R. González
Dénia
Jueves, 26 de diciembre 2024, 18:58
Doce uvas para despedir el año y comenzar con buena suerte el nuevo. Esta tradición española hace que esta fruta no falte en la noche del 31 de diciembre en buena parte de los hogares y establecimientos de restauración del país. La producción total de ... uva de mesa del Vinalopó en este 2024 ha sido similar a la del pasado año. Está rondando los 33 millones de kilos, según han indicado desde el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) de la Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó. De esta cantidad, aproximadamente la mitad son Aledo, la variedad que se come con las campanadas. De cara a Nochevieja, estiman que se consumirá alrededor de 1,5 millones de kilos cultivados en esta zona de la provincia de Alicante, según ha señalado Beatriz Rocamora, directora de esta entidad.
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Se trata de una cifra inferior a los 2 millones de otras veces debido, según explica Rocamora, a la importante presencia de producto de contraestación, es decir, procedente del hemisferio sur. Este año la producción en el Vinalopó ha sido mejor. En 2023, no toda la que llegaba a los almacenes cumplía las calidades mínimas para ir certificada, ya bien porque el grano era más pequeño o porque había más mermas. Este año, en cambio, la fruta es de calidad.
El motivo, según comenta, radica en que, pese a la sequía y a las temperaturas más altas de lo normal, ha sido «climáticamente mejor que el pasado año». Este 2024 ha sido seco y las tierras de vides de estas tierras prefieren eso a las lluvias a destiempo que «estropean el cuaje» o que se produzcan en plena campaña. Además, en esta ocasión no se ha registrado tanto calor en verano como en la anterior campaña, puesto que en esa ocasión los termómetros ya se empezaron a disparar «en mayo comenzaron a registrarse temperaturas extremas, con 40 grados cada semana y así hasta septiembre».
Por fortuna, esta vez no ha sido así, lo que ha permitido que las plantas estén «menos estresadas». Eso se ha traducido en una producción de mayor calidad.
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La mayoría de la uva embolsada se ha cortado ya, aunque todavía queda una pequeña parte en los campos. De manera que todavía hay gente y almacenes trabajando para tener todo listo de cara al 31 de diciembre. De los 28 almacenes que tiene certificados la DOP de la Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó, habrá como mucho una decena que todavía tiene el proceso en marcha.
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En ese sentido, las zonas con uva temprana, como Monforte del Cid, suelen terminar antes de las fiestas porque tienen poca producción de Aledo, que es la más consumida en estas fechas. El resto apuran más el trabajo en el almacén.
La Aledo ha sido la variedad elegida tradicionalmente para comer al ritmo de las campanadas que dan la bienvenida al nuevo año. Sin embargo, cada vez hay más presencia de uva de contraestación o sin semilla, que se están haciendo un hueco en el mercado, pero sin lograr desbancar en esta celebración a las que siempre se han tomado y que proceden de la DOP de la Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó.
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A pesar de ello, la de esta zona continúa siendo la más certificada, la más reconocida y la más consumida en Nochevieja. «En esta época en la que el mercado es global y llega la fruta de otros países, el nicho para nuestra uva sigue existiendo y este ha sido un año con demanda y con consumo», subraya la directora de la entidad. Según señala, la razón de ello radica en que se trata de un producto muy diferenciado, con un mercado muy estructurado y unos «cimientos muy fuertes».
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Desde el consejo regulador ponen de relieve las principales características de esta variedad. Recuerdan que es la única uva fresca que hay ahora de origen nacional. No hay otras recién cortadas que procedan de España. Además, en este caso, cuentan con un sello de denominación de origen, lo que garantiza unos atributos al consumidor.
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El embolsado permite que la uva tenga una piel más fina y que madure en el campo. Asimismo, implica un menor uso de fitosanitarios durante su cultivo, puesto que la uva está protegida por una barrera física, como es la bolsa, que impide las picaduras de pájaros e insectos. De esa manera, se evita que las picaduras deriven en la aparición de mohos.
Este año se calcula que el 60% de la producción de la uva embolsada del Vinalopó se quedará en España y el 40% restante se exportará. Su principal mercado fuera de estas fronteras son los países de la Unión Europea. Los consumidores más importantes son Francia e Italia. También compran mucho en Bélgica, Suiza y Alemania y naciones de Europa del Este. Además, se llevan a cabo envíos puntuales a otros puntos fuera del continente, como Senegal, Emiratos Árabes o Canadá.
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La DOP de la Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó está integrada por alrededor de 260 agricultores y 28 almacenes. De cara a estas fiestas, aconseja a los consumidores que si quieren comprar una uva con garantías, con los controles de calidad exhaustivos y repercusión positiva en el territorio ha de buscar la que lleva el sello de la denominación de origen del Vinalopó. «Es la única fresca del territorio nacional y no tiene sentido que una tradición de aquí como las 12 uvas de Nochevieja se haga con fruta de otros lugares», concluye Beatriz Rocamora.
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