¿Y ahora dónde hacemos la cena de la plantà?

No hay que olvidar que para las Fallas de septiembre las carpas se tuvieron que poner sin los laterales, para garantizar la ventilación del espacio, pero lógicamente no es lo mismo septiembre que marzo, ya que por las noches refresca y los falleros tendrían que tirar de forro polar.

Mientras se espera conocer si bastará con una ventilación con apertura frontal, lateral o si se podrá instalar de forma completa, los falleros ya empiezan a estudiar cómo comer y cenar durante la semana central de Fallas y en días centrales como la noche de la plantà.

Hay alternativas para todos los gustos y algunos reconocen que la idea es comer en la calle, si el tiempo lo permite; otros se están planteando hacer turnos de comidas y algunos ya están preparando el sorteo de las mesas, para saber dónde se sienta cada grupo de amigos o familias falleras.

La casuística es muy variada, así por ejemplo, en la falla Ramón de Rocafull-Conde de Alaquás (Barrio Llamosí) se da la circunstancia de que este año tendrán que cambiar la carpa de ubicación. Antes la montaban en un solar de la calle Conde Melitó, pero como ya no pueden contar con este espacio porque se construirá a medio plazo, la idea es trasladarla a la calle Antonio Juan, pero el tamaño del recinto tendrá que ser menor para acomodarse a la calle.

«Cuando poníamos la carpa en el solar, tenía una medida de quince por treinta, pero ahora el ancho será de ocho metros, para que esté en asfalto y no ocupe aceras y el largo será veinticinco», explica David López, presidente de esta comisión del Marítimo.

Como el espacio de carpa será menor «la idea que llevamos es hacer turnos de comida porque somos cerca de 430 falleros. Tocará establecer varios horarios o comer algunos en la calle, sacando mesas y sillas, si hace buen tiempo», añade.

En otra falla también muy numerosa como es el caso de Gloria-Felicidad-Tremolar, son 1.100 falleros, «y estamos esperando conocer las normas que marque Sanidad, pero pensamos que el plan B que tendremos que activar es el de hacer las comidas en la calle», indica el presidente Manolo Bayona.

En esta comisión, además, detallan que «la carpa que tenemos es propia y no se pueden abrir los laterales, por eso pensamos que si marcaran las mismas normas que en septiembre, tendremos que sacar las mesas y ya veremos si hace falta calefacción».

En la falla Plaza de la Reina explican que en un año normal son los falleros los que cocinan, «pero en septiembre ya pedimos todo de catering y tuvimos la carpa sin los laterales. Ahora esperamos a ver las normas y pondremos una ficha de inscripción para saber dónde se sienta la gente», comenta el presidente Luis Gómez.

Otro ejemplo es La Nova d'Orriols, donde son unos seiscientos falleros. En las Fallas de septiembre en lugar de carpa, pusieron unas zonas de sombraje con el sistema 'trust' y ahora sí pondrán carpa. La instalación tendrá dos cuerpos más que en 2019, ya que no pondrán unas jaimas. Ya tienen previsto las separaciones y el pasillo de 1,70 metros.

Como en septiembre, «tendremos mesas burbujas, es decir asignadas por grupos. Nuestra carpa tiene hasta salidas de emergencia y habrá ventilación de sobra, pero si dicen que hay que quitar los laterales, hemos reservado diez estufas de las que se pueden ver en terrazas de bares para que el espacio sea confortable», explica Patricia Guillem, directiva de la comisión.

En la falla Fray J- Rodríguez-Pintor Cortina, su presidente, Alfredo Ferrando, explica que comerán y cenarán dentro del casal, ya que cuentan con 600 metros cuadrados. «Si antes de la pandemia las mesas estaban juntas, ahora se hacen mesas con el número de gente que marque Sanidad y ponemos separación de metro y medio».

En la falla Gayano Lluch están barajando las distintas alternativas, pero todavía no hay una decisión clara y es que en esta comisión son 840 falleros. En septiembre, con el buen tiempo, comieron todos en la calle, pero en marzo normalmente no hace tanto calor.

«Tenemos un casal de 1.190 metros cuadrados, es muy grande, pero de momento hemos tenido una tormenta de ideas con alternativas diferentes», explica el presidente César Rivero.

Añade que «unos dicen que quieren sacar las mesas a la calle para estar más tranquilos, otros dicen que como el casal es grande, que se pongan mesas desde la entrada del casal hasta el final y otros prefieren cenar por turnos».

Claro que, en este último caso, la fallera mayor y los representantes tendrían que ver si estar presentes en todos los turnos o un día estar con unos y al día siguiente con otros. En todo caso, no hay una decisión tomada.

También confiesan que hay gente todavía con miedo a reunirse para cenas y comidas, por el Covid, y que lógicamente lo entienden y respetan.

En otra comisión como Santiago Rusiñol todos los años hacen sorteos de mesas. El presidente, José Miguel Sánchez, detalla que «tenemos que ver cómo repartir las mesas. Si hay grupos de amigos que suman 30, lo que hacemos es sortear junto el lote de las distintas mesas de este grupito para que queden en la misma zona, no de punta a punta y se sortea desde la mesa presidencial hacia atrás y de nuevo hacia adelante».