imposible» realizar una muestra completa de los fondos del museo, pero sí que han conseguido reunir a «las principales locomotoras» del universo creativo belga.

Todos los movimientos cuentan con una presencia «bien equilibrada y representada», pero ha destacado que lo que «sin duda mueve esta exposición es el surrealismo» por la importancia que tuvo en Bélgica en todos los ámbitos, desde intelectuales, pictóricos o artísticos y que, al contrario que en otros países que deconstruyen la realidad, en el caso belga tiene una parte de realismo «muy potente». Pero no por ello, «deja de jugar con el humor y el sueño».

Así, se han seleccionado «figuras claves» en la historia del arte belga junto a otros artistas no tan conocidos pero «muy relevantes» en la historia del arte belga que en este periodo destacó por su libertad creativa, experimentación con el color y juegos de luz y técnicas diversas que reflejan las influencias internacionales, pero también sus características específicamente locales que desembocaron en «propuestas muy avanzadas donde convive el atrevimiento creativo y la tensión entre el apego a la realidad y la propensión a la imaginación desbordante».

Entre las «obras maestras» que se pueden ver se encuentra 'El donante feliz', de Magritte, con su inconfundible silueta de un hombre con bombín. Entre las obras más destacadas se encuentran también 'Dunas', de Louis Artan, como ejemplo del nacimiento de la modernidad en el paisaje belga; o 'La mujer con sombrilla', de Jan Toorop, y 'Dunas al sol', de Anna Boch, ejemplos del impresionismo creado en Bélgica. Una apuesta muy interesante.