Victorino Martín: «El hombre debe ser menos agresivo con el medio ambiente»

–La corrida de Valencia de este año tuvo un problema grande, los toros salieron de los corrales que no podían ni andar por culpa del suelo de cemento, salían aspeados. Aun así quiero puntualizar la cuestión.

–Puntualicemos.

–No ha sido una plaza en la que la regularidad haya sido nuestro signo de identidad, pero hemos tenido picos muy altos, la corrida de Julio del año 2000 fue de una intensidad tremenda, muchos aficionados la llamaban la otra corrida del siglo y otra muy importante fue con Ponce y Barrera, esa fue muy interesante.

Los números este año han sido importantes. Ha lidiado ochenta toros, ha estado anunciado en quince corridas, le han devuelto un solo toro desde la plaza, fue, recuerda, en Olivenza y «porque tampoco el matador lo defendió mucho», le indultaron a Boloñés en Algeciras y acaparó innumerables premios y trofeos especialmente en Sevilla y Madrid.

–¿Qué ha tenido de especial la temporada?

–La regularidad. Hemos lidiado muchas corridas muy completas, de las de embestir los seis toros o cinco, y en las que no lo han sido siempre ha saltado algún toro importante.

–Háblame de los grandes del año. Empecemos por Patatero.

–Gran clase, recordó mucho a su padre, a Cobradiezmos, que sigue estando muy presente entre los aficionados, fíjate el recuerdo que dejó ese toro que cada vez que sale un toro bueno me vienen a preguntar si es hijo suyo. E incluso si digo que no porque no lo es, se van convencidos de que sí es hijo.

–Y los dejas…

–Claro, qué voy a hacer.

–¿Qué me dices de Director?

–Ese fue muy completo en todos los tercios, muy bravo. Me gustó más que Patatero, entre la clase y la bravura me quedo con la bravura. Esa corrida de Madrid fue la más importante de cuantas hemos lidiado allí en toda nuestra historia. Fueron toros que a pesar de ser muy de público sirvieron para los toreros. Ese equilibrio no es fácil.

–Si esta, aseguras que es una de las tres mejores temporadas de la historia de la casa, ¿cuáles fueron las otras dos?

–La de 1998, que fue la reafirmación después de nuestro exilio en Francia y tuvo una regularidad tremenda, ese año embistieron todas las corridas de principio a fin. Fuimos triunfadores absolutos de San Isidro y Caballero mató seis toros en la Beneficencia que fue otro éxito; y la de 1975, que fue nuestra primera gran temporada porque hasta entonces habíamos triunfado en Madrid muy fuerte pero no habíamos roto en el resto de España y ese año triunfamos en Bilbao a lo grande. Aquella tarde fue una explosión tremenda. Hasta entonces habíamos estado un poco recluidos en Madrid, aquel era nuestro reino y después de Bilbao ya no tuvo fronteras.

–¿Perspectivas para 2024?

–Las mismas que este año. Hemos dejado cinqueños para lidiar en las primeras corridas y de media temporada en adelante comenzaremos con los cuatreños. La ganadería está en un gran momento, eso se ve en las corridas y también en los tentaderos. Además, los picos más altos de nuestra ganadería siempre han coincidido con la presencia de toreros que la han entendido y ahora los hay.

–Nombres.

–Borja Jiménez que ha sido la última revelación pasando por los clásicos como puede ser El Cid, Escribano u otros como Curro Díaz, que siendo un torero con sello de artista es de los que entiende nuestros toros, Ureña, Emilio de Justo, que es el más familiarizado con nuestra ganadería y ha tenido grandes tardes, también Pinar o Sergio Serrano, que si llega a meter la espada a los toros que ha cuajado de casa tendría otro reconocimiento, no me olvido de Uceda, que está hecho en casa, su primera puerta grande en Madrid fue con un toro nuestro y seguro que me olvido de alguien.

–¿El que tus toros necesiten de especialistas es una ventaja?

–No, al contrario, limita. Recientemente escuché que las mejores embestidas eran las de nuestros toros, pero que no están al alcance de todos. Para que nuestros toros se entreguen primero se tiene que entregar el torero y eso no es ventaja, al contrario. Cuando te ponen a alguien que no los entiende se desaprovechan muchos toros.

–Y todo el esfuerzo ganadero se va al traste.

–El toro es un misterio oculto que debe surgir con la mediación de un mago, de un intermediario, que es el matador y si este no lo entiende el misterio sigue quedando oculto.

–El carácter de tus toros te aleja de las figuras.

–No necesariamente. Las figuras lo son por algo, entre otras cosas porque son capaces de adaptarse a todo, pero sí es cierto que a los que matan habitualmente encastes muy distintos al nuestro les cuesta más acoplarse. Las claves no son las mismas.

–Fernando Cuadri me comentó que cuando las figuras se acercan a una ganadería es que comienza la decadencia.

–No creo. Si se acercan es porque los toros están embistiendo, porque les llama la atención o porque ellos mismos se ponen un reto.

–Hay matrimonios poco o nada habituales.

–La verdad es que hasta ahora a las figuras no se les ha exigido algunas cosas, pero la gente cada vez está demandando más. En ese aspecto Morante ha dado un paso adelante y ha hecho un gran favor a los encastes que debemos preservar entre todos.

–Ha habido más toreros de los considerados figuras que aceptaban con naturalidad tus toros.

–Ponce, pero él es otra cosa, con la capacidad que tenía le daba igual uno que otro, le echaban el toro de Osborne y también lo toreaba.

–¿Le das mucha importancia a la presencia de las figuras?

–En estos momentos más si cabe porque con la crisis económica los aficionados eligen más que nunca los carteles a los que acudir y hay que hacerlos cada vez más interesantes. En ese aspecto el hecho de que las figuras se enfrente a toros de casa es un aliciente más como se ha demostrado en Valladolid y en Alicante. Claro que eso no es nuevo, recuerda las corridas de la prensa que mataron Capea o Roberto Domínguez cuando eran las máximas figuras o la consolidación de la feria de Olivenza con Ponce y los toros de casa.

–Acabas de destrozar o casi una ley que parecía incontestable que aseguraba que a más figuras menos toros.

–En estos momentos hay figuras pero nadie puede decir que el toro, al menos en las plazas importantes, sea menos toro. El toro que se está lidiando es el más grande de la historia del toreo y al menos Victorino el pistón no lo va a bajar.

–Elige, bravura o nobleza.

–Bravura, pero es que la nobleza está dentro de la bravura. La bravura sin nobleza no es bravura, es genio. El toro bravo cuando se le domina permite el toreo, el toro de genio cuando se le domina, se raja.

–Tú, que eres un hombre de campo con inquietudes e intereses, ¿crees en el cambio climático?

–Sí creo. Le echan la culpa a las vacas, pero el verdadero responsable es la aparición de los combustibles fósiles. El responsable es la acción del hombre, debemos ser menos agresivos con el medio ambiente. En eso los ganaderos de bravo somos un ejemplo de cómo se debe actuar respecto al medio ambiente y de la biodiversidad. Por cierto, con la subida de la temperatura están apareciendo enfermedades que nunca habían pasado de Gibraltar.

–¿Nos quejamos antes de acabar?... Hablando del campo es necesario.

–Y de justicia. La pandemia nos empujó a los ganaderos a dos años terribles sin ingresos que cada cual ha resuelto como ha podido; luego con la guerra de Ucrania, aunque la cosa venía de antes, se dispararon los precios de los piensos y este año los forrajes y sobre todo la paja, que vale cuatro veces más que el año pasado, se dispararon y encima es de mala calidad.