La selección de Chequia fue la gran triunfadora del grupo C que se ha estado disputando esta semana en Valencia. Tras barrer a España —que juega hoy aunque ya eliminada— y a Corea, hizo lo propio ante Serbia para terminar como primera de grupo y sacar el billete a Málaga sin perder ni un solo partido. El equipo balcánico finalmente quedó segundo, pero dejó algo más que eso en su paso por la Fonteta.
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Con el pabellón lleno hasta la bandera con un ambiente festivo de sábado, Mensik y Lehecka hicieron los deberes venciendo a Lajovic y Djere respectivamente (6-3, 6-2 y 7-6, 7-5). El público, al ver que ya estaba todo el pescado vendido y que el partido de dobles pendiente ya no iba a alterar el resultado, y que además no lo jugaba Novak Djokovic, empezó a levantarse de sus butacas y a encarar las salidas. Pero de pronto, por megafonía, llegó el regalo que todos tenían la esperanza de que llegara. «Novak Djokovic sustituye a Dusan Lajovic y jugará el partido de dobles». Vítores en las gradas. Aquellos con prisa que ya estaban con medio pie fuera de la Fonteta volvían rápidamente a sus asientos. Cómo iban a perderse la oportunidad de ver jugar al número uno del mundo.
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«Pensamos que como ya estábamos clasificados para Málaga no era necesario que jugase un individual. Pero no juego muchos dobles y este era el mejor entrenamiento posible de cara a Málaga», dijo Djokovic. Razón más que entendible, pero ya saben cómo es el serbio. Se debe a sus fans. En las introducciones fue el más aclamado y mientras veía a sus compañeros jugar los individuales, le entró el gusanillo. El cíborg quería jugar. Se le veía en los ojos. Tenía ganas de dar show.
No fue uno de sus mejores partidos. Perdió el encuentro (5-7, 7-6 y 3-10 en el super tie-break), pero se llevó el cariño de la Fonteta. A cada punto que ganaba, la ovación estaba garantizada. El partido, sin efectos clasificatorios, fue prácticamente una exhibición para el público, que disfrutó con el estilo frenético de los dobles.
La campeona del mundo con España y jugadora del Levante, Alba Redondo, fue la encargada de hacer el sorteo inicial. El ambiente en Valencia fue espectacular. Las charangas animaban, y tanto los aficionados serbios como los checos teñían de color los graderíos taronjas. «La experiencia en Valencia ha sido increíble. No había estado quí desde hace años y la gente ha sido muy buena conmigo. Igual hablar español ha ayudado a esa relación. Todos en el hotel, en la calle y en la pista han sido muy amables. Un 10 sobre 10 en hospitalidad para Valencia», dijo un agradecido Djokovic.
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