La locura de los coches de segunda mano se extiende a los camiones: «Han pasado de 35.000 a 50.000 euros»

Buen momento para vender un coche de segunda mano, pero malo para comprarlo. Esta misma situación que vive el mercado de turismos se extiende al de los vehículos pesados, cuyo precio llega a incrementarse un 40%. «Un camión de segunda mano que estaba a 35.000 euros ahora se vende por 50.000», cuentan desde Truck Torres, empresa especializada en la venta vehículos de segunda mano en Valencia.

En su caso, el stock ha sufrido un descenso importante al pasar de una flota de 60 camiones a estar entre 15 y 20 unidades. Según aseguran desde esta firma, los camiones de segundo uso se vendían con 130.000 kilómetros por año, frente a los 200.000 kilómetros de media actuales, como consecuencia de la reducción en la fabricación y la ampliación de los tiempos de espera. «Ahora pagamos el vehículo más caro y el beneficio es menor. Se reducen márgenes», añaden.

La misma música suena desde Camiones Gómez. «El mercado está prohibitivo. Se venden con más kilómetros y más caro. Y además parece que el año que viene será peor», cuenta Sergio Gómez, comercial de la firma. «Además estamos vendiendo con más de cinco años de antigüedad, cuando en condiciones normales no superaban los cuatro años», destaca.

En su caso, cuentan con un stock de 60 unidades, que era la cifra que podían vender en un solo pedido antes de la pandemia. «Antes podíamos tener en stock 90 camiones más o menos», agrega Gómez, quien explica que además tienen «camiones perdidos» por otros países que siguen esperando «por falta de transporte y de chóferes».

El vicepresidente de la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET), Juan Ortega, insiste en que esta situación amenaza la viabilidad de algunas empresas. «Si tienes que incrementar el flujo y los servicios es donde tienes un problema. Es mala época para crecer. Además, si no hay camiones, no hay empresa», subraya.

Ortega explica que el precio del nuevo «ha subido tanto», que ha empujado al de segunda mano. «Y si a eso le añadimos que vehículos nuevos no hay y que los plazos de espera son de un año mínimo y sin precio fijo, hace que el usado suba mucho. Con dos años vale prácticamente lo mismo que cuando se estrenó», asegura a este periódico.

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