Uvas de la variedad Bobal recién recolectadas en Utiel-Requena. Vicente Martínez

El vino tinto valenciano se queda en las bodegas

El exceso de stock agrava la crisis de rentabilidad del sector y los viticultores achacan la «parálisis» de este producto a las importaciones y las tendencias de consumo de los jóvenes

Miércoles, 30 de agosto 2023

Los almacenes de las bodegas valencianas son testigo de un hecho sin precedentes en el sector vitivinícola de la Comunitat. A las puertas de la nueva campaña de vendimia –excepto la más temprana, que ya ha comenzado–, los bodegueros se encuentran ahora con un exceso ... de stock de vino tinto del año pasado, un producto que no logran vender pese a bajar sus precios y que ahora acumulan en sus instalaciones.

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Así lo aseguran a este periódico desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), desde donde explican que este stock responde a un «parón brusco» de la compra de tinto, algo inusual y que, por otro lado, no se ha producido con el vino blanco ni con el cava. «Esta apatía generalizada ha provocado bajada de precios para intentar venderlo, pero aún así sigue habiendo mucho stock de la vendimia pasada», indican desde la asociación a este diario.

En ese sentido, los precios que se registran en el vino tinto elaborado en la Comunitat Valenciana se encuentran entre los más bajos de España. En concreto, el tinto de Valencia estaba a 33,82 céntimos de euro por kilo en la tercera semana de agosto frente al 36,22 registrado hace justo un año. El precio del tinto valenciano sólo está por encima del registrado en Ciudad Real, donde se encuentra a 31,84 céntimos. Por contra, el resto de regiones productoras registran mejores precios, llegando incluso a superar los diez céntimos de distancia, como es el caso de Toledo, donde el tinto está a 43,56 céntimos el kilo, y Albacete, donde el precio está en 44,26 en la tercera semana de agosto.

El producto valenciano, entre los más baratos de España, al situarse en 33,82 céntimos por kilo, frente a los 44,26 de Albacete

Desde AVA, recuerdan que este «histórico parón» de las compras de vinos tintos durante el último año, sumado a los efectos negativos de la sequía y las tormentas de pedrisco, «recrudecen la crisis de rentabilidad» de los viticultores de Utiel-Requena, la comarca más productora de vino en la Comunitat Valenciana.

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El sector vitivinícola de la comarca, por su parte, constata un «brusco desplome» del número de operaciones de compraventa de vinos tintos. «Como consecuencia, las escasas adquisiciones que se producen a cuentagotas se cierran a precios en origen muy por debajo de los costes de producción, que se han encarecido un 30% en las dos últimas campañas», explican desde AVA, que achaca «esta apatía» en el mercado a «masivas importaciones» procedentes de países terceros y «a cambios en las tendencias de consumo de los jóvenes», que optan más por vinos blancos y rosados.

La compra de vino blanco y cava se mantiene aunque la cotización en origen sigue por debajo de lo que debería

De hecho, en estos casos la demanda ha sido mayor . No obstante, esto tampoco se traduce en más ingresos para los productores. Tal y como afirma el responsable de la sectorial de vino de AVA-ASAJA, José Luis Robredo, las cotizaciones en origen abonadas por la uva para cava no han alcanzado los niveles que deberían. «Han aumentado las ventas y los precios del consumidor, por lo que las bodegas embotelladoras han incrementado sus ingresos, pero el sector productor no se ve recompensado en su justa medida», denuncia.

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«Los agricultores queremos vivir de unos precios justos por nuestras cosechas, pero ante las dificultades sin precedentes que existen en el mercado de los vinos tintos necesitamos de manera rápida y contundente una serie de ayudas con suficiente presupuesto«, denuncia Robredo. »Si las administraciones no actúan sobre la cadena alimentaria y siguen mirando hacia otro lado, provocarán la pérdida de una actividad empresarial tan fundamental como es la viticultura y continuarán expulsando a las personas del medio rural«, agrega.

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Por otra parte, las adversidades climáticas están provocando importantes mermas de producción. A diferencia del litoral valenciano, en Utiel-Requena y otras comarcas interiores no ha llovido de manera persistente y adecuada como para paliar el déficit hídrico que los cultivos arrastraban desde los primeros meses del año. «Por tanto, la sequía sigue siendo un problema cuyas consecuencias se están dejando notar con un descenso de la futura cosecha de uva e, incluso, con la aparición de viñas secas que acabarán muriendo», agregan desde AVA.

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Asimismo, varios temporales acompañados de granizo han ocasionado daños de hasta el 100% de la producción en zonas localizadas de la comarca y la incidencia del frío en momentos adelantados del año ha motivado la aparición de marchitez fisiológica en la variedad Bobal. Para la inminente vendimia, los viticultores estiman una merma del 50% de la producción.

Sin ayudas para destruir la uva sobrante en la Comunitat

El responsable de la sectorial de vino de AVA-ASAJA, José Luis Robredo, denuncia el «abandono» por parte de las administraciones, sobre todo de la Generalitat. «No están haciendo nada ni para equilibrar la cadena alimentaria y garantizar precios dignos, ni para aprobar medidas de apoyo puntuales al sector como ayudas directas, como sí han tenido otros cultivos, o la destilación de crisis», manifiesta Robredo.

Según indica, la Generalitat Valenciana no ha tramitado las subvenciones de la destilación de crisis, que se componen de medidas como la destrucción de uva, con el objetivo de evitar la sobreoferta y su consecuente caída de los precios. Por contra, otras comunidades sí las han tramitado mediante fondos estatales, como Cataluña y Extremadura, y cofinanciados con partidas propias, como La Rioja y País Vasco. La Comisión Europea acaba de adoptar medidas excepcionales para que los Estados Miembros puedan solicitarlas, pero por el momento el sector desconoce nuevas gestiones.

En términos generales, AVA-ASAJA critica duramente a las administraciones por no habilitar medidas de apoyo urgentes que alivien la descapitalización de los viticultores. «El cultivo de la uva se quedó fuera de las ayudas aprobadas por el Gobierno central con motivo de la guerra en Ucrania y tampoco aparece en el primer borrador del ministerio enviado a las organizaciones agrarias sobre las ayudas por la sequía», insisten desde la asociación valenciana, que alerta sobre la pérdida de producción.

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