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Jueves, 31 de marzo 2022, 01:01
El aceite de girasol ha disparado su precio y ha desatado una auténtica locura en los supermercados, donde se han tenido que restringir las vetnas de este producto ante el acopio de algunos ciudanos, por temor al desabastecimiento. Su coste se ha multiplicado a consecuencia de la guerra en Ucrania, principal exportador mundial de girasol.
Las noticias sobre la guerra de Ucrania y la posible falta de suministro de aceite de girasol han llevado a bastantes consumidores a comprar este producto en abundancia para almacenarlo en casa, «un comportamiento irracional cuyo único efecto es un aumento de precios, quizás todavía injustificado y una sensación de desabastecimiento que no es real», exponen desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Esto ha derivado en estanterías vacías en los supermercados, así que nunca está de más pensar en posibles alternativas para echar a la cesta de la compra. Desde la OCU aconsejan primero tener claro para qué se va a emplear, para decantarse por la mejor opción. Si es para uso culinario, la organización detalla que el sustituto más saludable es el aceite de oliva que, si bien es cierto que es un producto más caro, se puede escoger entre muchas variedades: «Desde el AOVE (aceite de oliva virgen extra), a aceites de oliva más refinados, como el aceite de oliva suave, o incluso el aceite de orujo de oliva, más económico», concretan desde la OCU.
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Si prefieres decantarte por otras alternativas, se puede optar por «aceites de semillas como la soja, el maíz o la colza», apuntan. «Hay productos como el aceite de sésamo o de aguacate que no son una opción, ni por el precio, ni por el sabor», detallan desde la OCU, que recomienda un aceite de oliva básico para mantenerse en desembolso medio, y por el aceite de orujo de oliva en presupuestos más ajustados.
#Alimentación ¿Qué posibles sustitutos tiene el aceite de girasol?
OCU (@consumidores) March 30, 2022
➡Hay que tener claro para qué lo vas a usar y en función de eso elegir entre distintas alternativas: te las contamos 👇https://t.co/9D6iJGwpC6
En detalle, la OCU analiza los puntos fuertes a nivel nutricional de cada alternativa al aceite de girasol:
- Aceite de soja y maíz: su nivel de ácidos grasos es similar al del aceite de girasol, con grasas mayoritariamente insaturadas y muchos ácidos grasos poliinsaturados. Por lo tanto, estos productos resultan beneficiosos desde el punto de vista cardiovascular. Sin embargo, «no son muy resistentes a las frituras, se alteran con más facilidad», detalla la OCU.
- Aceite de oliva y el de colza: su contenido en ácidos grasos es más similar al aceite de girasol alto oleico: grasas ricas en mono insaturados en ácido oleico, más estables durante la fritura.
Los aceites de maíz, soja o de pepitas de uva son, como el aceite de girasol, ricos en ácido linoleico, ácido graso de la familia omega-6 que es esencial: «Se trata de un componente estructural de las membranas celulares que nuestro organismo no es capaz de sintetizar y, por eso, lo tenemos que adquirir a través de la alimentación (aunque están muy presentes en nuestra dieta y no hay riesgo de deficiencia)», aclaran desde la OCU.
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