Carmen Pérez, junto a la barra de Central Bar, tras una intensa mañana de trabajo. DAMIÁN TORRES

Carmen Pérez, de fregar platos a jefa en Central Bar: «Nunca olvidaré una charla con Camarena. Me escuchaba»

Criada en la Malvarrosa, empezó fregando ollas en Canalla, hasta que el cocinero le dio la oportunidad de ascender. «Ahora quiero más»

Jueves, 4 de julio 2024, 16:02

Hemos quedado a las cuatro de la tarde de un jueves cualquiera en el Mercado Central, un lugar que a estas horas está apagando luces y bajando persianas. Todavía hay sin embargo mucha actividad tras la barra del Central Bar, el que Ricard Camarena abrió ... en 2012, y que permitió de una manera que quizás ni él mismo era consciente dar a conocer la Valencia gastronómica a los visitantes del mercado. Doce años después, Carmen Pérez se afana en guardar tupers y organizar al personal, que quiere dejarlo todo listo antes de la entrevista.

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La historia de esta mujer, nacida y criada en la Malvarrosa, habla de las oportunidades aprovechadas, pero también es sinónimo de confianza y de actitud. Con la chaquetilla de cocinera ya manchada a estas horas, el pelo recogido con un pañuelo y la mirada limpia de alguien que se definiría a sí misma como honrada y trabajadora, Carmen Pérez no tiene más que palabras de agradecimiento. «Jamás olvidaré una charla con Ricard Camarena y José Luis Marín (gerente del grupo). Me escuchaban». Algo tan simple que, sin embargo, le cambió la vida.

La joven venía de haber perdido su empleo en una fábrica textil que cerró después de seis años, y su formación en hostelería era cero. Yo me quedé en la ESO, y a través de una amiga conseguí trabajo en el friegue en Canalla«. Así empezó, fregando ollas y sartenes, ya agradecida por la oportunidad, donde estuvo tres años, hasta que un día, cansada del horario partido y con ganas de aprender otras cosas, Ricard Camarena le ofreció empezar a cocinar. »¿Cómo no voy a estar satisfecha si he aprendido del mejor?«, asegura Carmen, que ahora ocupa el puesto de jefa de gestión de cocina en Central Bar.

Junto a Camarena y José Luis Marín ha aprendido a contactar con proveedores, a dirigir al personal, a gestionar el producto. También a acciones tan básicas en una cocina como cortar. «Me decían que tenía que hacer bailar el cuchillo». Y así, poniendo a bailar el cuchillo, pero sobre todo con mucha actitud y muchas ganas de aprender, ha ido escalando puestos. «Le voy a agradecer siempre lo que ha hecho por mí, porque aquí he aprendido un oficio, he aprendido a ser más responsable y, sobre todo, valoro que me han ayudado a avanzar. Esto es una familia». No es que Carmen Pérez tenga un pasado complicado, pero sí reconoce que no estaba tan centrada como ahora, y que trabajando con Ricard ha encontrado una vocación que no sabía que existía en ella.

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Reconoce que a cambio aquí hay que currar. Sin parar. Central Bar es un lugar por el que cada mañana pasan de 300 a 400 comensales, y Carmen Pérez valora sobre todo el contacto con los clientes. «Poder contarles lo que hacemos, dar a conocer el producto valenciano, es un honor», asegura la cocinera, que reconoce que su familia está muy orgullosa de ella.

Después de los años que lleva trabajando junto a Ricard, ha aprendido además que la actitud es lo más importante. «Se ve enseguida con quienes llegan por primera vez, porque no hace falta venir enseñado sino tener la predisposición a aprender».

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Y si tiene que elegir un plato, se queda con la oreja de cerdo. O el rabo de toro, un guiso que es un espectáculo. O las tartas de chocolate. Son orgásmicas«, ríe Carmen.

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