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«Sabemos que somos guapos, falta que otros lo cuenten»

Alejandro Roda, director de la feria que comienza este domingo, defiende su apuesta por atraer el interés de fuera de la Comunitat: «Cuanta más gente venga, mejor»

almudena ortuño

Jueves, 4 de noviembre 2021

Alejandro Roda es un hombre de despachos, que no de escenarios, por lo que preferiría estar estrechando manos que respondiendo preguntas. Más de dos décadas a cargo de distintos certámenes de Feria Valencia (Forinvest, Maderalia, Eurobrico), y sin embargo, resulta que la digestión más complicada se la está dando Mediterránea Gastrónoma. La cita de la gastronomía valenciana, que regresa del 7 al 9 de noviembre, supone más que un punto de encuentro para un sector esencial de la Comunitat. Las ollas y las cazuelas, las copas y los platos, son a la vez economía y romanticismo. Tras la edición más difícil -la de 2020, durante la pandemia-, es hora de orquestar un reencuentro que sea capaz de hermanar a la restauración. Y para ello, Roda tendrá que ponerse el traje de anfitrión.

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- Más de 150 ponentes, 50 estrellas Michelin y 14 espacios. ¿Por qué esta edición, la séptima del certamen, será mejor que las anteriores?

Es una edición clave porque supone el reencuentro de la hostelería tras una época muy tormentosa. Y al hablar de reencuentro, no nos referimos solamente a los chefs ni a la alta cocina, sino que incluimos a los proveedores, productores o sumilleres. A nivel territorial, preferimos decir Mediterráneo, ya que el evento se celebra en Valencia, pero pone en valor la riqueza de toda la Comunitat. Y a la vez, nos gusta atraer a la gente de fuera, del resto de España y del extranjero, por lo que este año vienen periodistas de cinco países.

- Este enfoque 'hacia fuera' molestó en su momento a los de dentro.

- Crecer siempre es bueno, y cuanta más gente venga, mejor para todos. Es verdad que la feria nació con unos contenidos bastante locales, pero esto se resolvió en 2017 con la creación del 'Comité de Chefs'. No íbamos a estar repitiendo todos los años lo mismo. Al designar un 'Chef Anfitrión', propiciamos que los cocineros sientan el evento como algo suyo, como su casa, e inviten a personalidades de Brasil, de Hamburgo o de Córdoba. Por ejemplo, este año viene Danny Lledó, que prepara paellas en Estados Unidos, o Manu Buffara, una chef de Brasil con un proyecto sostenible que queremos resaltar.

- Entre todos los certámenes de Feria Valencia, el enfoque de Gastrónoma siempre ha supuesto un quebradero de cabeza. ¿Es una cita popular o profesional?

- El origen de Gastrónoma fue recuperar un congreso que ya se celebraba antes, un poco por amor a la cocina, y otro poco por patriotismo. Se hablaba mucho de la gastronomía de Catalunya o Euskadi, pero la Comunitat también tenía el producto, los cocineros y una generación pujante. Cuando empezamos, hace ya siete años, había un componente muy importante de 'público gourmet' y el certamen se celebraba en sábado, domingo y lunes. Pero es que nacimos sin financiación pública, apostando una serie de recursos y de instalaciones, únicamente con el apoyo de las marcas. Poco a poco, las instituciones se fueron sumando y las empresas nos pidieron un giro hacia la profesionalización. En 2017 buscamos ese consenso y el horario pasó a ser en domingo, lunes y martes.

- ¿La finalidad es hacer negocios o poner en valor la gastronomía?

- La primera misión del certamen es trasladar la cultura gastronómica a la sociedad. Para ello existen dos posibilidades: que el público venga al evento o que reciba información a través de los medios. Tenemos la obligación moral de crear gastrónomos, y de ahí que haya tantas actividades enfocadas a los niños. En segundo lugar, queremos poner en valor nuestras marcas de gastronomía. Porque nosotros ya sabemos lo guapos que somos, pero hace falta que lo cuenten los demás. Invitamos a periodistas y cocineros de fuera, porque si se lo pasan bien, serán los mejores embajadores. Nuestro tercer pilar es incentivar las relaciones comerciales entre las empresas participantes, va en nuestro ADN.

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- ¿El apoyo institucional influye en el diseño de contenidos?

- La Administración se ha ido sumado y ha ido apoyando, porque estamos alienados en cuanto a objetivos. Esa dualidad entre lo público y lo privado nos ha permitido crecer. Pero somos totalmente libres, porque los contenidos se crean de forma independiente. Desde la primera edición está Maje Martínez, pero también participan los chefs, Jesús Machí en la panadería, Carito Lourenço en la pastelería… Siempre digo que Gastrónoma es de todos, se hace con la ayuda de todos. El equipo de la Feria tiene experiencia en organizar eventos, pero la gente del sector es la que sabe del resto.

- Como embajadora de ese sector, el fichaje de Cuchita Lluch para la presidencia del evento supuso un fuerte impulso en 2019. ¿Fue idea suya?

- Mía, y de más gente. Como del presidente, Carlos Mataix. Evidentemente, salimos en su búsqueda, porque nos gusta contar con gente relevante en el mundo gastronómico. Y ella llegó con muy buenas ideas, dio un gran impulso. Coincidió que ya estaba cerrada la participación de José Andrés en esa edición, y claro, esto es como todo: si tienes un buen cartel, es más fácil seguir atrayendo talento, todos se quieren sumar. Ese año también vinieron muchos periodistas de fuera. La feria llevaba una inercia muy buena desde 2018 y la edición de 2019 fue brillante. Si no hubiera llegado la pandemia…

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- Cuchita se marcha tras la edición de 2020, ¿por desacuerdo económico o ideológico?

- Las personas son libres y cada uno toma sus decisiones. A nosotros nos gusta contar con todo el mundo. El enfoque de la Feria sigue siendo el mismo y yo no me he metido en los contenidos del certamen jamás. Solamente hice dos sugerencias muy al principio: la vertebración del territorio y la presencia de las mujeres. Lo bonito de esta feria es que se hace entre todos y no depende de una sola persona. Yo me iré, el presidente se irá, los cargos políticos cambiarán… Pero cuando la gente trabaja en equipo, se logran muchas cosas que perduran. Aquí no hay una Fallera Mayor ni una estrella del equipo.

- Mediterránea Gastrónoma fue el primer certamen gastronómico que se celebró tras la pandemia, justo antes del segundo confinamiento. ¿Era un momento propicio?

- La hostelería lo necesitaba. A mi juicio, estaba siendo demonizada. En la televisión todo eran imágenes de bares que incumplían las medidas. Tanto los restauradores como los productores se merecían un homenaje. Y por eso seguimos adelante, también animados por el propio sector. Y evidentemente, respetando todas las medidas de seguridad y de aforo. Se cayeron del programa los chefs internacionales y nacionales, hasta llegar a una edición regional y con mucho contenido en streaming. El resto de congresos de España no se hicieron por falta de recursos económicos, pero nosotros consideramos que sí.

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- ¿Cómo es un día de Alejandro Roda en Mediterránea Gastrónoma?

Creo que soy la única persona que va a un congreso gastronómico y adelgaza. Me cuesta tres o cuatro kilos siempre. Son días muy intensos, porque Gastrónoma es más que una feria. Hay muchos ponentes, de muchos sitios; hay actos más allá del horario oficial; hay periodistas por toda la ciudad, y todos deben estar bien atendidos. Queremos que la gente disfrute, porque en esa parte 'experiencial 'está la difusión de la gastronomía.

- ¿Lo dice un gastrónomo?

- Soy más gastrónomo de producto. De Rausell, La Principal o Ricardo.

- ¿Qué distingue a nuestro congreso gastronómico del resto?

Que somos más que un congreso. Tenemos la parte del pan, del dulce, del vino… Hemos marcado tendencia en ciertos aspectos. Traemos a gente con cosas que contar, y además a petición del propio sector. Nunca habíamos tenido tanta implicación por su parte como este año. Así que Gastrónoma es el principal escaparate de nuestro producto, nuestra cocina y nuestra tierra. No solo de Valencia o la Comunitat, sino de todo el Mediterráneo, donde tenemos un estilo de vida único. Y se lo tenemos que contar al mundo.

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