Los autónomos son uno de los termómetros más fiables para examinar el estado de salud de la economía. Con los coletazos del Covid aún presentes, este colectivo se ha visto obligado a recurrir a ahorros personales, a préstamos e ICOS para sobrevivir. Cuando por fin ... parecía que llegaba la ansiada recuperación, una guerra en Europa, una crisis energética y de materias primas han derivado en una inflación que está apretando cada vez más las tuercas de todos los sectores y, en especial, de los trabajadores por cuenta propia.
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Pese a que el turismo se erige como motor tractor de la Comunitat, con unos datos en la primera quincena de agosto que igualan a los de 2019, la elevada incertidumbre y los precios creciendo al 10,8% anticipan un otoño complicado, donde el consumo se contendrá. La afiliación de autónomos ya da buena cuenta de esta situación.
En concreto, las estadísticas más recientes de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos-ATA revelan un estancamiento tanto en España en general como en la Comunitat. El pasado mes de julio, la afiliación valenciana de trabajadores por cuenta propia sólo creció un 0,9% respecto al mismo mes de hace un año. A esto, José Luis Perea, secretario general de la federación, añade que todo apunta a que el ejercicio cierre con la primera caída de autónomos que se registre desde 2013, una estimación que también sostiene el presidente de la asociación, Lorenzo Amor, quien añade que se está «viviendo la peor afiliación de autónomos de los últimos 10 años».
El encarecimiento de los costes, la reducción de márgenes y la contención del consumo están detrás de esta dinámica. «Tradicionalmente estos meses son de contratación, debido a la fuerza del sector turístico y no es lo que estamos viendo. Además, en nuestras economía, dos terceras partes dependen del consumo interno y si no se reactiva, se verá reflejado en la afiliación», explica Perea.
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En ese sentido, el secretario general hace especial énfasis en cómo afectará la incertidumbre sobre el comportamiento del consumidor. «Cuando la gente tiene incertidumbre, se retrae el consumo. Todo esto hace que tengamos un crecimiento cero. En el caso de la hostelería, la gente sale a consumir pero lo hace con mucho más cuidado. A todos nos apetece viajar y tener vacaciones tras dos años de restricciones, sin embargo, miramos más cada euro. Esto también tiene su impacto», señala.
En cuanto a los sectores donde más cayó el número de autónomos valencianos en un año, destaca en primer lugar el comercio, con 1.561 profesionales menos -una caída del 1,7%-. Le sigue la Industria y la Agricultura, con reducciones del 1,1% en ambos casos. Por contra, la actividad donde más creció la afiliación fue en Información y Comunicación, con un repunte de 7,3% al sumar 532 personas. Sin embargo, en términos absolutos, el sector donde más afiliaciones hubo es la rama de actividades profesionales, científicas y técnicas, con 1.301 personas más -un 4% más que en julio de 2021-.
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Apretarse el cinturón
«Los autónomos que tienen un negocio de hostelería lo dicen: hay días que tienen mesas vacías», dice Perea. Se trata de la paradoja veraniega. Una campaña estival que los consumidores esperaban con ganas, sin restricciones por la pandemia, pero que, sin embargo, tratan de gestionar con la mayor eficiencia posible ante la llegada de un invierno incierto.
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«No ha habido tiempo para una recuperación económica tras la pandemia. Es una época que incita a salir pero la gente está retraída porque estamos sufriendo una inflación horrorosa. Pagamos una factura de la luz elevadísima tanto ciudadanos como empresarios y al final todos estamos buscando la manera de apretarnos el cinturón», manifiesta Perea.
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Por su parte, Amor advierte que los autónomos se están quedando «sin cubos de agua de donde seguir sacando para afrontar la sequía». A esto, Perea añade que el decreto para el ahorro energético aprobado por el Gobierno de Sánchez supone «trabas» para el autónomo, que desconoce cómo materializar esta normativa todavía sin que le suponga costes adicionales -como, por ejemplo, la instalación de sensores de temperatura-.
Aunque se trata de un panorama que atraviesa de manera transversal a todos los sectores, el golpe a los autónomos se ceba especialmente con el sector servicios, la construcción y el comercio. «Nosotros somos un sector o un colectivo que lógicamente crecemos al calor de la industria, pero esas tres ramas concentran el 70% del colectivo. También hay que añadir actividades inmobiliarias y educación», explica el secretario general de la federación ATA.
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Sin embargo, el azote inflacionista no es ajeno a ningún sector. «Lógicamente todo lo que afecte al consumo, como el alto coste energético y las materias primas encarecidas, afectará directamente a todos los negocios», añade Perea. Un escenario poco halagüeño respaldado por la nueva rebaja de las previsiones de crecimiento para España en 2023: del 3,5% ahora pasamos al 2,7%.
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