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Navegación. Varias embarcaciones con vela latina recorren la laguna. antonio lópez
La Albufera, un refugio de la vela latina
LAS PROVINCIAS con la Albufera

La Albufera, un refugio de la vela latina

Viajar por el lago. Varias asociaciones luchan para que no se pierda una de las formas más tradicionales para desplazarse por la laguna | La temporada de navegación se desarrolla entre marzo y octubre y la práctica fue declarada Bien de Interés Cultural hace cuatro años

JUAN SANCHIS

Domingo, 15 de diciembre 2019, 00:16

En el Port de Silla, en plena Albufera, se encuentra la sede de la Associació de Vella Llatina de Silla. Es uno de los colectivos que trata de preservar una de las tradiciones milenarias del parque, la navegación con vela latina, una práctica declarada en 2016 Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC).

La navegación a vela latina se remonta a los primeros pobladores del parque. Esta modalidad de transporte esta ligada a las características geográficas de la laguna. La cercanía a la costa con la presencia de vientos litorales y la escasa profundidad del agua ha determinado la construcción de unas embarcaciones, las 'albuferencs, muy distintivas: de fondo casi plano, sin prácticamente quilla y con grandes velas triangulares.

El esplendor de esta práctica se produce en el siglo XIX. Estas embarcaciones servían para el traslado del arroz y para el transporte de personas y mercancías entre diversos puntos del lago. Esta era la misión del 'Rabatxol', un servicio que se desarrolló entre mediados del siglo XIX y principios del XX.

La situación ahora es bien distinta. Junto al de Silla diversos colectivos en Catarroja, Sollana, Alfafar, El Palmar y El Perellonet tratan de mantener esta tradición agrupados en una federación. Según Batiste Granero, presidente de la asociación de Silla, apenas quedan unas mil embarcaciones en el parque y de ellas apenas medio centenar de vela latina. En este sentido, Granero echa en falta un mayor apoyo por parte del parque, especialmente cuando se proponen hacer nuevas exhibiciones. Además, señala que el Ayuntamiento de Silla podría poner más interés para conservar el puerto, en pleno parque natural.

El presidente de la asociación de Silla explica que el colectivo de Silla tiene cerca de 400 embarcaciones (el de Catarroja, que es el mayor, puede tener unos mil). Pero no todos salen a navegar. El problema es la falta de un relevo generacional. Cuando el patrón alcanza una determinada edad dejan la práctica sin que los hijos continúen la tradición y así cada vez son menos.

Pese a todo, Granero se muestra esperanzado. Desde la asociación que preside han puesto en marcha una escuela de vela latina. «El futuro está en la incorporación de la mujer y de los jóvenes», explica.

El periodo en el que salen a navegar empieza en marzo y termina en octubre. El resto del año es muy difícil, ya que el fuerte viento puede hacer que vuelquen las embarcaciones.

A lo largo de estos meses se suceden las exhibiciones de vela latina Las principales están organizadas por la Diputación de Valencia que pone en marcha una liga entre marzo y octubre con siete jornadas.

La especie invasora

El cangrejo azul, un depredador que pone en riesgo el ecosistema

Todavía no está incluido en la lista de especies invasoras, pero se trata de un bivalvo que ha llenado de preocupación a los pescadores valencianos. Procede de la zona occidental del Atlántico y desde hace unos años ha aparecido en el Mediterráneo. Su proliferación ha sido espectacular y supone una amenaza para el ecosistema. Las capturas en la Albufera se han disparado en los últimos años. Se alimenta de crustáceos, peces, moluscos y algas. El caparazón puede superar fácilmente los 20 centímetros de ancho y alcanzar un kilo de peso. Sus potentes pinzas le permiten que prácticamente no tenga depredadores. Le gusta habitar en las costas templadas como la valenciana, en aguas de bahías, lagunas y desembocaduras de ríos.

El parque en imágenes

La lonja de pescadores de El Palmar

La lonja de pescadores de El Palmar es la única que existe en la Albufera. Cada día los pescadores de la cofradía que salen a pescar llevan sus capturas. La llisa, el yobarro, alguna carpa y las tradicionales anguilas son las principales especies que pasan por la sala que todas las mañanas está en plena actividad. Toda la producción se vende. Sus destinos fundamentales son Italia y países del este de Europa. Parte de la producción se destina también a los restaurantes de la zona, especialmente las anguilas y algo de llisa. La cofradía de pescadores de El Palmar está compuesta por una 400 personas de las que sólo unas sesenta salen a faenar diariamente. Uno de los momentos más importantes es el sorteo de redolins que se realiza en el mes de julio para repartir los puestos de pesca.

La clave histórica

Alfonso XIII participó en una cacería poco antes de contraer matrimonio con la futura reina Victoria Eugenia

1906. La Albufera siempre ha estado vinculada a la Casa Real. Alfonso XIII, un gran amante de la caza, se desplazó hasta el parque natural para participar en una de las batidas. Era el 24 de febrero del año 1906 y en unos pocos meses, el 31 de mayo, iba a contraer matrimonio con la futura reina Victoria Eugenia. El Rey llegó en una tradicional tartana hasta el puesto. Estuvo acompañado por el conde Romanones y el duque de Tarancón. Emprendió viaje a Madrid desde Catarroja.

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