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Arranque de la manifestación. Irene Marsilla

El acceso a la vivienda agita a una multitud que invade el centro de Valencia para reclamar soluciones

La Policía Nacional estima que 15.000 valencianos salieron a las calles frente a los 50.000 que sostiene la organización | Vecinos, colectivos y asociaciones recorren el centro de la ciudad y reclaman medidas firmes para paliar el aumento de precios y la proliferación de apartamentos turísticos

Javier Gascó

Valencia

Sábado, 19 de octubre 2024, 19:14

Miles de participantes, 50.000 según los organizadores y unos 15.000 según Delegación de Gobierno; cientos de pancartas, a cada cual más original; pero un único sentir: el del hartazgo generalizado ante la situación actual de la vivienda. Es el resumen a gran escala de una movilización multitudinaria e histórica, según la plataforma València no està en venda.

Bajo el lema de 'Valencia s'ofega', una marea multitudinaria, formada por miles de vecinos y más de 200 colectivos ciudadanos de todos los barrios, recorrió desde las 18:30 horas las calles del centro de la ciudad para urgir soluciones ante la situación actual de la vivienda, causada por la especulación, así como por la proliferación de apartamentos turísticos en todos los barrios de la capital.

La marcha ha arrancado desde las Torres de Serranos, donde minutos antes del comienzo de la marcha se desplegó una enorme pancarta con el mensaje «Por el derecho a un hogar» junto a una bandera de Palestina. La Policía Nacional no tardó en retirar ambas insignias del monumento, lo que despertó el clamor de buena parte de la ciudadanía valenciana, que aguardaba al inicio de la protesta, mientras llegaban las columnas organizadas desde diversos puntos de la ciudad. Pasada la media tarde, la manifestación echó a andar, con una reivindicación clara: «Valencia es una ciudad de barrio».

Y precisamente, han sido las asociaciones vecinales de los barrios las que han encabezado la marcha en contra de la subida de los precios de la vivienda y contra la transformación que ha sufrido Valencia en los últimos años ante la llegada masiva de turistas. La magnitud de la protesta ha sido tal que una hora más tarde de su inicio, miles de personas todavía permanecían a la espera de echar a andar, mientras la cabecera de la protesta avanzaba por algunos de los enclaves emblemáticos de la ciudad, como la plaza de la Virgen o la plaza de la Reina, hasta la plaza del Ayuntamiento. «Al principio nos hemos visto desbordados por la cantidad de gente que había en el puente», aseguran desde la organización.

Tras más de dos horas y un sinfín de gritos reivindicativos, la mayoría de ellos en contra de la proliferación de pisos turísticos y del incremento de precio del alquiler, la marcha ha comenzado a llegar a la plaza del Ayuntamiento, donde se ha producido la lectura del manifiesto de la convocatoria, en el que se insta a la Administración a declarar Valencia como zona tensionada, así como a prohibir los apartamentos turísticos y establecer un control estricto sobre la regulación urbanística del sector hotelero. Asimismo, los más de 200 colectivos y organizaciones adheridos al manifiestos exigen medidas firmes para «revertir de manera urgente la mercantilización de la vivienda», como la regulación del precio del alquiler o la creación de un parque de vivienda pública suficiente para responder a la creciente demanda.

Entre los colectivos firmantes, destacan las asociaciones vecinales de casi todos los barrios de la ciudad, además de los sindicatos CC OO-PV, CGT, CNT Valencia y los partidos políticos Compromís, Podemos, Sumar y CUP-PV.

De hecho, la portavoz de Compromís por Valencia, Papi Robles, ha avanzado que su grupo llevará al Pleno del consistorio, en forma de moción, las propuestas de la organización de la manifestación al considerarlas «muy positivas». Por su parte, el portavoz del PSPV-PSOE en Valencia, Borja Sanjuán, ha acusado a Mazón y a la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, de «decidir que la ley de vivienda no aplique a Valencia y eso está costando que muchos jóvenes y no tan jóvenes tengan que abandonar los barrios donde han crecido», al tiempo que les ha urgido a intervenir «en contra de las compras especulativas», que son el 70% de las que se hacen en la ciudad. Por ello, ha avanzado que el PSPV propondrá que en Valencia esté prohibido comprar una vivienda «si no es para residir».

Horas antes a la manifestación, la organización aseguraba que el objetivo de la protesta no era político, sino más bien social. «Esperamos mucho vecino de la ciudad que no está en ningún colectivo, pero que también está afectado por la situación que vive Valencia», indicaban desde València no està en venda.

Sus previsiones eran las correctas. Desde primera hora de la tarde, miles de valencianos han comenzado a desplazarse en columnas organizadas desde diferentes puntos de la ciudad hacia el punto de partida de la marcha, cuyo lema rememora la riada de 1957 al considerar que actualmente se necesitan medidas similares a las que fueron necesarias entonces para recuperarse del desastre.

«Están cargándose Valencia. Están vendiendo toda la ciudad a fondos especuladores y queremos una ciudad para su vecindario», ha reclamado María Alandes, una de las portavoces de la plataforma organizadora de la marcha. «Estamos muy contentos, pero esperamos que esto no acabe aquí y sigamos luchando por nuestra ciudad», han indicado a este periódico fuentes de València no està en venda. Buena parte de la ciudadanía valenciana ha demostrado este sábado que está de su lado.

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