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Sr. García

¿Errores o fraude en la etiqueta de los alimentos?

La polémica sobre la procedencia del turrón de Xixona es una vieja conocida también en otros productos valencianos

ELÍSABETH RODRÍGUEZ

Domingo, 4 de diciembre 2022, 19:04

Vuelve la especulación por Navidad. Con esta afirmación así de contundente, esta semana los productores representados por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) denunciaban que el turrón de Xixona, que se promociona como un producto 100% nacional, se está elaborando ... con almendras de Estados Unidos y miel de China.

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En concreto, el COAG denuncia que España importó en la campaña 2021-2022 cerca de 120.000 toneladas de almendra, principalmente procedentes del país norteamericano, una cifra muy superior al máximo productivo que se ha alcanzado en los cultivos españoles, cifrada en 95.000 toneladas en 2020. A esto hay que añadir la circunstancia de que la normativa sólo obliga a indicar el origen del ingrediente principal cuando se mencione el país de origen del alimento, algo que «rara vez» ocurre, según indica Javier Fatás, responsable de estos sectores en la comisión ejecutiva de la organización.

Sin embargo, esta denuncia sobre la imprecisión en el etiquetado sobre la procedencia del producto, ya sea interesadamente o por error, es una música que no suena a nueva. Es más, es un sonido especialmente habitual en productos típicamente valencianos. A saber: naranjas, arroz y azafrán. «El sector agroalimentario es donde más fakes, publicidad engañosa e intentos de engañar al consumidor encontramos, según indica la propia Unión Europea», afirma David Torres, director general de Desarrollo Rural en la Consellería de Agricultura, quien impulsó el pasado mes de enero la Agencia de Información y Control Alimentario (AVICA).

Esta agencia nació con el objetivo de perseguir este tipo de fraudes que pueden llegar a poner en peligro la seguridad alimentaria, además de corregir desequilibrios en la cadena de la industria. «En el punto de venta es donde nosotros podemos detectar el verdadero fraude. En la campaña de azafrán del año pasado, nos encontramos en un almacén bastantes lotes que no eran azafrán, sino pistilos de otras plantas similares o azafrán importado de otros países con mucha menos calidad. Es un producto en el que suele haber bastante fraude», cuenta Torres, quien añade que el pimentón es otro producto donde también hay que andar con ojo. «Alguna vez hemos detectado algún pimentón cuyo proceso de ahumado contiene carboncillo y eso es tóxico. No es lo más común, pero ocurre. En las especias hay casos para escribir un libro», señala.

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No obstante, no todas las polémicas tienen que ver con un fraude como tal, sino con imprecisiones en el etiquetado que pueden dar lugar a confusión al consumidor, tal y como indica el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), Cristóbal Aguado. «No hay un etiquetado suficientemente claro que identifique el origen de los productos agrarios. Lamentamos que la UE y el Gobierno de España no entiendan la importancia de señalar bien el origen. Sobre todo, si hay mezcla, se debería obligar a informar en qué porcentaje», apunta el dirigente agrario, quien señala que así mismo ocurre con las almendras del turrón de Xixona.

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El arroz es uno de los productos donde más denuncias hay por parte de los productores. «Queremos que se especifique el lugar de cultivo y no el de elaboración», reivindica Aguado. Y es que, según denuncian que algunos supermercados juntan en los carteles varios países de varios continentes, sin concretar. «Eso no está bien porque hay consumidores que quieren apostar por un producto autóctono. Por no hablar de que a lo mejor ponen un nombre muy valenciano al producto pero de valenciano sólo tiene el nombre», apostilla el presidente de AVA, que insiste en que la «preferencia comercial» que Europa da a países terceros está perjudicando al campo valenciano.

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Y es en ese punto donde entra la naranja. La batalla entre este cítrico de origen valenciano contra su competidora de Sudáfrica es de sobra conocida. Sin ir más lejos, hace unos meses varios consumidores alertaron de que un supermercado destacaba en el lineal de naranjas la palabra Valencia, en referencia a la variedad. Sin embargo, en la etiqueta y con una letra más difícil de detectar, se podía leer que el origen era Sudáfrica. Aparte de la confusión que puede generar al consumidor que esté menos atento o que no se esfuerce por mirar la etiqueta, se añade otro problema: el solapamiento de la campaña valenciana y la sudafricana.

En este caso, el responsable de la agencia inspectora valenciana AVICA confirma que hace unos meses encontraron que grandes distribuidores vendían naranja sudafricana cuando ya no debía estar, sino que debía haber naranja valenciana. «Nosotros ya nos hemos puesto en contacto con el supermercado y en todos los casos se ha retirado el producto. En un caso nos enviaron las fotografías y nos dijeron que había sido un error en la reposición», explica Torres, quien señala que en este caso el error lo cometió el supermercado por identificar mal el origen.

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Por su parte, la asociación que representa a los supermercados valencianos (ASUCOVA) aboga por un etiquetado que «dé información del origen y de la composicion nutricional», pero que sea «claro y fácil de entender», sin caer en simplificaciones excesivas que confundan más, como el semáforo 'nutriscore', por ejemplo.

Otro caso reciente que sí se enmarca como publicidad engañosa es el de los zumos 'Don Simón'. Y es que, AVA denunció a la empresa al considerar que un anuncio de dicha marca industrial representa un ataque al consumo saludable de naranjas en fresco. En dicho spot se destaca la bondad de los zumos industriales y la utilización de «millones de árboles» que rodean su fábrica en la provincia de Huelva. Aguado aseguró que estos zumos industriales usan grandes importaciones de zumo concentrado y congelado de Brasil y de otros países.

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Pero, ¿qué puede hacer el consumidor para que no le den gato por liebre? El secretario general de la Unió de Consumidores, Vicente Inglada, aconseja mirar la etiqueta y, en caso de productos con denominaciones de origen (DO), comprobar que el logotipo es el oficial y no una falsificación. «Con las naranjas podemos fijarnos en si tiene la etiqueta de una IGP, así como con el caqui o la alcachofa. Son productos con valor añadido por su calidad, es lógico que se refleje en el precio, pero además así nos aseguramos que contribuimos a la propia economía de la Comunitat», agrega.

El presidente de Avacu, Fernando Móner, indica que hay que diferenciar entre imprecisiones y publicidad engañosa. «Para el consumidor es casi imposible detectarlo, eso lo tiene que hacer la Administración. Nosotros pedimos que realmente se controle», señala Móner.

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