La ciudad de Valencia debería haber contado, este año, con un nuevo centro de artes escénicas. Una fábrica de creación, un laboratorio escénico. Es más, en estos momentos deberían haberse llevado a cabo las obras para que abriera sus puertas este ejercicio. El enclave ... de creación artística fue bautizado con el nombre de Bombalino, en homenaje a Gabriel Fariza, fundador del Teatro de Títeres La Estrella y fallecido en 2019. Iba a ser el epicentro de creación para compañías y profesionales de las artes escénicas valencianas y se iba a ubicaren las naves de Mariano Cuber del barrio del Cabanyal. De propiedad municipal, los más de 2.000 metros cuadrados del enclave se iban a remodelar -con un presupuesto inicial de 2,2 millones (al final han sido cuatro)-, Bombalino debía ser una realidad este año, al menos según las previsiones del anterior gobierno municipal del Rialto, el formado por PSPV y Compromís. Es más, así lo anunció la por entonces vicealcaldesa de Valencia, Sandra Gómez. Y nada más lejos de las previsiones.
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Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, la apertura de este nuevo espacio se retrasará hasta 2026. Porque aunque el proyecto ya está redactado, tal y como se presentó en diciembre de 2022, a lo largo de este año se licitarán las obras y los trabajos comenzarán a llevarse a cabo de cara a 2025 y 2026. Al ser un edificio casi de nueva construcción, que hay que adecuar en su totalidad, las tareas de reforma del enclave, que pretende ser una especie de laboratorio artístico que se mira en el espejo de instituciones como los centros Harrobia Bilbao y Fabra i Coats de Barcelona o los Teatros del Canal de Madrid, requieren de un periodo largo de ejecución.
Así, y aunque estaba previsto que las obras ya se estuvieran llevando a cabo en estas antiguas naves abandonadas situadas tras el Teatre El Musical (TEM), coincidiendo además con el centenario que el espacio cumple en 2024, lo cierto es que ni siquiera están licitadas para encontrar a la empresa que las lleve a cabo.
En noviembre de 2022 se presentó el proyecto. El centro, ubicado entre la plaza Calabuig, el Teatre El Musical (TEM), la calle Mariano Cuber y Vicente Brull, se compondrá de dos grandes espacios conectados. La superficie total es de 2.297 m2. En lo que respecta a las dos naves industriales de 1924 (cada una tiene una superficie aproximada de 480 m2), una servirá como sala de representaciones multiusos y otras será la sala de ensayos.
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La sala de representaciones multiusos, llamada 'sala negra', será un espacio a dos niveles, con una galería perimetral que rodea el espacio principal de representación, aprovechando toda la altura de la nave existente. En esta galería o pasarela podrá haber público gracias a unas gradas retráctiles que, sin embargo, no buscan imitar un patio de butacas. Por su parte, la sala de ensayos, denominada 'sala blanca', se podrá dividir mediante paneles móviles para que pueda dar servicio a hasta tres actividades diferentes a la vez. En este sentido, el edificio que se construirá de nueva planta, al que se accede desde la plaza Calabuig, contará con espacios para facilitar los encuentros y reuniones de los profesionales además de los despachos de la administración del centro y espacios para residencia, entre otras. En la planta baja del edificio se encontrará el vestíbulo, la recepción y la cafetería.
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Laura Garcés
El 'hall' será un espacio diáfano a doble altura con un graderío fijo que forma parte del espacio único. En la primera planta se sitúa el espacio de 'coworking'. Será diáfano, con mesas, sillas y mobiliario moderno, para facilitar un encuentro agradable y cómodo. En la planta segunda se ubicarán los despachos de la administración del centro. Se prevé la utilización de la cubierta de planta segunda para la realización de actividades culturales al aire libre y vinculadas a la visión de la Plaza Calabuig. En la tercera se encuentran dos salas de reuniones.
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La planta cuarta es el espacio reservado para residencia, es decir, una especie de hostal con dos dormitorios, una sala de estar, aseo y almacén, con el objetivo de «apoyar el intercambio de formación y proyectos, para que los artistas, profesionales y creadores tanto de España como de fuera, puedan participar en las actividades de la ciudad, conozcan la actividad cultural y desarrollen formación y residencias de una forma más integrada en el centro», han afirmado. Por último, la quinta planta será para instalaciones.
El anterior equipo municipal tenía su fórmula para la gestión del espacio, que pasaba por ser de titularidad pública. Es más, se iba a crear una plaza en la Administración local con la que cubrir el cargo. Este nuevo puesto público debe figurar en la Relación de Puestos de Trabajo (RTP) del Ayuntamiento y se cubrirá por oposición. También se aseguró que la intención era que el enclave cultural tuviera una plantilla de trabajadores para que el edificio pueda desarrollar su actividad. También se iba a trabajar en la ordenanza que regule los precios públicos del alquiler de las salas y establezca las normas para la utilización este edificio público. De momento, se desconoce cómo los actuales gestores municipales gestionarán el espacio.
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