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Marcas valencianas conservan el nombre original del aperitivo en sus productos. LP

Las papas, un aperitivo con ADN valenciano

Tradición. El mercado impone el nombre de patatas fritas para ampliar la cartera de clientes pero hay marcas en la Comunitat Valenciana que mantienen el nombre original como símbolo de artesanía, tradición y calidad

Héctor Esteban

Valencia

Jueves, 17 de junio 2021, 21:36

Un aperitivo antes de comer en un restaurante del puerto de Xàbia destapó las hostilidades:

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-¿Nos puede traer unas patatas de bolsa?

-¿Patatas? Serán papas, ¿no?

-Papas, papas, ¿qué son papas?... Estos de Valencia...

Unos minutos después, el camarero dejó en ... la mesa dos cervezas y una bolsa de Papas Lolita, la de la niña de las trenzas. Aquel servicio fue como sacarse de la manga un póker de ases para ganar la partida. La timba entre dos comensales fue a una sola mano. Un par de días después, la otra parte pidió revancha y puso condiciones: «Tienes dos semanas para conseguir cinco bolsas que ponga papas y en este reto ya no entran las Lolita. Y las quiero de verdad, no valen fotos sacadas de Internet». Un reto que no era nada fácil.

Las patatas fritas se han impuesto a la papa, la denominación original con sello valenciano, pegada a la niñez y a la tierra. Hoy muchas personas añoran al «papero, papa» que con su cesta de mimbre las vendía en las playas de Las Arenas y la Malvarrosa. Ahora son varias las fábricas que vertebran la Comunitat desde Elda a Castellnovo. Hay marcas con más de un siglo de historia. Pura esencia. Una de las señas de identidad es la bolsa transparente donde el consumidor puede comer con la vista y analizar el color de la papa.

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El reto exigió peinar el territorio para salir airoso. El primer paso fue bucear en Internet. El artículo «Las 17 papas valencianas que pugnan por ser las mejores del mundo» publicado en matadornetwork.com fue la guía perfecta.

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De un plumazo, hubo que eliminar a marcas referentes que embolsan como patata frita -J. García, Argente, El Valle, Vicente Vidal y San Juan, entre otras-. Exigencias del mercado. Además, algunas que cumplían los cánones han desaparecido por el camino. Una fotografía en milanuncios.com de un carromato en venta de Papas Buquet chivó que la empresa de Ontinyent ya no está en el mercado, de la misma manera que hubo que llamar a Brasería Sofi para certificar que la ilicitana Papas Caipaje, la que tenía a la Dama de Elche en la bolsa, también bajó la persiana.

La primera llamada fue a Papas Maribel, de Castellnovo: «Mantenemos el nombre de papas porque es nuestra historia, porque es un referente de artesanía». Muchos aperitivos en bares valencianos se acompañan con ellas porque son un referente, sobre todo, en Castellón. En Valencia, hubo que ir en moto a Cárnicas Mansergas, en el barrio de Extramurs junto a la Finca Roja, para comprar una bolsa de tamaño familiar.

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Una de las más conocidas en la ciudad es Papas Duso, las favoritas del portavoz del PSPV en Les Corts, Manolo Mata -especialista papero- y fáciles de encontrar porque están en casi todos los comercios minoristas de la ciudad y en Consum. La familia Duato es firme defensora de la tradición. Han tenido ofertas para convertir su sello en marca blanca pero se agarran a lo que aprendieron en casa.

Con Maribel y Duso en la cesta de la compra, el siguiente objetivo fue Papes E. Escrivá, «papas clásicas hechas con caldera tradicional». Es una de las grandes marcas de la Comunitat Valenciana, de Oliva y fundada en 1918. Una firma centenaria que se ha renovado con el paso del tiempo para cumplir con el mercado pero sin renunciar a su origen de «papa». Una llamada de teléfono a la fábrica ubicó el servicio en una cadena de supermercados: «Si tienes cerca un Family Cash, las encontrarás».

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Papas con origen valenciano

  • Papas Auñón (Burjassot) En la calle Espartero de esta localidad de l'Horta Nord está la sede de Papas Auñón, otra de las marcas que se cuela en las mesas de las casas de la ciudad de Valencia. Un producto que se suele encontrar en mercados de la capital.

  • Papas E. Escrivá (Oliva) En la fábrica de Oliva trabaja la cuarta generación. La fundó José María Escrivà en 1918. Más de un siglo de historia consolidan las papas en la Comunitat. Laempresa se ha adaptado a los nuevos tiempos en la distribución.

  • Papas El Pilar (Elda) Un negocio familiar que arrancó a principios de los setenta. La marca Pilar, en 1977, fue casi como una declaración de amor. Papas El Pilar es uno de los referentes de este producto al sur de la Comunitat Valenciana.

  • Papas Maribel (Castellnovo) El matrimonio formado por Miguel Pérez y María Torres fundó esta empresa en 1969. Empezaron en un bajo y en 1984 se desplazaron a una nave. Son ya tres generaciones y mantienen el mismo sistema artesanal.

  • Papas Morell (Pedreguer) Esta marca de papas está muy localizada en la zona de las comarcas de La Marina, que es su gran área de influencia. En la bolsa, el nombre en grande de la localidad y el escudo de Pedreguer, como una denominación de origen

  • Papas Duso (Alberic) La empresa fue fundada en 1980 por Lorenzo Duato y Julia Soriano. De la fusión de los dos apellidos del matriminio surge la marca Duso. En la bolsa, que recuerda a otros tiempos, está su sello: «fritas artesanalmente»

  • Papas Lolita (Beniflà) La marca se creó en 1965 y es conocida por su bolsa con el dibujo de la «niña de las trenzas», que es Lolita, la hija de Pascual Escrivà Picó. Su origen esta en 1935, en el humilde puesto que tenía José Escrivà en la playa de Bellreguard.

Uno de los bastiones de las papas en la Comunitat está en Elda, donde la familia Serrano son un referente en este aperitivo con ADN valenciano. En Alicante a las papas o patatas fritas hay quien incluso las denomina «patatíbiris», un nombre muy popular también en la zona de Cádiz. «Mi padre empezó a freír patatas por su cuenta a principios de los setenta. Ya, en 1977, el del plástico, el que tenía que hacer las bolsas le dijo: ¿Qué nombre les vas a poner». Y les puso El Pilar, el nombre de mi madre con la imagen de la patrona de Zaragoza. Yo siempre digo que aquello fue una declaración de amor de mi padre a mi madre», señala Pilar Serrano, que está al frente de la empresa junto a su hermano Rafa. Su abuela, su madre, ella y su hija se llaman Pilar, «para no perder la tradición, como nuestras papas».

En Papas El Pilar se mantienen firmes: «Aquí todo el mundo las llama papas, aunque el nombre más extendido sea patatas de bolsa. Creo que papa da más sabor». Pilar Serrano reivindica el producto como el aperitivo por excelencia: «Cuando estás con amigos qué quieres, pues unas papas, unas olivas y una cerveza. No estoy de acuerdo con que sean el aperitivo pobre, para mí unas buenas papas dan mucho glamur a la mesa. Si no que pregunten por Ferran Adrià y su tortilla de chips». Pilar Serrano, incluso se atreve a desvelar su secreto: «Hemos conseguido un sabor tradicional a través de un proceso industrial». Hoy su marca está en bares, mercados y grandes superficies.

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Una de las bolsas más complicadas de conseguir fue Papas Morell de Pedreguer. Ahí había que ir a tiro hecho, y la fuente más fiable era Juan Gayà, una de las personas que más sabe de gastronomía en La Marina y tío del jugador internacional del Valencia José Luis Gayà: «Te paso el número de la fábrica pero en el supermercado Masymas venden». En la empresa nunca contestaron y hubo que localizar a alguien de la zona para hacerse con un paquete. Cruz Jover, una empleada de Sp. Berner de Aldaia, es de Pedreguer y fue la cómplice perfecta para comprar un paquete de Papas Morell. Un tesoro como las Papes Grau de Gandia.

Más cerca de la capital está Papas Auñón, otro de las marcas que se puede encontrar en muchos de los mercados de barrio de la capital valenciana como el del Cabanyal. Auñón tiene su base en la calle Espartero de Burjassot.

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La apuesta comenzó con Papas Lolita, una marca cuyó germen se sembró en Bellreguard en 1935. En un puesto con una freidora, José Escrivà las envolvía en un cucurucho de papel y se las vendía a las parejas que iban al cine. El puesto se convirtió en fábrica y la freidora en caldera para vender las papas a locales y establecimientos. Y en 1965, Pascual Escrivà Picó fundó Papas Lolita, el nombre de su hija. Y hoy, al frente de la empresa, con 80 años, está la niña de las trenzas. La bolsa de Lolita, comprada en el UNO del Mercado Central, fue la guinda de la apuesta.

¿Pero es papa o patata? En el diccionario de la Real Academia Española (RAE) está la solución. «Patata» es un cruce entre «papa» y «batata». Los españoles trajeron desde América la batata, un tubérculo más dulce, que en España comenzaron a llamar patata -cambiaron la «b» por la «p»-. Después, llegó la papa americana, similar a la batata y todo empezó a ser lo mismo. Se quedó con patata. Al final, los artesanos valencianos, al igual que en América, Canarias y algunas partes de Andalucía, se han empeñado en darle larga vida a la papa.

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