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«Fuimos radicalmente, absolutamente, 'animaladamente', a lo 'bestiamente' e injustamente maltratados», denuncia el director general de Consum, Juan Luis Durich, ante la presión que se produjo en redes sociales contra la cadena por parte de grupos nacionalistas por eliminar el etiquetaje en valenciano en sus productos.
Durich, durante la presentación de resultados de la cooperativa de supermercados, aseguró que son la empresa de distribución que más hace por el valenciano, con sus publicaciones, la señalética y el compromiso histórico con la lengua en sus actividades.
En todo caso, la reducción de socios o clientes por la polémica «no fue significativa», según el directivo. De los tres millones de cooperativistas que tiene la empresa, se vincula este episodio a la salida de 200.
«Somos un 'país' muy particular», ironizó Durich. «Y que me perdonen, que yo soy de aquí». De hecho, la medida afectó a 150 productos de los más de 2.000 que tienen en cartera y la medida respondió a una demanda de los consumidores.
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