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SOMOS FUTURO

El reto de la inversión y la gestión

Cambio de modelo. Corregir el déficit de conservación, mejorar la fiabilidad del servicio, la intermodalidad o la descarbonización, entre los desafíos de la red de transporte

Isabel Domingo

Valencia

Lunes, 7 de noviembre 2022, 01:52

Si uno piensa en la palabra infraestructuras, en el caso de la Comunitat, inmediatamente vienen a la cabeza proyectos como corredor mediterráneo, el túnel pasante, modernización de la red de Cercanías, tren de la costa, mejora del tren Sagunto-Zaragoza, el by-pass, la V-30, la ampliación norte del puerto de Valencia, los enlaces de la AP-7 y un largo etcétera. Actuaciones pendientes de ejecutar y que son parte de ese futuro de las infraestructuras, consideradas clave para la competitividad de la economía y para la conectividad del territorio.

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Sin embargo, los retos de futuro también pasan por palabras como sostenibilidad y digitalización, como apunta Ovidio Turrado, socio responsable de Infraestructuras de KPMG España, que recuerda que se han convertido en una prioridad tanto para las administraciones como para los inversores y que precisamente los fondos Next Generation están articulados para ello.

¿Qué desafíos hay por delante? Juan Alfaro, socio de Financial Advisory de Deloitte, lo resume en «un cambio de modelo» que debe pasar «desde una óptica tradicional de construcción masiva de nuevas infraestructuras hacia un modelo más centrado en la gestión de las mismas, que es diferente para cada una de las distintas tipologías».

¿En qué se traduce esto? Pues, en el caso de las carreteras, el foco tiene que estar en el mantenimiento. «El gran reto a día de hoy es conservarlas y mantenerlas en perfecto estado para la circulación de vehículos, tanto pesados como ligeros. Para ello, es probable que haya que repensar en el modelo del pago por uso como el instrumento necesario para llevar a cabo la puesta a punto de nuestras carreteras -en algunos casos bastante deterioradas- y, sobre todo, su mantenimiento y conservación a futuro».

En cuanto a las infraestructuras ferroviarias, para la alta velocidad Alfaro remarca la necesidad de «maximizar su uso para llegar al menos a intensidades equivalentes a las de países comparables, como Francia o Alemania», lo mismo que en el caso del transporte de mercancías. En Cercanías, para el portavoz de Deloitte, el reto es doble: «primero, mejorar la fiabilidad y disponibilidad del actual servicio, y segundo, prepararse para la futura liberalización del servicio dando entrada a nuevas compañías que puedan incrementar la eficiencia del sistema». Algo que ya ha ocurrido en el caso de la alta velocidad con la entrada de Ouigo e iryo.

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Para puertos y aeropuertos, el gran desafío es «hacer rentable no sólo los grandes hub sino también el resto que forman parte de la red». Ahí se abre la puerta a la revisión de los planes de negocio vigentes y la apertura hacia nuevos modelos de negocio. Y con un mayor peso del 'big data' en la gestión de los diferents modos de transporte.

AEROPUERTO

Intermodalidad y búsqueda de nuevos negocios

El transporte tiene por hacer la intermodalidad y no puede eludir la corriente de la sostenibilidad». Son palabras del presidente de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, en una reciente conferencia en la que también insistió en que la aviación comercial apenas produce el 2% de todas las emisiones frente a, por ejemplo, el 25% del coche. Aún así, el sector aéreo es consciente de que su futuro, como el de otros medios de transporte, pasa por la descarbonización y de ahí objetivos como reducir un 55% las emisiones en 2030 respecto a 2019, alcanzar la neutralidad en emisiones de CO2 en 2050 o la llegada del primer avión híbrido eléctrico en 2030 o de una aeronave a hidrógeno en 2035. Sobre la intermodalidad, el reto es integrarse con otros transportes y ahí entra, por ejemplo, la actuación para conectar Barajas con la red de alta velocidad.

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Para los expertos de Deloitte, otro desafío es hacer rentable los aeropuertos de la red, revisando los planes de negocio tradicionales y planteando otros alternativos, como la puesta en valor de activos inmobiliarios y posibles usos: logístico, terciario comercial, hotelero, etc.

PUERTO

Electrificación y papel clave en el comercio mundial

La electrificación en los puertos es uno de los grandes retos para la sostenibilidad del transporte marítimo. De hecho, el objetivo del Gobierno es que en 2030 todos los puertos del país se encuentren electrificados. En el caso de Valencia, en enero se adjudicaron las obras de la nueva subestación eléctrica (7,8 millones). ¿Objetivo? Que los barcos atracados pueden conectarse a la red eléctrica, apaguen sus motores y reducir sus emisiones a cero durante la escala.

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A ello se suma el papel que juega en el comercio mundial, donde se ha consolida como el puerto del Mediterráneo mejor conectad: mantiene conexiones con casi 1.000 puertos de 168 países diferentes.

TRENES

Del Plan de Cercanías a las mercancías

Hablar del ferrocarril en la Comunitat es pararse ante el Plan de Cercanías y ante el corredor mediterráneo, con permiso del reivindicado tren de la costa (del que aún no se conoce el proyecto definitivo) o de la línea ferroviaria Sagunto-Zaragoza, donde el plan de modernización sí que registra avances importantes. Del Plan de Cercanías, presentado a finales de 2017 y que recoge inversiones de 1.436 millones entre Adif y Renfe para infraestructura y material rodante, apenas se ha ejecutado el 18%. Entre los proyectos en el cajón, la mejora de la C-3. Un servicio de Cercanías que también tiene pendiente el aumento de la plantilla de maquinistas.

Completar y mejorar la red para pasajeros es uno de los desafíos, al igual que potenciar el tráfico de mercancías, que en España apenas alcanza el 5% frente a una cuota del 18% de media europea. Aquí, además, entran en escena las llamadas autopistas ferroviarias, un sistema de transporte combinado por el que los vehículos (generalmente camiones) son transportados en tren en servicios lanzadera.

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Avanzar en la intermodalidad, es decir, la conexión con otros modos de transporte como el avión también servirá para la transformación, así como la liberalización ferroviaria con la entrada en escena de nuevos operadores.

CARRETERAS

Una red más segura, verde y conectada

La red de carreteras de España tiene 165.445 kilómetros, de los que más de 17.377 son vías de gran capacidad (autopistas de peaje y libres, autovías y carreteras multicarril), lo que sitúa a España como el primer país europeo en vías de alta capacidad y tercero a nivel mundial por detrás de Estados Unidos y China. Una red viaria compleja que no sólo tiene por delante responder al objetivo de la descarbonización de los modos de transporte, sino seguir contribuyendo a la dinamización de la economía y la generación de empleo.

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«La escasez de recursos presupuestarios en los últimos años en España y en otros países de la Unión Europea está produciendo un importante y alarmante deterioro de la red existente y está limitando la contribución desde el ámbito de la carretera a la transición digital y ecológica, una movilidad más sostenible, una mayor seguridad vial, la descarbonización del transporte, el refuerzo de la cohesión social y territorial, y a la modernización de la red viaria y de la Administración responsable de su gestión», recoge la Asociación Española de la Carretera (AEC) en el informe sobre su iniciativa 'Carretera segura, verde y conectada', con el que pretende dar respuesta a todas esas necesidades para, además, sentar las bases para la implantación de un nuevo modelo de movilidad en la red viaria española.

Más sobre carreteras

A la AEC corresponde también el informe sobre las deficiencias de las carreteras españolas, que arroja como principal conclusión que esta infraestructura necesita una inversión mínima de 10.000 millones para subsanar sus problemas tras la progresiva reducción de las inversiones en mantenimiento desde 2010. En el caso de la Comunitat, esa partida asciende a 545 millones. Una adecuada conservación, recuerdan desde la asociación, influye en la reducción de la siniestralidad y del impacto ambiental. Por ejemplo, circular por carreteras en mal estado dispara el consumo de combustible por encima del 10%. Unas cifras a las que la subida de los precios de las materias prima no ayuda.

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En ese objetivo de mejora de la seguridad vial entra también la digitalización, ligada a la búsqueda de soluciones a problemas como las congestiones de tráfico o el control de las emisiones de CO2. Sin olvidar tampoco completar aquellos proyectos de ampliación de carreteras pendientes, especialmente en vías con elevados niveles de tráfico, sobre todo de camiones. Es el caso del by-pass, la V-31 o todos los enlaces de conectividad de la AP-7, liberalizada hace ya dos años.

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