J.Z
Miércoles, 3 de mayo 2023, 01:29
Los amantes del coleccionismo están dispuestos a pagar grandes cantidades de dinero por monedas antiguas. La antigüedad de las mismas, los errores en su acuñación o el hecho de que sean conmemorativas de algún acontecimiento provoca que puedan multiplicar su valor.
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Algunas de las más buscadas son aquellas que se crearon por un motivo concreto y de las cuales se lanzaron tiradas muy concretas. La dificultad para conseguirlas, con motivo de las pocas unidades que existen, provoca que los fans de la numismática las busquen de todas las formas posibles.
Un ejemplo de ello la conocida como Centén, una moneda de 100 escudos acuñada en oro durante el reinado de Felipe III a principios del siglo XVII. Tiene una longitud de 71 milímetros y un peso de más de 300 gramos, lo que la convierte en una de las más valiosas del mercado, con un valor que llega a los 2 millones de euros.
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Es tan especial porque solo se acuñaron cuatro ejemplares, uno por cada año en el que se conoce que se produjo. En 2009, uno de estos ejemplares producido en 1609 se vendió por 940.000 euros en Áureo & Calicó.
La moneda tiene varias señas de identidad que le otorgan valor. Una de ellas su proceso de acuñación a presión, donde se introducía la pieza de oro entre dos cuños, se recortaba el cospel y se pulía a mano. Es una de las más codiciadas del mercado debido a su acuñación limitada y sus particularidades.
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